Mubarak se resiste a dimitir pese a las protestas masivas: "Moriré en la tierra de Egipto"
El presidente egipcio no se presentará a las próximas elecciones de septiembre.- Los cientos de miles de personas siguen manifestándose en las calles.- El Baradei insta al 'rais' a abandonar el país antes del viernes
El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, no está dispuesto a dimitir ni a ceder a la presión de la calle. Tras la manifestación de cientos de miles de personas que ha durado todo este martes, el máximo mandatario ha anunciado en un discurso televisado que no se presentará a las próximas elecciones, en septiembre, aunque permanecerá en el poder con un nuevo Gobierno abierto al diálogo con todas la fuerzas y a las reformas democráticas. Además, asegurará las medidas para una "transición pacífica del poder dentro de la Constitución". La multitud reunida en la plaza de Tahrir -epicentro de la protesta contra el presidente-, concentrada desde primeras horas de la mañana, ha reaccionado indignada y con gritos de "fuera fuera" y con el lema de que si Mubarak no se va, ellos tampoco.
"Este es mi país. Aquí he vivido, he luchado por esta tierra y he defendido su soberanía y sus intereses. Moriré en la tierra de Egipto", aseguró el presidente en su discurso, el segundo desde que comenzó la crisis hace ocho días. El rais también anunció una serie de reformas, entre ellas del sistema judicial, y que uno de sus objetivos es combatir a fondo contra la corrupción.
A pesar del rechazo del diálogo por parte de la oposición, el presidente también ha anunciado que se dirige directamente a todos los egipcios para asumir sus responsabilidades, y ha avisado que no renunciará a "su deber". Tras las protestas de hoy en el centro de El Cairo, el presidente egipcio ha denunciado los "actos lamentables" que según él se han producido en todo el país. "La realidad obliga a ciudadanos y dirigentes a elegir entre el caos y la estabilidad", ha afirmado. Pero la oposición se mantiene firme, y asegura que no va a establecer ningún diálogio con el Gobierno hasta la marcha de Mubarak. El Baradei, que no ha querido especular sobre la posibilidad de que se presente a las elecciones, ha calificado de "truco" para permanecer en el poder el discurso televisado del presidente.
Mubarak se ha visto obligado a tomar esta decisión tras la masiva marcha convocada por el movimiento opositor en El Cairo y otras ciudades de Egipto para exigir su dimisión y el final de sus 30 años de régimen. La presión de los manifestantes no se ha diluido en todo el día, y seguían concentrados a pesar de que ya ha caído la noche en El Cairo, esperando la dimisión de Mubarak, algo que finalmente no ha llegado. La cadena de televisión Al Yazira, cuyas cámaras siguen en directo el desarrollo de la marcha y las reacciones que se están produciendo en la plaza de la Liberación, ha calculado que la protesta ha reunido a dos millones de personas mientras fuentes oficiales han cifrado la concentración en un millón. Tras varias horas entre la multitud, el corresponsal de la televisión ha asegurado que los protestantes no piensan moverse "hasta que Mubarak se vaya". Tras el anuncio del presidente, los manifestantes han continuado reunidos en la plaza, protestando por las palabras de Mubarak. Un joven se ha dirigido a las cámaras de Al Yazira con una única idea: "Si Mubarak se va, yo vivo".
Concentrados en la plaza de Tahrir (de la Liberación) desde las once de la mañana, los manifestantes han montado tiendas, repartido mantas y comida para pasar la noche y continuar su protesta. Su objetivo: exigir reformas democráticas en el país árabe bajo el lema "Abajo Mubarak, todos contra Mubarak". Sin embargo, el presidente ya ha anunciado que no tiene pensado renunciar a su cargo aunque sí que no va a presentarse a las próximas elecciones, algo que el presidente de EE UU, Barack Obama, le había pedido horas antes a través del enviado del Gobierno estadounidense, el ex embajador Frank Wisner, quien le ha pedido a Mubarak que escuche las demandas de su pueblo, según ha publicado The New York Times . El primer ministro egipcio, Ahmed Shafiq, ha insistido a través de un comunicado distribuido por fax por el Ministerio de Información, en la oferta de diálogo hecha a la oposición en los últimos días y ha anunciado un "conjunto de medidas", sin detallar, que se cumplirán "en un breve período".
La tensión se ha trasladado a los líderes diplomáticos. EE UU ya ha pedido a sus ciudadanos que salgan del país y la embajadora en Egipto, Margaret Scobey, se ha puesto este martes en contacto por teléfono con Mohamed ElBaradei, activista opositor que se ha unido a las manifestaciones masivas en contra del presidente egipcio. La jefa de la delegación estadounidense ha transmitido al ex director de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) el mensaje de que EE UU respalda una "transición ordenada" en Egipto, según ha informado el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, en un mensaje de Twitter .
Reino Unido tampoco ha tardado en posionarse. Siguiendo la misma idea expresada por Estados Unidos, Un portavoz del primer ministro, David Cameron, ha subrayado que es "importante" para las autoridades egipcias "escuchar las demandas de su pueblo". Para Londres, el "cambio real" significa una "transición" con una administración "de amplio espectro que incluya a personas de la oposición". "Está claro que (el cambio) aún no se está produciendo, y lo consideramos decepcionante", ha dicho el portavoz de Downing Street.
El líder opositor y premio Nobel de la Paz El Baradei ha instado al presidente egipcio a que abandone el poder y salga del país antes de este viernes para evitar "un baño de sangre". Toda la oposición, incluido los Hermanos Musulmanes, la gran fuerza islamista de Egipto, han llegado a un acuerdo basado en cuatro puntos: que Mubarak deje el poder, la disolución del Parlamento, una nueva Constitución, y, por último, la creación de un Gobierno de transición.
Para suceder a Mubarak se constituirá un grupo de sabios encargado de establecer los mecanismos de diálogo para ordenar la transición, en el que participarán ElBaradei, Amr Musa (secretario de la Liga Árabe) y Ahmed Zewail (premio Nobel de Química en el año 1999) -que reside actualmente en EE UU y ha sido llamado para participar en este cónclave-.
Un miembro de los Hermanos Musulmanes, Kamel El Hebawy, ya ha anunciado que su apuesta para suceder a Mubarak no es otro que el jefe de Estado Mayor de la Defensa de Egipto, el general Sami Enan. En una entrevista concedida a Reuters, el clérigo egipcio ha destacado que el general Enan tiene buenas relaciones con EE UU y es un liberal que podría ser visto con buenos ojos por la oposición. "Puede ser el hombre de futuro de Egipto", ha asegurado, para después resaltar que el jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Egipto sería aceptado por la oposición porque tiene "buena reputación". "No está envuelto en la corrupción. El pueblo no le conoce como corrupto", ha señalado. De unos 60 años de edad, Enan es poco conocido en la escena internacional y ha dedicado la mayor parte de su carrera militar a la defensa aérea.
Mosaico social
En la protesta participa un amplio espectro de la sociedad egipcia: gente joven, estudiantes, profesionales, familias enteras con sus hijos, muchos de ellos bebés, y egipcios con mayor poder adquisitivo que están aportando dinero para sufragar la comida y el agua para la multitud. En el centro de la plaza, además de pancartas en las que se reclama la salida de Mubarak y el regreso de la democracia, se ha instalado una gran pantalla en la que han proyectado fotos de las protestas para romper así la censura de la prensa oficial egipcia, que no está informando de lo que ocurre en la calle. "Hemos hecho la parte más difícil tomando las calles. Ahora depende de los intelectuales y los políticos que lleguen a un acuerdo y nos ofrezcan alternativas", ha asegurado Walid Abdel-Muttaleb, un hombre de 38 años que ha secundado la marcha.
El bloqueo de Internet y el toque de queda dificultan cada día más el trabajo de las compañías egipcias hasta el punto de que los empresarios también han salido a la calle. "Esto es un desastre", ha afirmado a Efe por teléfono el empresario Yahia Farrad, gritando para hacerse oír entre el alboroto que reinaba este mediodía en la plaza en la que se han concentrado las protestas. Farrad dirige la Organización Internacional para la Promoción del Turismo en Internet y preside la agencia de viajes Menphis Tours, que desde 1999 opera únicamente en la red. "No hemos podido comunicarnos con nuestros clientes desde el viernes pasado y tampoco sabemos nada de nuestros proveedores", se ha quejado.
El Ejército, testigo de la protesta
Después de que el pasado lunes el Ejército considerara "legítimas las protestas" y anunciara que "no recurrirá al uso de la fuerza contra el pueblo", el despliegue de soldados que está alrededor de la plaza ha tenido como misión canalizar la entrada de los miles de manifestantes. La gente se ha agolpado en torno a las dos únicas vías para acceder al recinto, porque las otras cinco calles que culminan en la plaza han sido cerradas por los soldados como medida de seguridad. Los uniformados se han ceñido a identificar a los manifestantes y a revisar mochilas y bolsas, pero en ningún momento han utilizado la fuerza. Los cientos de periodistas internacionales que cubren la crisis en Egipto tampoco han tenido problemas para entrar e informar desde el interior de la plaza.
Aunque la concentración ha sido pacífica y no ha habido incidentes, la Policía egipcia ha decidido prevenir esta mañana y ha levantado alambradas de púas alrededor del Palacio Presidencial de Hosni Mubarak, en el barrio cairota de Heliópolis, a unos 17 kilómetros de la plaza Tahrir.
Marchas en Alejandría y Suez
El Cairo no es la única ciudad donde el movimento anti Mubarak ha exhibido este martes su fuerza. En Alejandría (al norte del país) se ha desarrollado otra marcha del millón, donde, según ha informado la cadena árabe Al Yazira, centenares de miles de personas siguen cantando, ya de noche, el himno nacional. En Suez también se han concentrado alrededor de 200.000 personas y han gritado lemas como "revolución por todas partes". Para amortiguar el impacto de estas movilizaciones, el Gobierno ha decretado el cierre del servicio ferroviario y de muchas carreteras.
A la cascada de peticiones de libertad se ha unido el primer ministro turco, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, que ha recomendado a Mubarak que "escuche las demandas" de sus ciudadanos. "Escucha las protestas y las demandas extremadamente humanistas de los ciudadanos", ha señalado Erdogan durante un discurso ante los miembros del partido gobernante AKP. "Atiende sin dudarlo las demandas de libertad de los ciudadanos", ha añadido.
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