Los afganos inician en Bonn la búsqueda de un futuro sin talibanes
El antiguo régimen de Kabul no está invitado a la reunión
Una treintena de representantes de las distintas facciones afganas se reúnen hoy en las cercanías de Bonn con la ardua tarea de llenar el vacío de poder dejado por los talibanes. El objetivo de la reunión, auspiciada por la ONU, es trazar las líneas maestras de una transición que desemboque en la formación de un Gobierno provisional en el que estén representados todos los grupos que componen el rompecabezas afgano. No será fácil: muchos de los participantes en la llamada Conferencia Interafgana fueron enemigos en el pasado y combatieron encarnizadamente entre ellos hasta dejar al país en ruinas.
Naciones Unidas, que no ha invitado a los talibanes, ha insistido en no crear demasiadas expectativas sobre la conferencia, que podría durar una semana. Para el español Francesc Vendrell, representante adjunto de la ONU para Afganistán, éste debe ser 'el primer paso hacia un Afganistán en paz, independiente y autogobernado de acuerdo con los deseos de su gente'.
Naciones Unidas se daría por satisfecha si las negociaciones concluyen con una declaración en la que las partes se comprometan a formar un Gobierno multiétnico de amplia base. El trabajo más duro quedará, por lo tanto, para los meses posteriores. Según los planes de la ONU, las líneas maestras de la transición deberán ser refrendadas en una Loya Jirga, la asamblea tradicional afgana, en la que deberían participar líderes políticos y religiosos de todos los grupos étnicos y tribales del país: pastunes, tayikos, hazaras y uzbekos. Una vez aprobado el plan por la Loya Jirga, se redactaría una Constitución y se convocarían elecciones en el plazo de dos años.
La ONU ha logrado que a la reunión asistan unos 30 representantes de rango medio-alto de cuatro grupos: la multiétnica Alianza del Norte, el Grupo de Roma, el Grupo de Chipre y la Asamblea de Peshawar. La Conferencia Interafgana, a la que Alemania sólo presta apoyo logístico, tiene lugar en Petesberg, una lujosa residencia situada en una colina a orillas del Rin, utilizada tradicionalmente por el Gobierno alemán para hospedar a personajes ilustres. La ONU ha elegido un lugar aislado para que los afganos negocien con tranquilidad, lejos de la prensa y rodeados de estrictas medidas de seguridad.
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