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COLUMNA
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‘Webcam’

Hoy podemos contemplar cualquier sandez en directo y tenemos más oferta audiovisual de la que podríamos consumir en toda una vida

Cámara web enfocada a un estanque del desierto del Namib, en Namibia.
Cámara web enfocada a un estanque del desierto del Namib, en Namibia.
Jimina Sabadú

En 1991, los investigadores del laboratorio de informática de la Universidad de Cambridge pensaron que ir hasta la máquina de café sin saber si habría café era una pérdida de tiempo. En 1994 encontraron una forma de ahorrarse el camino: crearon la primera webcam de la historia. Se llamaba XCoffee y retransmitía, en tiempo real, el estado del depósito de la máquina de café. Esa primera cámara web estaba conectada al modesto, pero práctico, Acorn Archimedes, uno de los primeros ordenadores personales de la historia. Entre idear la webcam (1991) y crearla (1994) apareció el Windows 3.1, y para usar un ordenador ya no fue estrictamente necesario saber nada de ordenadores. Hoy, en 2022, podemos contemplar cualquier sandez en directo. Hoy tenemos más oferta audiovisual de la que podríamos consumir en toda una vida.

En este océano de entretenimiento alguien me habló de una webcam de tantas que hay en el mundo. Una que retransmite lo que sucede en un punto del desierto del Namib, en concreto un pequeño estanque natural con las coordenadas 24° 04′ 29.7″ S 15° 53′ 14.7″ E. Me he encontrado a mi misma bajo las sábanas, pasando el insomnio mientras contemplo la noche de Namibia. De repente celebro la aparición de dos ojos brillantes en la oscuridad, y al acercarse descubro al animal. A veces son dos, o una manada. O coinciden especies diversas. Con el tiempo llegas a conocer no solo qué especie ves, sino que distingues a unos individuos de otros. En el chat, la gente aclara qué especie es, o te remite a la hora del día en la que apareció un animal similar. Algunos preguntan por la vida de los demás. “Todavía hay nieve en el jardín”, decía anoche alguien del norte de Europa. Otra persona desde Oriente Próximo le daba las buenas noches. Para leer pongo de fondo la webcam, como si fuera un fuego. Me recuerda que muchas veces solo hay que mirar en la dirección correcta para encontrarse con uno mismo y con el mundo.

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Sobre la firma

Jimina Sabadú
Columnista en la sección de Televisión. Ha colaborado en 'El Mundo', 'Letras Libres', 'El Confidencial', en programas radiofónicos y ha sido guionista de ficción y entretenimiento. Licenciada en Comunicación Audiovisual, ha ganado los premios Lengua de Trapo y Ateneo de Novela Joven de Sevilla. Su último libro es 'La conquista de Tinder'.

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