Siria pone en alerta a 35.000 soldados tras el ataque israelí
Sharon: 'Las reglas del juego han cambiado'
Los portavoces israelíes explicaron que el ataque fue una represalia por la muerte de un soldado israelí, el pasado sábado, cuando el grupo integrista libanés Hezbolá (Partido de Dios) disparó un misil contra una posición del Ejército de Israel en un punto polémico de su frontera con Líbano. Fuentes militares señalaron que se trató del último de una serie de ataques de ese grupo contra el norte de Israel en los últimos meses, en los que han muerto tres soldados israelíes.
El punto controvertido es el que los israelíes llaman monte Dov y los libaneses granjas de Shebaá. El Ejército israelí mantuvo esa colina tras evacuar el sur de Líbano, en mayo del año pasado, y la ONU confirmó que había cumplido la resolución 425. Pero Hezbolá defiende, con el respaldo del Gobierno de Beirut, que Shebaá pertenece a Líbano. Israel, sin embargo, asegura que conquistó ese territorio de Siria y que, en todo caso, tendría que negociar su eventual devolución con ese país.
Ha sido el primer ataque israelí contra una posición siria en Líbano desde 1982, aunque en 1996 un soldado sirio murió en una operación militar masiva de Israel contra Líbano. Fuentes militares israelíes precisaron que la acción de represalia no se lanzó el mismo sábado 14 porque todo el norte del país estaba lleno de excursionistas israelíes con motivo de la Pascua judía.
Israel siempre ha responsabilizado a Siria, que controla de hecho Líbano, de los ataques de la formación shií Hezbolá contra objetivos israelíes y asegura que Damasco les da el visto bueno, aunque reconoce que se trata de un grupo de inspiración iraní.
En el ataque, cuatro cazabombarderos israelíes destruyeron una estación de radar del Ejército sirio en los montes de Dáher al Baider, a 40 kilómetros al este de Beirut.
[Justo en ese momento, poco después de la medianoche del domingo hora local, un Airbus de la compañía egipcia EgyptAir, que cubría el trayecto El Cairo-Beirut, iniciaba la maniobra de aproximación al aeropuerto de la capital libanesa. El piloto, Ali Murad, declaró haber presenciado los intercambios de disparos entre las defensas aéreas sirias y los aviones israelíes, informa France Presse. Inmediatamente, Murad pidió permiso a las autoridades de Chipre para entrar en su espacio aéreo y abandonar el corredor invadido por los aviones israelíes.]
Peres dijo ayer que 'Israel no está interesado en un deterioro de la situación tras el ataque aéreo [una posibilidad respecto a la cual expresó su preocupación el ministro de Defensa], que fue una señal de advertencia a Siria'.
Tanto la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que preside Yaser Arafat, como los diputados árabes del Parlamento israelí y el jefe de la oposición y líder del frente pacifista de izquierda, Yosi Sarid, criticaron con dureza la operación. Sarid recordó que, en la campaña electoral previa a los comicios especiales a primer ministro del 6 de febrero pasado, 'Sharon prometió que sólo él traería la paz, pero de momento lo que ha traído no se parece en absoluto a la paz'.
En Israel hay quienes temen que el ataque contra objetivos sirios en el Líbano tenga consecuencias graves y desemboque en un enfrentamiento armado con Siria o incluso en una conflagración en todo Oriente Próximo. De momento, las autoridades de Damasco se han limitado a la retórica. Sin embargo, Hezbolá amenazó con convertir en una pesadilla el sueño de seguridad de Sharon.
Mientras tanto, en el frente israelo-palestino, las alertas sonaron de nuevo anoche cuando cinco cohetes disparados desde la franja de Gaza alcanzaron el sur de Israel. Aunque no se produjeron víctimas, el Ejército montó de inmediato una operación de represalia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.