Un puzzle difícil de encajar en el país de las montañas
El ex rey está dispuesto. La Alianza del Norte ha mostrado su determinación. La comunidad internacional espera una señal para respaldar una alternativa al régimen talibán. No es tan sencillo. Faltan actores y condiciones.
En un país de profundas raíces tribales, diversos orígenes étnicos y fragmentado por dos décadas de conflicto civil, los abismos que separan a los distintos grupos afganos no pueden salvarse en unos pocos días.
La ONU lleva años intentándolo. A través de su Misión Especial para Afganistán (UNSMA, en sus siglas en inglés), ha impulsado el llamado proceso de Roma, según el cual Mohamed Zahir Shah actuaría como símbolo de unidad para un diálogo entre todos los grupos.
'No se trata de restaurar la monarquía', ha repetido una y mil veces el jefe de la UNSMA y representante especial del secretario general, Francesc Vendrell, 'sino de que el monarca dé legitimidad a la convocatoria de una Loya Jirga [Consejo de Notables] en la que los afganos puedan decidir su futuro'.
Hace ya tiempo que el anciano ex rey sopesa la idea de formar un Consejo Superior y un Consejo Militar para preparar una transición con ese fin y así lo anunció su portavoz, Zalmai Rassul, el pasado viernes. Sin embargo, la composición de dichas instituciones y las condiciones de la Alianza, que quiere la parte del león en un eventual reparto del poder, hacen muy difícil el acuerdo.
'El rey no tiene una fuerza militar y por eso necesita a la Alianza, pero eso no es suficiente; hace falta que participen en esa transición todos los grupos, incluidos los talibán más moderados', asegura una fuente de la UNSMA. Aunque el ex monarca y la Alianza del Norte alcanzaran un entendimiento, dos obstáculos impedirían su viabilidad si no incluyen en él al resto de las fuerzas afganas.
Por un lado, la Alianza del Norte, integrada mayoritariamente por afganos de origen tayico y uzbeco, tendrá muy difícil conseguir el respaldo de la mayoría pastún. Por otro, Pakistán, con una importante población pastún, ya ha expresado esta semana su oposición a cualquier apoyo de Washington a la Alianza, a la que ve como un enemigo.
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