El Cesid investiga cómo se compró el material de los soldados en Kabul
Los agentes comprueban el patrimonio de un oficial vinculado al concurso de chalecos
El Cesid investiga la compra de los 20.000 chalecos de combate que adquirió Defensa y con los que se equipó a los 400 soldados españoles destacados en Afganistán. Estos chalecos carecen de la protección IR contra aparatos de visión infrarroja con la que cuenta todo el material militar. Los agentes se han entrevistado con proveedores de material militar y comprueban el origen del patrimonio inmobiliario de un oficial relacionado con el concurso.
Dos personas que se identificaron como agentes del Cesid han visitado durante las últimas semanas a fabricantes de material militar para interesarse por el concurso público de los nuevos portaequipos de combate que adjudicó el pasado 28 de junio la Junta de Contratación Delegada del Ejército de Tierra a la empresa Yuma, SA, con sede en Zaragoza.
El 30% de esta sociedad, especializada en material militar, es propiedad de familiares de un coronel que ocupa el puesto de secretario técnico de la Dirección de Asuntos Económicos del Cuartel General del Ejército y que ha declarado que su trabajo no tiene relación con los concursos ni adjudicaciones.
La visita de los agentes del Cesid se produjo pocos días después de que trascendiera que la Fiscalía Anticorrupción había abierto una investigación de oficio sobre este concurso y sobre oficiales destinados en el Cuartel General del Ejército de Tierra relacionados con la adjudicación. Los agentes se han interesado por las características del concurso, los precios de adjudicación y la seguridad del material adquirido por Defensa, según señala un proveedor del Ejército.
La oferta más cara
Con estos portaequipos de combate se equipó a los 400 soldados españoles destinados en Afganistán en una misión que Federico Trillo-Figueroa, ministro de Defensa, calificó de 'altísimo riesgo'. El portaequipos de combate es una prenda similar a un chaleco del que se cuelgan los cargadores de munición y bombas de mano. Cubre el pecho y la espalda del soldado.
La investigación de Defensa incluye una comprobación del origen patrimonial de un oficial destinado en el Parque y Centro de Abastecimiento de Material de Intendencia, donde se elaboran las prescripciones técnicas del material que sale a concurso, según señalan fuentes militares. La oficina de prensa del Ejército de Tierra ha declinado facilitar a este periódico alguna información 'hasta que no concluya la investigación de la Fiscalía Anticorrupción', según señaló su portavoz.
Defensa gastó 2,1 millones de euros (347 millones de pesetas) en la compra de 20.000 portaequipos de combate en dos concursos a los que concurrieron, además de Yuma, SA, otras dos empresas (Manufacturas Valle y Sei) q ue sí incluían la protección IR en su producto y costaban 552.931 euros menos (92 millones de pesetas). Con el mismo presupuesto, Defensa podía haber adquirido 7.386 chalecos más de los obtenidos.
Las ofertas de las empresas competidoras fueron rechazadas 'por no superar las muestras los requisitos mínimos exigidos en el pliego de prescripciones técnicas'. Un pliego que no exigía la protección IR.
El Ministerio de Defensa abrió un investigación sobre esta adjudicación, denunciada el pasado mes de diciembre por EL PAÍS. Pese a que Trillo-Figueroa ha declarado que la protección IR contra aparatos de visión infrarroja no es necesaria para la seguridad de los soldados, Defensa ha convocado un nuevo concurso de otros 15.000 chalecos en el que se exige el IR.
El ministro dijo en el Congreso que había concluido la investigación sobre la seguridad del material, pero que seguía abierta la relacionada con la adjudicación del concurso.
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