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LA GUERRA DEL SIGLO XXI

El ex rey afgano quiere que los talibán entren en su Gobierno

Pakistán torpedea las conversaciones entre la Alianza del Norte y el ex monarca Zahir Shah

Representantes de la Alianza del Norte, coalición que combate al régimen talibán, líderes de las siete tribus más importantes de Afganistán y miembros del Congreso de EE UU, mantuvieron ayer reuniones separadas con el ex rey del país, en su residencia de Roma. Según el portavoz de la delegación estadounidense, el republicano Curt Weldon, el ex rey Zahir Shah quiere promover un Gobierno de coalición que no excluiría ni siquiera a los talibán.

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El antiguo monarca, de 86 años de edad, espera conseguir el respaldo de las Naciones Unidas para su proyecto, lo que implicaría el envío de cascos azules al país para supervisar todo el proceso. Si esto no fuera posible en una primera fase, Zahir Shah se ha declarado dispuesto a ir adelante con el apoyo exclusivo de los Estados Unidos.

Si la reunión del ex rey con los congresistas americanos fue 'fructífera', en palabras del portavoz de la delegación estadounidense, no puede decirse otro tanto del encuentro entre los diversos grupos afganos, los representantes de la Alianza del Norte y Zahir Shah. El papel que podría desempeñar Pakistán en la solución de la crisis de Afganistán, se mantenía ayer como uno de los principales escollos para llegar a un acuerdo entre los distintos interlocutores de Zahir Shah.

El ex rey, en el exilio en Italia desde 1973, tenía previsto recibir anoche, nuevamente, a los representantes de la Alianza del Norte, que permanecieron reunidos toda la tarde en el hotel de la capital italiana donde se alojan.

Fuentes de la Alianza reconocieron que la posición de Pakistán, que tiene escasas simpatías por este grupo, se ha convertido en un obstáculo considerable a la hora de fijar una posición común con vistas a la creación de un Consejo Supremo que pueda conducir a la formación de un futuro Gobierno de transición cimentado sobre la autoridad moral del viejo monarca que ha declarado ya no tener ninguna ambición de restaurar la monarquía en el país.

La delegación estadounidense, integrada por 15 personas, reiteró por su parte al ex rey el compromiso de Estados Unidos de ayudar a la población afgana a combatir un enemigo común 'cobarde y sin rostro', representado por el terrorismo. 'Hemos comprendido que también el pueblo afgano es víctima del terrorismo y de Bin Laden', declaró el republicano Dana Rohrabacher, 'por eso queremos ponernos de su lado para liberar a este pueblo de los talibán y del terrorismo'.

Estados Unidos, según lo expresado por la delegación del Congreso, que mantuvo en el aeropuerto de Ciampino (Roma) una conferencia de prensa antes de viajar a Turquía, está de acuerdo en limitar su apoyo al plano político y logístico, con la esperanza de que el pueblo afgano pueda resolver sus problemas autónomamente. Una esperanza excesivamente optimista a la vista de las dificultades que plantea el diálogo iniciado en Roma entre los representantes de la Alianza del Norte, la mayoría procedentes de Tayikistán, y las diferentes tribus, incluida la de los pastunes a la que pertenece el ex rey y los propios talibán.

El ex rey se ha mostrado dispuesto a regresar al país, cuando la situación lo permita, y dedicar todos sus esfuerzos a aglutinar a las distintas facciones pastunes y a las minorías étnicas en un solo gobierno. El líder religioso Abdul Salam Zair, enviado del régimen talibán en Islamabad, declaró recientemente a un canal de televisión británico que el ex rey, 'es el principal culpable de los males que afligen hoy a Afganistán'. Su pecado sería haber permitido la entrada de la cultura occidental en el país.

Ayer los talibán advirtieron al rey que 'es mejor que no se meta en los asuntos de Afganistán', mientras seis personas fueron detenidas en el país por distribuir propaganda a favor del retorno del monarca, según confirmaron fuentes de los talibán.

También la Alianza del Norte, que perdió hace unos pocos días a su líder, el comandante Masud, asesinado en un ataque terrorista suicida, ve con cierta reticencia al ex monarca y el sábado uno de los representantes de esta coalición, que combate desde hace cinco años al régimen talibán, declaró que su apoyo a Zahir Shah está condicionado a una renuncia por su parte a regresar como soberano. 'La monarquía no debe ser restaurada', precisó.

El ex rey afgano Zahir Shah, en Roma, con su nieto, su hijo (con gafas) y el congresisita de EE UU Dana Rohrabacher.
El ex rey afgano Zahir Shah, en Roma, con su nieto, su hijo (con gafas) y el congresisita de EE UU Dana Rohrabacher.AP

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