El milagro del oasis ‘Cifras y letras’
El concurso de La 2 ha conseguido en octubre su mejor cuota media, un 4,3%, y cuenta con más de medio millón de fieles. “Es un reducto de buen rollo, una isla cultural”, dice su presentador. Esta semana entrega su mayor bote, de 169.000 euros
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Ajeno al ruido del día a día, Cifras y letras ha logrado establecerse en La 2 como la alternativa cultural diaria en esa franja tan codiciada y de la que tanto se ha hablado en las últimas semanas que es el access prime time. De 21.30 a 22.00, mientras que en La 1 arranca La revuelta y, en El hormiguero, Pablo Motos recibe al invitado del día, el presentador Aitor Albizua y los expertos David Calle y Elena Herraiz van dando paso a las letras y los números con los que dos concursantes tratan de dar con la palabra más larga y la cifra exacta. El concurso, que hace unos días fue galardonado con el Premio Iris de la Crítica, ha logrado este octubre su mejor registro de audiencia desde que regresó a la parrilla en enero. Mientras que la cuota media de La 2 no llega al 3%, Cifras y letras en octubre ha promediado un 4,3% y ha tenido 533.000 espectadores de media, llegando hasta el 5,3% y los 687.000 espectadores el día 16 de octubre, su récord hasta la fecha. Para analizar su éxito y cómo se ha consolidado en la parrilla, hablamos con algunos de los responsables del milagro Cifras y letras, que esta semana entrega su bote más alto, de 169.000 euros.
Para su presentador, Aitor Albizua, hay varios factores que podrían explicar la buena acogida del programa. “En primer lugar, la tipología del juego, algo sencillísimo, jugar con palabras y cuentas de matemáticas. Y destacaría el factor alternativa. Justo en ese momento no había ningún otro tipo de oferta cultural o divulgativa”, explica. El director del programa, Fredy Alcelay, insiste en que son la alternativa cultural y de servicio público frente a otros formatos, su tono “blanco y familiar”, su capacidad para atraer a público de todas las edades y la conexión emocional que se establece con la audiencia. En esto último incide Urbana Gil, directora del área de Sociedad de RTVE: “Cifras y letras consigue que el espectador se sienta partícipe de una gratificante experiencia televisiva. Me consta que nuestra audiencia también valora mucho la duración y la agilidad del formato. Es una forma muy entretenida de mantener ágil el cerebro antes de que termine el día”.
Cifras y letras no era ningún recién llegado a la televisión española. El estreno de este formato francés en La 2 data de 1991, y ahí se mantuvo hasta 1996 presentado por Elisenda Roca. Después, se emitió en canales autonómicos entre 2002 y 2013. En pleno boom de la nostalgia televisiva, cuando es raro el formato con solera que no he regresado de una u otra forma a las pantallas, se decidió apostar por el retorno de este concurso. Una de las responsables de ello fue Isabel Raventós, directora general de la productora Atomis Media: “Nos encontramos en una etapa de transición muy compleja en el mundo de los contenidos. Lo hemos visto en el Mipcom de octubre de este año. Desde hace varios años existe cierto estancamiento en la creación de formatos de entretenimiento y concursos, y por esto a nivel internacional se apuesta por el lanzamiento de formatos clásicos adaptados a las audiencias que ven televisión lineal y no lineal”, cuenta Raventós. En este contexto, Cifras y letras era un formato idóneo para recuperar por su estructura y por la facilidad para interactuar, participar y aprender con él. “Era muy interesante, para La 2, explorar su incorporación en una franja que necesitábamos reforzar. En este caso, hemos sabido aprovechar la oportunidad de recuperarlo, cuando las circunstancias presupuestarias lo han permitido”, añade Urbana Gil.
Los concursos son uno de los grandes activos de las cadenas a la hora de conseguir citas diarias que reúnan a un público muy variado. También en La 2, Saber y ganar lleva casi 28 años convertido en todo un icono de la televisión pública. La ruleta de la suerte llegó a España a la vez que las televisiones privadas, en 1990. Y de la importancia de Pasapalabra como núcleo que vertebra parrillas ya hemos hablado en varias ocasiones. ¿Qué tienen los concursos para lograr fidelizar tanto al público? Albizua se hace la misma pregunta: “Una explicación que le doy, sobre todo escuchando a la gente que nos escribe o nos ve, es que llega un momento que tanto contenido de noticias negativas, polarización, investigación, tertulia… genera un poco de desasosiego o desafección, o cierto cansancio y hastío. El hecho de tener un reducto de buen rollo, sin muchas estridencias en nuestro caso, esa isla, ese oasis cultural y amable en el que pasarlo bien, es una de las cosas por las que la gente se queda viendo concursos. Muchas veces lo comparo con cuando en una sobremesa de una comida o una Nochebuena con amigos o familia, alguien saca un juego de mesa y, de repente, todo se olvida y te metes en el juego, y eso mola y aporta”, reflexiona el presentador.
“Los concursos suelen tener una estructura clara y sencilla. La interacción y la posibilidad de jugar y competir con familiares y amigos desde casa o a través de las redes sociales también provocan esa fidelización. Sin olvidar que los concursos son de los pocos formatos que atraen a todo tipo de espectadores”, añade Fredy Alcelay. Urbana Gil destaca la importancia de los responsables de casting a la hora de seleccionar los participantes: “Tienen un componente adictivo muy grande, superior al de otros formatos. Si, además, consiguen encontrar a un concursante carismático, el poder de convocatoria se multiplica”.
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