_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Diosas y serpientes

Alaska dice que no “deja” Cine de barrio sino que más bien la echan

Alaska (izquierda) y Machús Osinaga posan en el plató de 'Cine de barrio'.
Alaska (izquierda) y Machús Osinaga posan en el plató de 'Cine de barrio'.RTVE
Jimina Sabadú

Alaska dice que no “deja” Cine de barrio sino que más bien la echan. Como es muy educada, ella utiliza otras palabras. Ya echaron a José Manuel Parada en 2003 (también con una eufemística “no renovación”) después de varios escándalos de baja estofa, aunque desde RTVE se hablaba de un tema presupuestario (Parada, por lo visto, salía carísimo). A Parada le sustituyó su íntima amiga Carmen Sevilla, a quien a su vez sucedió Concha Velasco, que también era puro Cine de barrio. Es un lujo tener a las actrices de Rey de reyes, La hermana San Sulpicio, Las chicas de la Cruz Roja, o Pim, pam, pum… ¡fuego! presentando un programa tan amable por fuera como controvertido por dentro.

No me entusiasma el perfil periodístico de Inés Ballester, que tiene pinta de buena gente, pero sin ese porte a lo Yvonne de Carlo glam que tiene Alaska, sin la elegancia castiza de Concha o la simpatía despistada de la Sevilla. En Cine de barrio casi siempre hubo compañeros de hazañas. Parada tenía a Pablo Sebastián y delante de las cámaras se trataban el uno al otro cual despechados personajes de copla. A este programa le debemos momentos de agradable estupor como el momento en el que el artista de los márgenes La Rata de Antequera salió a cantar su versión de Sor Citröen, el momento del “paquete con paquete”, o esta pasada semana, las especulaciones sobre la próxima desaparición de Alaska del formato. Me huele un poco a que no ha gustado el viraje de Olvido Gara hacia nuestros más populares neocon. También pudiera ser por el viraje del programa hacia el rosa. A saber.

Por este programa pasan diosas y también serpientes, y todas sonríen, que de eso va la farándula. Solo puedo pedir que el formato no acabe, que sigan programando igual Los subdesarrollados que Los supercamorristas, y que a ser posible algún día programen Sueño de Andalucía.

Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Jimina Sabadú
Columnista en la sección de Televisión. Ha colaborado en 'El Mundo', 'Letras Libres', 'El Confidencial', en programas radiofónicos y ha sido guionista de ficción y entretenimiento. Licenciada en Comunicación Audiovisual, ha ganado los premios Lengua de Trapo y Ateneo de Novela Joven de Sevilla. Su último libro es 'La conquista de Tinder'.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_