La primera creadora de una serie de ‘Star Wars’ se planta contra los seguidores tóxicos: “Si te involucras en el racismo y el odio, no eres fan”
La directora y guionista Leslye Headland cuenta en ‘The Acolyte’ una historia basada en la relación personal con su hermana que describe como “Frozen’ cruzado con ‘Kill Bill”
La primera creadora de una serie de Star Wars tiene un mensaje para los seguidores que critican la diversidad que ha introducido en The Acolyte: “Si te involucras en lanzar mensajes de racismo, intolerancia o discursos de odio en internet, no te considero fan de Star Wars”. Leslye Headland no se avergüenza en repetirlo a todo el que le pregunte. Así lo contaba a EL PAÍS en su visita a Madrid, previa a la emisión del capítulo en el que presentó una comunidad de brujas lesbianas lideradas por Jodie Turner-Smith que tiene descendencia mediante algún ritual galáctico. El episodio ha atraído numerosos comentarios sexistas en las redes sociales, empujados por esa euforia casi religiosa que caracteriza a la marca.
“¿Destruye este episodio Star Wars?”, titulaba un vídeo en YouTube con más de 500.000 reproducciones. “Esto ha llegado demasiado lejos”, decía el opinador de la derecha estadounidense Ben Saphiro. Pero para Headland esto es un viaje personal: “No quiero que se nos juzgue a todos los fans por ese tipo de público”. La también cocreadora de Muñeca rusa es escritora y directora, y no deja que nadie le diga lo que es ser fanático de Star Wars. Headland creció como seguidora irredenta de la saga creada por George Lucas, y se le nota en cada frase, en cada esquina del universo que describe con detalle. Es toda una estudiosa de su mundo desde los ochenta. Aunque el enfoque de su serie en Disney+ va por libre: “Lo vendí como Kill Bill cruzado con Frozen”.
Su reivindicación por la inclusión tiene una causa personal. Headland reconoce que siempre le faltó un espacio en Star Wars en el que las mujeres tuvieran más que decir. En su personal vuelta de tuerca a la franquicia, ha tratado de cubrir ese hueco: “Ser fan mientras crecía no fue sencillo. No fue hasta mi vida adulta cuando me sentí más cómoda diciendo abierta y orgullosamente que amaba Star Wars. Cuando empecé a jugar al rol ya con 30, sentí que no había podido expresar todo ese universo interno antes. Ojalá hubiese sabido que existía ese escape. La visión de las niñas es necesaria y necesitan ser aceptadas en la ficción, pero no se les expone a eso hasta que son mayores. De niña, solo te empujan a copiar lo que hacen tus amigas”.
“The Acolyte tiene en el centro lo mismo que todas las historias de Star Wars: padres e hijos, aprendices y maestros, mujer y marido, hermano y hermana, bebé y padre adoptivo. La familia es el ADN“, apunta. Las hijas gemelas de las brujas galácticas son precisamente las protagonistas de la serie; dos hermanas que han decidido recorrer caminos distintos de la fuerza. Esa división dispara un enfrentamiento con el lado oscuro que comienza con el asesinato de una jedi. A estas herederas de Anna y Elsa de Frozen las interpreta Amandla Stenberg, actriz negra y lesbiana, también atacada en redes, que acaba de publicar un rap contra los seguidores tóxicos y machistas. A su alrededor, el coreano Lee Jung-jae, la hispanobritánica Dafne Keen, el afroamericano Charlie Barnett y el filipino-canadiense Manny Jacinto.
Esta temática familiar también es para Headland algo personal. La guionista reconoce que la nula relación con su hermana es la que inspiró este conflicto: “El término ‘hermana’ se utiliza coloquialmente para decir que eres muy cercana a alguien, que tienes un lazo irrompible. Yo tengo dos hermanas, y esa no es mi experiencia. Claro que hay amor por crecer juntas, pero sobre todo ha habido conflicto, peleas y mucho sentimiento de no sentirse aceptadas entre nosotras. Así que pensé que había mucho terreno por explorar”. Quiere que sus personajes hallen quiénes son y cuál es su poder, pero “no en su relación con otras, ni por lo que se espere de ellas”. Una temática de independencia que cautivó a la jefa de Lucasfilm, Kathleen Kennedy, que también tiene una gemela.
Kennedy le entregó además la libertad de situar The Acolyte en una parcela inexplorada en el tiempo, donde los seguidores no tuvieran que hacer deberes para enterarse, sin Skywalker ni Imperio de por medio: “Sucede en el tiempo que llaman la Alta República, no hay guerra galáctica, ni naves espaciales explotando, ni estrellas de la muerte. Los jedi aquí no son los perdedores, sino los monjes que dominan. Lo que mantenemos son los duelos de espadas láser y artes marciales. Me interesaba que el contexto fuera distinto, y que no hubiera peligro de pisar el canon oficial”. Para conseguir ese contexto se empapó de películas asiáticas. La guionista cita de corrido a sus referentes, más allá de Frozen: “Volví a ver Yojimbo, Sanjuro, Rashomon, Ran… mucho Kurosawa, pero también los hermanos Shaw, Bebe conmigo, Lady Snowblood, Tigre y dragón, Wong Kar-Wai, A Touch of Zen…”.
En The Acolyte ha logrado así mezclar sus dos pasiones: “Star Wars estaba en mi mente todo el rato en mi adolescencia. Escribía fan fiction y música para la saga. Me leía los libros, jugaba a los videojuegos. Luego pasé a otras cosas, pero esa afición siempre se mantuvo conmigo”. Por eso tampoco deja que los seguidores más enfurecidos le digan lo que es la fuerza, un concepto que el propio Lucas ha asegurado que nadie entendió tras la primera película, de 1977: “Yo me guío por las palabras de Yoda, que dijo que era una aliada poderosa, que nos rodea y une. Para mí es una fuente de energía con la que cada individuo conecta. Todos pueden hacerlo, pero hay un grupo de devotos que la estudian hasta alcanzar un entrenamiento a lo monjes budistas. Ellos conectan con la fuerza a otro nivel, pero no significa que un civil no pueda tener conexión con ella. Simplemente no es la misma experiencia”, explica.
¿Su versión será ahora oficial? “Lo que es oficial o no siempre ha sido confuso en Star Wars y lleva décadas cambiando. Cuando llegó Disney rompió con todos los libros anteriores. Yo he tenido la suerte de tener la libertad de ubicarme en otra época”. Y también la de sentirse segura como para no hacer demasiado caso a los comentarios de internet.
Amandla Stenberg, the star of Star Wars: The Acolyte, decided to pull the racism card and "own the haters" by flailing around like a fish out of water gasping for air while singing about how oppressed she is.
— MasteroftheTDS (@MasteroftheTDS) June 20, 2024
This is what Star Wars is now. pic.twitter.com/p35XyJXCP2
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