Cuatro días de reuniones para ensayar la negociación de un acuerdo de Estado
El comunicado de ETA anunciando el alto el fuego "general, permanente y verificable" interrumpió el lunes la cuarta reunión en cuatro días de sindicatos y Gobierno a las 11.30 de la mañana, una hora y media después de comenzar. Esta vez el encuentro se celebraba en Madrid, otras citas del fin de semana habían sido fuera de la capital. En ella estaba el vicepresidente primero y ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, por lo que el anuncio de la banda terrorista le obligaba a suspender la reunión.
En ese encuentro, como en los tres precedentes, hablaron de la reforma de pensiones, pero también de la posibilidad de ampliar las conversaciones tanto en temas como en participantes. Se trataba de una idea que los sindicatos barruntaban desde hacía días y que habían trasladado al Gobierno el mismo viernes por la mañana, horas antes del encuentro con el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez.
En realidad la iniciativa no era nueva. Lo que hicieron los sindicatos fue recuperar una propuesta que CC OO lanzó en mayo de 2009. Entonces la central de trabajadores liderada por Ignacio Fernández Toxo propuso buscar un gran pacto de Estado que abarcara a fuerzas sociales y políticas para luchar contra la crisis. Cayó en saco rato.
La propuesta llevó a la mesa de negociación a los vicepresidentes Rubalcaba y Elena Salgado el sábado, el día que la reunión duró 14 horas. El perímetro de las conversaciones se había ensanchado. La economía tenía que dejar paso a la política y eso supera las competencias del ministro de Trabajo. Sobre la mesa había algo más que los temas propuestos en principio: reforma laboral, pensiones y negociación colectiva.
Los vicepresidentes no coincidieron el sábado en el encuentro. Rubalcaba estuvo por la mañana. Salgado, por la noche. Al día siguiente, la sesión se dedicó íntegramente a pensiones, sin el vicepresidente. Pero el lunes de nuevo Rubalcaba tomó las riendas, hasta que ETA interrumpió la sesión.
En principio, hoy iban a retomarse los encuentros. Gómez se iba a ver las caras con los secretarios generales de UGT, Cándido Méndez, y CC OO, Fernández Toxo, y con el nuevo presidente de la patronal, Juan Rosell. Problemas de agenda han impedido el encuentro, que probablemente se celebrará mañana viernes.
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