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Cinco mujeres para romper el sesgo de género en los deportes en televisión

Las exjugadoras de tenis Anabel Medina y Carla Suárez y las periodistas deportivas Laura Fernández, Marta Sánchez Bellas y Laura Álvarez sienten que las mujeres se someten a un escrutinio público más fuerte que el de sus compañeros hombres

Las comentaristas de Eurosport (de izquierda a derecha) Anabel Medina, Carla Suárez, Marta Sánchez Bellas, Laura Fernández y Laura Álvarez, en los estudios de la cadena en Madrid.
Las comentaristas de Eurosport (de izquierda a derecha) Anabel Medina, Carla Suárez, Marta Sánchez Bellas, Laura Fernández y Laura Álvarez, en los estudios de la cadena en Madrid.Jaime Villanueva
Patricia Casas

La periodista Laura Álvarez (Asturias, 24 años) empezó a comentar el ciclismo en Eurosport hace unos meses. Su fijación era contar bien la carrera, saberse los kilómetros y los corredores. Hasta que durante una de las jornadas del Tour de Francia femenino recibió el mensaje de un seguidor. Su hija había visto el evento completo porque le había llamado la atención escuchar a “una chica narrando a las chicas”, cuenta. La niña jugaba al baloncesto y nunca había oído una voz femenina en un partido. En ese momento fue consciente del impacto que provoca su locución en los espectadores. “Lo que dices puede dejar huella en pequeños que todavía no saben qué quieren ser de mayor”, explica. De la misma forma que ella se fijó en la presentadora Laura Meseguer para dedicarse al periodismo, “quizás esa niña, en unos años, quiere contar el baloncesto porque ha visto que hay sitio para todas”, reflexiona.

En uno de los platós de Eurosport se encuentra Álvarez junto a las exjugadoras de tenis Anabel Medina (Torrent, Valencia, 40 años) y Carla Suárez (Las Palmas de Gran Canaria, 34) y las periodistas deportivas Laura Fernández y Marta Sánchez Bellas. Todas ellas son la cara visible de partidos, carreras y combates del medio, aunque no se consideran referentes. “Si me pongo a pensar en eso me da mucho vértigo”, confiesa Fernández, que está especializada en artes marciales mixtas (MMA). Sin embargo, conforme avanza la conversación y se escuchan, la idea cambia. Suárez, a quien Sánchez acuña como referente en el tenis, siente que lo que hacen es visibilizar. “Ayudar a que las jóvenes que nos ven se quiten las dudas y se lancen a la profesión”, le termina Medina la frase. Y es que todavía son “la chica que destaca”, confirman todas, si bien, cada vez está más normalizado ser mujer en un mundo de hombres. Aunque la situación ha cambiado desde que ellas empezaron.

Todas coinciden en tres mujeres que llevan años hablando de deporte: Mónica Marchante, Paloma del Río y Susana Guasch. Pero la mayoría no recuerdan fijarse en perfiles femeninos cuando soñaban con estar al otro lado de la pantalla. “Quizá no las recordamos porque no las había con tanta frecuencia”, sentencia Suárez. Y esta es la idea que se impone en su debate: “Tenemos que diferenciar el papel que cumplían”, razona Álvarez. No tenían el peso que da presentar un informativo. Marchante, por ejemplo, “era más figura de palco”, explica Fernández. Ahora, el 47% de comentaristas, narradores y presentadores de Eurosport son mujeres, aunque, como compara la experta en MMA, todavía no tienen una voz tan presente como la del presentador del Chiringuito de Jugones, Josep Pedrerol. No es porque no tengan la capacidad suficiente para estar al nivel del resto, “lo que se tienen que dar son oportunidades”, manifiesta Suárez.

Ellas comentan y narran tanto a las selecciones femeninas como masculinas, de hecho, en el deporte de Fernández no existe esa distinción. “Los chicos no hacen nada diferente de lo que hacen las chicas”, explica Medina. Para ella, son las personas con poder de decisión en cada disciplina las que tienen que apostar por incluir mujeres en sus equipos porque “no es una cuestión de género”. Piensa que el tenis es pionero en dos cosas: en introducir a mujeres comentaristas y en conseguir dar visibilidad a las jugadoras.

Una de las consecuencias de su trabajo es crear, sin darse cuenta, referentes y para ello, según Medina, es indispensable que salgan en los medios. Álvarez cree firmemente que la televisión es la gran aliada de las deportistas: “El bum que ha conseguido el ciclismo en estos dos años ha sido gracias a darles el sitio que merecen”. Además, como asegura Sara Martín, directora de programas en Aragón TV, es un mito que el deporte femenino tenga menos audiencia. Su equipo decidió la temporada pasada apostar por su selección femenina de baloncesto, el Casademont Zaragoza, y han pasado de obtener un 5,8% de share, a nivel autonómico, en 2021, a un 14,1% este año —Pasapalabra consiguió en enero hacer una media de 24,9% en España—. La fórmula del éxito no ha sido otra que introducir a las chicas en otros programas de la cadena, incorporar su agenda de partidos, o como dice Martín: “Considerarlas de la misma forma que a los equipos masculinos de fútbol y baloncesto”. Álvarez también tiene claro que cuando a las mujeres se les da las mismas infraestructuras, el público responde.

Momentos complicados

Todas van vestidas con un estilo muy marcado que refleja su personalidad. Por ejemplo, Fernández ha optado por un traje color fucsia, que transmite una fuerza arrolladora; y Suárez, que se ha mostrado tímida, por un pantalón tipo chándal y tonos más grises. En 2023 aún se critica la ropa que llevan puesta cuando trabajan: “Pueden juzgar el color del vestido que llevamos y no la camisa de nuestro compañero”, explica Álvarez. Pero aseguran que no es algo único del periodismo, es un tema de la sociedad, que se traslada a su profesión. “Estamos más expuestas que ellos al escrutinio físico, pero también por lo que decimos”, sentencia Fernández.

A la derecha, las jugadoras del Barcelona femenino recogen sus medallas tras ganar la Supercopa. A la izquierda, Rubiales entrega la medalla en la Supercopa en Riad.Foto: Reuters | Vídeo: EPV

A veces, durante las retransmisiones se topan con momentos incómodos o difíciles. Por ejemplo, cuando las campeonas de la Supercopa femenina de fútbol tuvieron que colgarse ellas mismas las medallas porque nadie de la Federación hizo la entrega oficial. Ninguna de ellas comentó ese partido, pero Sánchez, que es especialista en la materia y en tenis, sabe más o menos lo que habría dicho: “Es un poco triste lo que estamos viendo todos y que estas chicas no tengan su merecido reconocimiento”. Son conscientes de que opinar de esa manera repercute en las redes, pero es su “responsabilidad contarlo” en beneficio de la igualdad que están buscando, se complementan en las frases las dos exjugadoras de tenis.

Los haters son algo que no les quita el sueño. Ante las críticas destructivas, se escudan en lo que Álvarez llama “modo burbuja”. “Confío en la opinión de mis compañeros mientras que pasas de lo que diga la gente en Twitter, cuando no lo dicen de forma constructiva”. Ellas saben que cuando cometen un error, además siendo mujeres, las redes explotan. “Hay rajadas tanto para ellos como para nosotras, pero en nuestro caso la crítica es más a fondo”, explica Fernández. Los comentarios que más reciben son sobre su falta de imparcialidad. “No entiendo cuando nos reprochan ir con una jugadora española, ¿es que en el mundial de fútbol no lo hacen?”, ironiza Medina. Excepto Álvarez, porque en el ciclismo no existe la cultura de equipo y las críticas van más en contra del estilo de su narración. “Nos suelen señalar lo mucho que tardamos en contar una anécdota, pero, Manolo, no está pasando nada y yo tengo que hablar media hora, ¿qué te cuento?”, bromea.

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