Los referentes femeninos de Blanca Paloma para ganar Eurovisión 2023 con ‘Eaea’

El cruce entre Oxford Street y Charing Cross Road en Londres, a la altura de la estación de metro de Tottenham Court Road, es una explosión de bullicio en el centro de la ciudad. A pesar de los coches y los rojizos autobuses dobles; de la amalgama de gente de todo pelaje y de los llamativos escaparates de la zona, Blanca Paloma (Elche, 33 años) destaca entre ese jaleo, con uno de esos coloridos trajes que ha lucido durante la campaña promocional de su lorquiano y femenino Eaea. Es la canción (y la puesta en escena) con la que este sábado representa a España en el festival de Eurovisión.

Es mediados de abril y Paloma se encuentra en la capital británica junto a su equipo personal y la comitiva de RTVE para preparar la última de sus actuaciones en directo en una de las fiestas previas que organizan los fanáticos del certamen. Al salir al escenario, cambia a un sencillo vestido de color blanco y lo complementa con un arco de violín, con el que toca las cuerdas de su guitarra mientras interpreta el tema candidato a la victoria eurovisiva. Su actuación es una de las más aplaudidas de entre la veintena de aspirantes que se presentan a Eurovisión.

El M&S Bank Arena de Liverpool lleva desde el martes acogiendo uno de los acontecimientos musicales y televisivos más seguidos del planeta. Y Blanca Paloma sigue aferrada a los cinco primeros puestos entre los favoritos en las apuestas. “No me genera presión. Hace que para mí pasar por aquí ya sea un éxito, el hecho de que la gente se haya fijado en la candidatura y que la esté valorando. Aunque no creo que pueda ser significativo con lo que pueda pasar el sábado. Estoy mentalizada para un puesto inferior, pero también para un primer puesto. Lo estoy visualizando”, comenta a este periódico desde la ciudad británica. La sombra de Chanel y su tercer puesto con SloMo del año pasado está siempre presente.

El trabajo durante los primeros ensayos en Liverpool no difiere del de esas actuaciones en directo que ha estado preparando durante meses, cuenta ella misma. “Me siento preparada. Lo importante es ejecutar con precisión lo que hemos trabajado. El éxito será que la gente pueda recordarlo como algo muy especial”, dice. La actuación, muy basada en el aspecto visual y en la realización televisiva, no será la misma que la que le hizo triunfar en el Benidorm Fest, el pasado febrero. “Supimos que había planos que esta vez no íbamos a poder utilizar. En este escenario, las condiciones técnicas son distintas y el público tiene que estar abierto a los cambios”, defiende.

En Benidorm, antes de convertirse en la elegida para representar a España en Eurovisión, Blanca Paloma recordaba que la primera vez que su vocación flamenca se materializó del todo fue en el taconeo casi fantasmal que oía sobre el techo del mercado del madrileño Antón Martín. En el piso superior se encuentra la escuela Amor de Dios y allí conoció a Lina Fonteboa, una veterana profesora de baile flamenco que le recordaba a su abuela Carmen, la mujer que inspira todo el proyecto de Eaea.

Ahora, la profesora Lina, a sus 75 años y retirada desde hace tres por enfermedad tras casi 30 años de trabajo en la escuela, recuerda su tiempo con Blanca Paloma, de la que dice haberse enterado de su paso por Eurovisión a través de este periódico. “Es una de las alumnas que yo más he querido. Era muy estudiosa, se notaba que tenía una afición arraigada por el flamenco y que sabía lo que hacía. El baile le costaba más cogerlo, pero un día escuché cómo cantaba, por soleás y por alegrías, y le dije: niña, tú tienes que cantar. No se atrevía, aunque era lo que realmente quería, hasta que otra profesora de la escuela también lo escuchó y se la llevó para su clase”, recuerda su mentora desde Móstoles, donde vive. “Me gustaría que viniera a verme cuando regrese de allí donde esté”, dice.

La representante española se rodea de su gente, mucha de ella procedente del mundo del teatro, desde que concibió Eaea. Además de su inseparable José Pablo Polo, productor de la propuesta, ha contado con Paola de Diego, la diseñadora detrás del vestuario original de la arquera (uno de los gestos más característicos de su coreografía), que lleva dos años trabajando con la intérprete en sus espectáculos. La realización, uno de los puntos fuertes de la candidatura española, lleva tan solo 35 planos, con un plano secuencia situado en el primer minuto de canción, contaba recientemente Polo al portal especializado Eurovison Spain.

Reivindicando a Remedios Amaya

Otro de los referentes que la cantante de Eaea recuerda siempre que puede, y que conecta de forma directa con su propuesta eurovisiva, es Remedios Amaya. Fue la primera mujer, la primera gitana, que se atrevió a llevar el flamenco al festival europeo. Y además mezclado con algo de pop, recuerda su hija Samara por teléfono, que habla en voz de su madre, indispuesta durante estos días. Eran principios de los ochenta, ella se plantó descalza ante el escenario de un lugar tan poco flamenco como Múnich (Alemania) y obtuvo 0 puntos. Pero ese fracaso no ha impedido a Blanca Paloma invocar su espíritu 40 años después.

La intérprete de 61 años valora de la propuesta de la ilicitana “la raíz flamenca, aunque esté fusionada con una nana profunda y muy arraigada”, comenta a través de su hija. El homenaje que le hace Blanca Paloma es una forma de recordar que “la propuesta de Remedios Amaya hoy por hoy se entendería de otra manera, porque el flamenco hoy en día es casi siempre fusión”, dice su hija. “A mi madre se le ponen los vellos de punta cada vez que ve a Blanca cantar ¿Quién maneja mi barca? en televisión. Está deseando conocerla en persona y que puedan, ojalá, hacer algo juntas algún día”.

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