España, base de retaguardia para los combatientes más desgastados
La misión de Abu Dahdah consistía también en facilitar la retaguardia y el descanso de los combatientes más desgastados. Así, varias casas rurales de Aragón y Murcia, próximas a las zonas agrícolas donde trabajan las colonias de inmigrantes, han servido de acogida a destacados guerrilleros integristas en distintos frentes del planeta.
Cinco árabes que venían 'agotados' de combates en Chechenia se recuperaron hace seis meses en un pueblo aragonés; otros cuatro que venían de Bosnia lo hicieron en una localidad murciana. Los gastos de todos corrieron a cargo de la organización Al Qaeda en España. Un clan que se nutría de los ingresos proporcionados por las tarjetas de crédito falsas y el impuesto que cobraban sus dirigentes a los dueños de las casas de té, pastelerías, restaurantes y otros negocios de simpatizantes con la causa.
A los dirigentes más importantes, como Abu Mughen, que usaba un pasaporte británico falso y es miembro del consejo militar de la guerrilla islamista de Chechenia, se les proporcionaba mayores cuidados. Se operó en una clínica de Madrid de la pérdida en combate de su ojo derecho y se recuperó en la casa de Abu Dahdah en la calle de Pablo Neruda. Un vídeo distribuido por Rusia exhibía sus hazañas bélicas. La policía española lo fotografió a placer saliendo de un coche en sus días de descanso en Madrid, sin su barba ni parche negro. Ahora está libre.
Imanes y comerciantes
El ciclo de reclutamiento de guerrilleros que dirigía Abu Dahdah se apoyaba en directivos de centros islámicos, imames de mezquitas de ideario rigorista, ex muyahidin, comerciantes árabes en España y en el extranjero, así como un rosario de pequeños negocios. Cada uno aportaba su grano de arena.
Un policía experto en terrorismo islámico ofrece este diagnóstico: 'Con este dinero no se sufragaba el terrorismo de Al Qaeda, sino a su infraestructura y a sus hombres, que van de uno a otro lado y pasan por España, una importante retaguardia'. Abu Dahdah mantenía contactos al más alto nivel y se entrevistó con el líder religioso Abu Qutada, que vive en Londres.
La policía examina con curiosidad al ordenador del discreto Abu Dahdah e intenta comprobar si hubo contactos de esta red con Mohamed Atta, uno de los pilotos suicidas, que viajó a Madrid antes de los atentados. La mujer española de Abu declinó contestar a las preguntas de este periódico. Las de Mohamed Kalaje, Ahmad Mardini, Mohamed Needl y la familia de Said Chedadi proclaman su inocencia.
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