El adiós de ‘Better Call Saul’ pone fin a una era
La serie heredera de ‘Breaking Bad’ se despide tras completar la transformación de su protagonista
Cuando Better Call Saul nació, iba a ser algo muy diferente a lo que ha terminado siendo. La idea inicial fue que se tratara de una comedia. Pero lo que AMC, su canal en Estados Unidos, encargó a falta de tres episodios para el final de Breaking Bad, fue un drama que contara el pasado de Saul Goodman. El personaje había aparecido por primera vez en el octavo episodio de la segunda temporada de la serie protagonizada por Bryan Cranston en un capítulo titulado Better Call Saul. Ese fue, precisamente, el título de la serie que se estrenó en 2015 y este martes emite su final en Movistar Plus+ (22.30).
Así fue como los espectadores conocieron a Jimmy McGill, el nombre real del personaje, un tipo muy diferente del Saul Goodman de Breaking Bad, abogado turbio y chanchullero, “amigo del cartel”, cuyo camino se cruza con el de Walter White. En las seis temporadas y 63 episodios de Better Call Saul han quedado decenas de referencias y de puntos de enlace entre las dos series, ambientadas en un universo en el que la moral es tan flexible como un junco. Según se aproximaba el final, la conexión entre esos dos mundos crecía. Todo parecía obedecer a un plan pensado hace años por sus guionistas. Sin embargo, no era así. “No teníamos ni idea de cuál sería el destino de los personajes”, dice Peter Gould, cocreador y máximo responsable de la serie junto a Vince Gilligan. “En la primera temporada, todos en la sala de guionistas pensábamos que el protagonista se transformaría en Saul Goodman al final de la primera temporada y luego nos convertiríamos en algo así como un procedimental criminal, una serie donde fuéramos viendo un caso diferente cada semana. Yo pensaba en una versión criminal de Jerry Maguire. Pero no fue así”, recordaba Gould en una entrevista por videollamada con EL PAÍS el pasado jueves.
La serie fue adaptándose a lo que los personajes pedían y lo que los actores creaban. “Lo que hacíamos era vigilar muy cuidadosamente todo lo que ya habíamos hecho antes. Nos gusta tomar ideas que habíamos plantado antes y que normalmente no sabíamos ni siquiera que habíamos plantado. Un ejemplo obvio es cuando, en Breaking Bad, Saul Goodman está de rodillas ante una tumba y grita: ‘¡No fui yo, fue Ignacio! Soy amigo del cartel. ¿Os envió Lalo?’. Fue en un episodio que escribí yo y no tenía ni idea de qué significaba”. En Better Call Saul, Lalo Salamanca y Nacho Varga han sido dos personajes secundarios de gran peso.
Peter Gould lleva 14 años escribiendo el universo de Breaking Bad, desde la primera temporada de la serie madre. Él fue el encargado de crear a Saul Goodman, lo que le llevó a asumir más responsabilidades en la producción centrada en el abogado. “Cuando empezamos Better Call Saul me parecía una locura. Estaba tan orgulloso de Breaking Bad… ¿Cómo podríamos continuar? ¿Cómo nos atrevíamos a hacerlo?”. Precisamente es Gould quien dirige el episodio con el que se cierra la historia.
Pero Saul Goodman no habría sido el mismo sin el trabajo actoral de Bob Odenkirk, cinco veces nominado al Emmy por su papel en esta serie. “Nadie puede hacer lo que hace Bob”, sentencia Gould. “Nadie puede pasar de la comedia más ridícula, casi como un sketch, al drama dos segundos después. Lo que hace es único. Y no creo que ni él mismo se dé cuenta de ello”.
Uno de los aspectos más alabados de la serie ha sido la relación entre Jimmy McGill y Kim Wexler (la actriz Rhea Seehorn). Según avanzaba Better Call Saul, era más frecuente que los espectadores se preguntaran por el destino de esa abogada que no se había mencionado en Breaking Bad y núcleo de la vida personal de Jimmy en una relación de amor y apoyo profesional que hizo temer por su futuro. “Ese es el mayor cumplido que nos pueden hacer, que la gente se haya preocupado realmente por ella y su destino”, dice Gould. “Empezamos la serie como una secuela o una precuela, porque al final ha sido las dos cosas, y al principio las preguntas que nos hacía la gente se centraban en cuándo íbamos a ver los personajes de Breaking Bad. Pero últimamente la pregunta que más nos hacían era qué va a pasar con Kim. ‘¡Más vale que no matéis a Kim!’. Eso es que hemos creado con Rhea un personaje que ha conectado con la gente muy profundamente y es uno de los mayores triunfos de esta serie”.
Better Call Saul nació a la sombra de Breaking Bad, pero, como reconoce Gould, no le costó mucho quitarse de encima ese peso y liberarse de una comparación que podría haber lastrado la serie. “Creo que nos quitamos esa sombra bastante pronto. Siempre fue una presencia en la sala de guionistas, claro, muchos trabajamos en Breaking Bad y teníamos que tener cuidado con las referencias y las relaciones con la serie, que se fue volviendo cada vez más complejo. Fueron 62 episodios de Breaking Bad, más los 63 nuestros y las dos horas de la película que dirigió y escribió Vince Gilligan, El Camino [que narraba el destino de Jesse Pinkman tras el final de Breaking Bad]. Fue un reto vigilar que todo fuera consistente y que encajara bien. Siempre pensamos en Breaking Bad en ese sentido, pero su sombra nos la quitamos pronto. Creo que fue cuando empezaron a ocurrir cosas demasiado tontas para que hubiera ocurrido en Breaking Bad. Hay un episodio en el que Jimmy va a un inventor que ha creado un retrete que habla. En otro, finge un rescate en una valla publicitaria. Walter White nunca habría hecho esas cosas, ni siquiera Jesse”.
Los últimos episodios, especialmente celebrados por los espectadores, incluyen la participación de Bryan Cranston y Aaron Paul, que han vuelto a interpretar a Walter White y Jesse Pinkman para unir definitivamente las dos series. “Ha sido un ejercicio de resistencia haber esperado hasta ahora para hacerlo. Pero creo que el haber esperado tanto ha sido mejor. Queríamos contar la historia de Jimmy McGill / Saul Goodman. Y estos personajes no eran importantes para eso hasta este momento”.
La de ahora sabe a una segunda despedida del universo de Breaking Bad tras la que la serie original tuvo en 2013. Pero ¿será la definitiva? Ni Vince Gilligan, en declaraciones recientes, ni Peter Gould se atreven a cerrar la puerta del todo, especialmente en unos tiempos en los que cadenas y plataformas dependen tanto de sus franquicias de éxito. “Creo que, por el momento, Vince y yo, y el resto del equipo, creemos que ya hemos tentado a la suerte suficiente. Han sido un montón de horas, estamos pidiendo a los espectadores demasiado y es el momento de darle un descanso. Quiero probar otras cosas y explorar otros mundos. Dicho eso, nunca sabes, nunca puedes cerrar la puerta del todo porque, si hay una gran idea, si la gente está dispuesta... quién sabe, podría ocurrir otra vez. Eso sí, no va a suceder pronto”.
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