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Miquel Roca, sobre la Constitución de 1978: “Queríamos que durase y ha durado. Cumplimos”

El ponente da una clase a jóvenes en vísperas del 45 aniversario de la norma fundamental en el Congreso: “Mucha gente ha muerto por la libertad y no se merecen que nadie deje de respetarla”

Miquel Roca, este martes en el Congreso de los Diputados.Foto: CLAUDIO ÁLVAREZ
Javier Casqueiro

La Constitución de 1978 cumple este miércoles 45 años y uno de sus dos ponentes vivos, el catalán Miquel Roca i Junyent, de 83 años, lo celebró este martes con una conferencia-coloquio magistral en el Congreso ante un grupo de jóvenes y diputados de la actual legislatura para conmemorar su vigencia, su sentido y su vitalidad. Roca contó anécdotas y vivencias, pero sobre todo cosechó aplausos por la firmeza con la que defendió los valores de aquel texto. “Queríamos que durase y ha durado, la que más de nuestra historia”, reseñó. Y ensalzó, ante los que defienden su reforma o la cuestionan con declaraciones, actos y vetos, la importancia de “la voluntad de que se cumpla” la letra de la Ley Fundamental.

El Congreso había preparado, como anticipo al acto más institucional de este miércoles del propio aniversario de la Constitución, un coloquio en el que Miquel Roca y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, el otro ponente vivo, pudieran ilustrar a un grupo de jóvenes que cursan estudios constitucionales y a parlamentarios novatos de este mandato sobre sus experiencias en relación con el texto constitucional. Herrero no pudo acudir al final por un problema de salud, pero el panel se completó con dos de los diputados con menos edad de esta legislatura: Miguel Ángel Sastre, de 27 años, de Cádiz, coordinador de Nuevas Generaciones del PP, y Ada Santana, de 25 años, la más joven de la Cámara, secretaria general de las Juventudes Socialistas.

Roca acaparó el interés de toda la sala Constitucional, repleta, y también de los otros ponentes. El abogado y político catalán empezó por reconocer que se sentía en su “casa”, el Congreso, donde permaneció desde las Cortes Constituyentes de 1977, y en las que durante 18 años fue portavoz de la extinta CiU. Y mostró que venía “armado” con un pequeño librito de bolsillo que recoge el articulado de esa Constitución de 1978 en la que participó. El exdirigente nacionalista catalán quiso subrayar de partida que aquella elaboración y discusión sobre la Constitución, la que más ha durado y la única votada en referéndum por los españoles con un 90% de respaldo, “no fue fácil”.

Para ofrecer un ejemplo de la diversidad y distancia histórica e ideológica entre los siete ponentes constitucionales, Roca confesó que el primer día que se encontró sentado frente a Manuel Fraga, fundador de AP, luego PP y exministro de la Gobernación franquista, pensó que en algún momento se levantaría para detenerle. Luego reconoció que 34 años más tarde, en la muerte del político gallego, lloró la desaparición de un amigo.

La presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, saluda a Miquel Roca en presencia de los diputados más jóvenes, Miguel Ángel Sastre y Ada Santana, y la periodista Rosa María Calaf (a la derecha).
La presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, saluda a Miquel Roca en presencia de los diputados más jóvenes, Miguel Ángel Sastre y Ada Santana, y la periodista Rosa María Calaf (a la derecha).Claudio Álvarez
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Para Roca, el valor y mensaje más relevante del texto constitucional vigente es precisamente “el compromiso de libertad, paz y prosperidad”. Y, en ese contexto, relató la apelación que un ciudadano anónimo le soltó “frontalmente”, en una madrugada de aquel incierto 1977, cuando salió del Palau de la Generalitat tras informar al expresidente Josep Tarradellas del discurrir de los trabajos de esa ponencia. Aquel hombre le interpeló: “Esto esta vez tiene que salir”. Y Roca concluyó este martes en la sala Constitucional del Congreso: “He cumplido”.

Los jóvenes diputados Ada Santana y Miguel Ángel Sastre cumplieron el papel previsto. La abogada socialista apostó por algunas reformas y retoques al edificio constitucional para abrir ventanas a la igualdad de las mujeres y apuntalar derechos sociales adecuados a la España de 2023. El popular, arquitecto, aceptaría algún ajuste o actualización puntual a un inmueble jurídico que cataloga como “de protección integral, no obsoleto, en la flor de la vida”.

Miquel Roca hizo esfuerzos por entender esas necesidades y demandas de las nuevas generaciones de esta España, pero también alertó contra cualquier tipo de tratamiento de antienvejeciento. El abogado catalán concedió que no le entusiasma, de entrada, reformar un texto del que habla con el orgullo de “amor de padre”, pero, sobre todo, porque intuye los peligros de introducir ahora ese debate en la política nacional: “Sería la excusa o pretexto para otra pelea”.

Roca también quiso fijar, al menos, dos mensajes de fondo sobre la Constitución. El primero, “sin sacralizarla”, lo fijó en la importancia de “la voluntad de que la Constitución se aplique y se cumpla”. El segundo lo situó en uno solo de los 169 artículos de la Carta Magna, el 9.2: “Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”. Ahí le dio relevancia Roca al concepto proactivo de “remover” las cosas que no funcionan.

El ponente del documento constitucional de 1978 defendió que ese propio texto contempla las vías para su reforma, pero subrayó que algunas de las propuestas que se plantean, como la actual prevalencia del varón sobre la mujer en la sucesión de la corona, no le parecen suficientemente urgentes. Roca, además, entiende que aquel consenso ciudadano que refrendó la Constitución con casi el 88% de los votos hoy más que probablemente no se lograría y la discusión al respecto abonaría más terreno para la disputa política.

Miquel Roca sostiene un ejemplar de la Constitución, este martes en el Congreso.
Miquel Roca sostiene un ejemplar de la Constitución, este martes en el Congreso. Claudio Álvarez

El político catalán sostiene que ninguna de las cosas que se han dejado de hacer en estos años es culpa de la Constitución, y ahí mencionó desde que el término discapacitado aún figure en el artículo 49 o las carencias por la falta de presencia de las mujeres en aquella ponencia o en relevo de la sucesión monárquica, y abogó al final porque al menos durante un día, es decir durante la jornada del 6 de diciembre en la que se celebra su aniversario, los políticos y los ciudadanos sonrían un poco más. Y acabó con una alerta pedagógica que autocalificó de “patética” para la generación más joven: “La democracia en sí misma es una asignatura a aprender y la única garantía de la libertad. La Constitución la hemos hecho por los jóvenes y mucha gente ha muerto por la libertad y no se merecen que nadie deje de respetarla hoy”.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.
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