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¿Qué ocurriría si el hombre llegara a Marte?

La tercera temporada del drama espacial ‘Para toda la humanidad’ sitúa a sus personajes en los noventa y en una realidad alternativa en la que la carrera espacial continúa

Una imagen del tercer capítulo de la tercera temporada de 'Para toda la humanidad'.
Natalia Marcos

En la primera temporada de Para toda la humanidad, el hombre llega a la Luna. Pero en lugar de Neil Armstrong, el primero en pisar suelo lunar es un cosmonauta soviético. Ese pequeño cambio para el hombre supondrá un gran cambio para la humanidad, y hace que la serie de Apple TV+ se desarrolle en un mundo alternativo muy parecido al nuestro, pero que, cuantos más años pasan en la ficción, más se distancia de la realidad. Este drama juega con los mimbres de las ucronías para mostrar cómo esos cambios afectan a sus personajes a lo largo de las décadas. Si la primera temporada sigue los avatares de un grupo de astronautas en los años sesenta y setenta, la siguiente entrega salta a los ochenta para continuar sus historias mientras las tensiones de la Guerra Fría se trasladan al espacio. Ahora, la trama vuelve a dar un gran salto temporal para llegar a unos años noventa en los que el nuevo objetivo es Marte y a la carrera espacial entre Estados Unidos y Rusia se suma una empresa privada como tercero en discordia.

Esta ambiciosa historia creada por Ronald D. Moore, Matt Wolpert y Ben Nedivi fue una de las series con las que Apple se lanzó al mundo de la producción propia de ficción en 2019. Su combinación de drama de personajes, ciencia ficción y épica, con altas dosis de emoción y tensión, además de espectaculares secuencias espaciales, la han convertido en una de las favoritas de la crítica.

Krys Marshall y Joel Kinnaman, en el primer episodio de la tercera temporada de 'Para toda la humanidad'.
Krys Marshall y Joel Kinnaman, en el primer episodio de la tercera temporada de 'Para toda la humanidad'.

Para sus creadores, en la tercera temporada —que Apple TV+ estrenó este viernes con la emisión de un nuevo episodio cada semana— es donde la serie realmente empieza a mostrar todo su potencial gracias al empuje que le da esos saltos temporales, la madurez de sus personajes y la evolución de la tecnología en la ficción. Todo ello, a su vez, supone un reto cada vez mayor para los guionistas. Los cambios de época les obligan a prestar una atención creciente a las diferencias entre su mundo imaginado y el real. “Es un reto divertido”, contaba Ben Nedivi, cocreador de la serie, en una entrevista por videollamada el pasado martes. “Antes de empezar, teníamos un plan para muchos de los personajes. Y cada temporada revisitamos aquel plan. Eso es lo divertido de esta serie y lo que la hace diferente, que podemos contar la vida de esta gente. Ahora, en la tercera temporada, ya hemos visto 30 años de su historia. Muchas películas o series hablan de la vida pasada de los personajes y hacen referencia a ello, pero no lo ves. En nuestra serie lo has visto, has estado en ese viaje con ellos, conoces los traumas por los que han pasado y cómo eso incluye en las decisiones que toman ahora”.

Coral Peña, en el primer capítulo de la tercera temporada de la serie.
Coral Peña, en el primer capítulo de la tercera temporada de la serie.

Todo parte de un pequeño cambio: la URSS llega a la Luna antes que Estados Unidos. Y, por el efecto mariposa, esa ligera diferencia da lugar a un mundo cada vez más diferente, pero esos cambios se manifiestan poco a poco: “En las películas o novelas de historia alternativa, lo normal es que haya un cambio y se salte al futuro y el mundo sea totalmente diferente. Ya sabes, los nazis ganaron la guerra y así es como es ahora el mundo. Lo que nosotros intentamos hacer es mostrar el cambio según pasa, vas viendo cómo esa historia alternativa va formándose”, cuenta Nedivi. “Lo que en la primera temporada eran pequeños cambios muy sutiles, ahora son cada vez más grandes”, añade el guionista.

Por ejemplo, en la tercera temporada, una de las astronautas de la primera entrega se ha convertido en política y se enfrenta a Bill Clinton por la presidencia de Estados Unidos. Otra gran diferencia: esta tanda de episodios arranca con la celebración de una boda en el espacio en la que las cosas no van a salir como estaban planeadas. Los guionistas mencionan como uno de los referentes para ese capítulo la película El coloso en llamas por esa lucha por la supervivencia en una situación límite. Matt Wolpert, otro de los cocreadores de la serie, desde otra ventana de la videollamada añade su inspiración en las películas de aventuras y sobre pioneros, al estilo de los wésterns, “gente sobreviviendo solo con su determinación y sus agallas. Si la segunda temporada era sobre el riesgo de la Guerra Fría, la tercera es en el fondo una historia de aventuras”.

Jodi Balfour, en 'Para toda la humanidad'.
Jodi Balfour, en 'Para toda la humanidad'.

El planteamiento de Para toda la humanidad también propone retos a sus guionistas a la hora de afrontar los aspectos tecnológicos de una carrera espacial que sigue un curso diferente al de la realidad. Para ello, cuentan con la ayuda y la supervisión de expertos como el astronauta Garrett Reisman, que hace las veces de consultor y revisa los guiones para que todo sea, al menos, factible. “Siempre llegamos a un punto dramático, pero trabajamos mucho para que la serie sea lo más realista posible. Esta vez, como queríamos contar la carrera a Marte, nos planteábamos cómo sería si realmente aterrizáramos en Marte, cómo se sobreviviría, los retos que eso supondría”, continúa Nedivi. Wolpert completa la respuesta: “En las temporadas anteriores, nos inspirábamos mucho en naves reales, incluso Pathfinder de la segunda temporada era una ligera evolución de un transbordador espacial. Pero en esta temporada, que es donde realmente la serie empieza a divergir en cuanto al material espacial, queríamos que las naves siguieran pareciendo reales, así que nos hemos basado en parte en diseños que nunca se llegaron a construir”.

Wolpert y Nedivi, que ya habían coincidido en las salas de guionistas de series como Fargo, The Umbrella Academy y El séquito, también ejercen como productores de Para toda la humanidad y hablan de las complicaciones de lidiar con una producción de este tamaño. “El alcance de la serie esta temporada es tremendamente más grande que lo que hemos hecho antes”, dice Wolpert. “Hemos tenido que construir cuatro naves diferentes, varias bases, dos centros de mandos… Había veces en que mirábamos el plan y decíamos, ‘¿en qué estábamos pensando?”.

Wrenn Schmidt y Joel Kinnaman, en el segundo capítulo de la tercera temporada de 'Para toda la humanidad'.
Wrenn Schmidt y Joel Kinnaman, en el segundo capítulo de la tercera temporada de 'Para toda la humanidad'.

Futuras temporadas de la serie, de llegar a producirse, plantearían retos todavía mayores para sus guionistas a medida que la historia se acerca a nuestro tiempo real e incluso lo sobrepasa. “Tenemos ideas para el futuro, sí. Lo que nos parece divertido es, hablando de la aventura de llegar a Marte, ver cómo se podría sobrevivir ahí. ¿Qué ocurriría si continuamos viviendo en Marte y más gente va allí? ¿Cómo sería esa situación realmente? Creo que ese podría ser un reto que podríamos contar si la serie sigue adelante”, concluye Nedivi.

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Sobre la firma

Natalia Marcos
Redactora de la sección de Televisión. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en Participación y Redes Sociales. Desde su fundación, escribe en el blog de series Quinta Temporada. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Filología Hispánica por la UNED.

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