EE UU exige a Europa que incluya en sus pasaportes datos biométricos de sus ciudadanos
Washington retirará el privilegio de viajar sin visado a los países que se nieguen
España está en la lista de países a los que el Gobierno de Estados Unidos quiere pedirles que cambien su sistema de emisión de pasaportes por uno que incluya las señas de identidad biométricas del portador. Datos tales como las huellas digitales o la geometría facial deberán ir codificados para facilitar la labor de verificación de los inspectores de aduanas norteamericanos.
El plan fue aprobado justo antes de Navidad por la Cámara de Representantes y está pendiente sólo de la votación del Senado, donde cuenta con apoyo mayoritario.
Las normas se aplicarán a 29 países cuyos ciudadanos no necesitan visado de entrada en Estados Unidos. La mayoría son de Europa y otras áreas de Occidente, a excepción de Japón. De acuerdo a la nueva legislación, a los países que se nieguen a cumplir ese requisito Washington va a retirarles el privilegio de viajar sin visado.
Ya antes de que este proyecto de ley se presentara en el Congreso, el Departamento de Estado había anunciado en noviembre que iba a revisar los acuerdos alcanzados con un total de 29 países y advirtió que este mismo año podría excluir de la lista a Argentina, Bélgica, Italia, Portugal, Eslovenia y Uruguay.
Los españoles pueden permanecer en Estados Unidos hasta 90 días sólo con la presentación de su pasaporte, aunque otra normativa inmigratoria aprobada tras los atentados del 11 de septiembre otorga discrecionalidad a los inspectores de aduanas para que limiten las estancias a un mes. Para las actividades que sí requieren visado -intercambio cultural, inversionistas, negocios, trabajo temporal o estudios-, Washington concedió el año pasado 21.961 visados a españoles.
A partir de este mes, todos los visados que expidan los consulados estadounidenses alrededor del mundo llevarán un doble sistema de seguridad. Los funcionarios consulares digitalizarán la foto de los solicitantes para ponerla en una base central de datos a la que pueden acceder tanto el FBI (siglas del Buró Federal de Investigación, los servicios de seguridad interiores) como los inspectores de inmigración de cualquier punto de entrada a Estados Unidos. Pretenden con ello detectar las falsificaciones de documentos.
A esta normativa, que ya ha entrado en vigor, se sumarán otros requisitos incluidos en la propuesta de ley pendiente de aprobacion del Senado, tales como codificación de datos biométricos o personales. Imágenes de la retina o del iris, geometría de las manos, digitalización de las huellas, o rasgos faciales pasarán igualmente a formar parte del banco datos.
Refuerzo de fronteras
Las normas son parte de un plan más amplio de seguridad nacional, del que el refuerzo de las fronteras es un componente esencial, según ha señalado el secretario de Justicia, John Ashcroft, impulsor de las medidas. Dicho plan prevé también asig-nar a todos los extranjeros un código de barras conectado a un ordenador central desde el que puedan seguir sus movimientos. Al llegar a aduanas se procesarán las huellas digitales pasando la palma de la mano por una pantalla.
Los críticos afirman que los detectores biométricos no están a prueba de impostores. Por ejemplo, señalan, no tienen forma de averiguar si una persona ha conseguido hacerse con una identidad falsa antes de solicitar el pasaporte y el visado, y por tanto cuando llegue a un puesto aduanero de Estados Unidos todos sus datos estarán en regla y pasará inadvertido. Tal hubiera sido el caso de la mayoría de los terroristas involucrados en los atentados del pasado 11 de septiembre contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono, a las afueras de Washington.
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