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El precio físico de vivir enganchados al móvil

Hacer un uso excesivo del ‘smartphone’ en posturas inadecuadas puede causar ciertas lesiones, y no hay evidencias de que vaya a impulsar cambios evolutivos

Adiccion telefonos moviles
Dos personas utilizan teléfonos móviles en Barcelona, ​​Cataluña, España.Europa Press News (Europa Press via Getty Images)
Isabel Rubio

Los adolescentes pasan de media hasta seis horas al día con el móvil. Hay quienes superan las 10 horas de uso diario. Vivir enganchado al smartphone tiene consecuencias. Mientras que algunos expertos llaman WhatsAppitis a la tendinitis del pulgar por usarlo de forma excesiva, otros investigan si está cambiando la forma en que interactúan los pulgares y el cerebro. Pero los efectos no terminan ahí: pasar tantas horas frente al móvil también puede afectar a los codos, los hombros, las cervicales o los ojos. ¿Cuál es el precio físico de vivir pegados al teléfono? ¿Podría evolucionar el cuerpo si esta tendencia continúa?

“El uso constante del móvil genera posturas inadecuadas y una serie de movimientos repetidos de nuestros pulgares cuando escribimos cualquier mensaje o cuando nos deslizamos a través de las pantallas táctiles”, explica Jonatan Alonso Morte, diplomado en Fisioterapia y miembro del grupo de trabajo de estilos de vida y determinantes de salud (eVIDE) de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.

Estos movimientos pueden crear una sobrecarga en los tejidos de los dedos: “Principalmente, van a afectar a nuestros tendones, músculos, huesos, articulaciones y nervios, pudiendo causar diferentes patologías que nos causen dolor, rigidez o incluso inmovilidad de nuestros pulgares”. María Martín Jiménez, fisioterapeuta de atención primaria en Ávila, ha atendido a varios adolescentes con problemas en la articulación trapeciometacarpiana —situada en la base del dedo pulgar— por abusar del móvil y la PlayStation.

El uso constante del smartphone no solo afecta a los menores. “Normalmente, cuando a cualquier persona le toco el músculo que hace la separación de los dedos, lo tiene cargado, y eso suele ser de estar todo el tiempo con el móvil”, cuenta la fisioterapeuta. A lo largo de los siglos el pulgar ha “trabajado” la mayor parte del tiempo “haciendo pinzas”, según Roberto Ucero, experto en mano y extremidad superior del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM). Sin embargo, al usar un smartphone, “el pulgar se mueve libremente sin mantener una pinza durante mucho tiempo, lo que hace que poco a poco vaya cambiando como trabaja y puede llevar a patologías de sobreúso”.

Los problemas más comunes suelen afectar la zona alrededor del dedo gordo. “Sobre todo generando un tipo de tendinopatía en los músculos que abren el dedo y lo alejan del centro de la mano; pero también en la zona de la palma, en los músculos que acercan el pulgar al centro de la mano cuando queremos teclear”, afirma Daniel Paulino Nogueira, fisioterapeuta y miembro de la comisión de fisioterapia neuromusculoesquelética del Colegio de Fisioterapeutas de Cataluña. Según el experto, los móviles grandes y pesados, teclear rápido y no hacer descansos aumentan el riesgo de padecer estos problemas.

Una de las recomendaciones de los expertos para prevenir lesiones en los pulgares es precisamente descansar del móvil. José Luis Morencia, presidente del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla y León, sugiere “tomar descansos cada 30 minutos para dejar reposar los pulgares”. También aconseja realizar ejercicios para fortalecer los músculos de la mano y el antebrazo, evitar agarrar el móvil con demasiada fuerza y mantenerlo a una altura cómoda.

David Cecilia López, responsable de la unidad de mano y codo del Servicio de Traumatología del Hospital Universitario 12 de Octubre y miembro de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología, aconseja apoyar el móvil en la palma de la mano y usar el dedo índice o corazón de la otra mano para teclear. Para escribir mucho, los expertos consultados sugieren usar el ordenador, enviar audios, recurrir a herramientas auxiliares como lápices táctiles o utilizar el dictado por voz.

De las muñecas a las cervicales

Un uso excesivo del móvil puede provocar, además, dolores en muñecas, codos u hombros, según Alonso. También es “muy habitual la aparición de contracturas y dolores cervicales y dorsales al mantener durante tanto tiempo la cabeza inclinada hacia delante”. Martín está acostumbrada a tratar a adolescentes con problemas cervicales: “Acaban desarrollando una cifosis, que ocurre cuando la curvatura de la columna cervical se vuelve mayor de lo que debería debido a la postura encorvada que adoptan al mirar constantemente el móvil”. Esta cifosis “puede volverse estructural y luego es muy difícil corregirla”. “Tu cuerpo pasa miles de horas curvado y al final terminas con una especie de chepa”, explica.

Morencia aconseja evitar encorvarse al usar el móvil y apoyar los codos sobre una superficie para reducir la carga en la musculatura cervical y los hombros. Para Paulino, no se trata tanto de la postura en sí, sino del tiempo que se pasa en la misma posición sin mover diferentes partes del cuerpo. “La peor postura es aquella que mantenemos mucho tiempo”, asegura Ucero, que recomienda cambiar de postura cada poco tiempo, realizar estiramientos para relajar los músculos del cuello y los hombros y usar un soporte, atril o ventosa para el teléfono.

Efectos en la salud visual

Los ojos también pueden verse afectados por la exposición prolongada a pantallas pequeñas como la del móvil. “Cuando estamos mirando en visión próxima, las demandas de acomodación y convergencia aumentan y se hace un sobreesfuerzo en los músculos oculares, lo que puede provocar fatiga visual”, afirma Ana Belén Cisneros del Río, vicedecana del Colegio de Ópticos Optometristas de Castilla y León. La experta explica que el incremento de la miopía en niños y adolescentes se debe tanto a factores genéticos como al uso excesivo de la visión cercana.

Para minimizar los efectos negativos del abuso del móvil en los ojos, la experta aconseja colocar el terminal a unos 40 centímetros de distancia, asegurarse de contar con una buena iluminación ambiental y hacer descansos. En este sentido, sugiere seguir la regla de 20-20-20: “Cada 20 minutos, relajar la visión mirando algo que esté alejado a 20 pies o más de 6 metros —por ejemplo, a través de una ventana— durante 20 segundos”.

Qué pasa con el cerebro

¿Está cambiando el uso constante del móvil la forma en que interactúan el cerebro y los pulgares? Yang Wang, profesor de la División de Ciencias de la Imagen en el Departamento de Radiología de la Facultad de Medicina de Wisconsin, afirma que el uso prolongado del smartphone puede alterar significativamente esta interacción. Algo que, según advierte, podría derivar en problemas relacionados con el control motor, la fuerza y las capacidades cognitivas.

Douglas A. Parry, profesor asistente del Grupo de Psicología de los Medios en el Departamento de Ciencia de la Comunicación de la Universidad Libre de Ámsterdam, destaca que estos efectos no son exclusivos del uso del móvil. “Los estudios sugieren que los comportamientos frecuentes pueden provocar cambios en la corteza somatosensorial del cerebro”, afirma el experto, que es autor de varias investigaciones sobre el uso del smartphone y el cerebro. Según cuenta, se observan efectos similares en personas que realizan otras actividades motoras finas repetitivas, como tocar un instrumento. “Estos hallazgos resaltan la plasticidad del cerebro en lugar de cualquier influencia exclusiva de los teléfonos inteligentes”, indica.

El uso excesivo de móviles y pantallas también puede tener efectos negativos en la función cognitiva, el aprendizaje, la memoria y la salud mental, especialmente en niños y adolescentes, según Wang. Aunque algunos estudios vinculan el uso intensivo de teléfonos con una menor capacidad de atención o mayor ansiedad, Parry señala que “estos hallazgos suelen ser correlacionales, no causales”. “Muchos de estos efectos son pequeños, dependen del contexto y están influenciados por diferencias individuales, como la personalidad y la salud mental previa”, destaca.

En cuanto a si los teléfonos móviles están cambiando las habilidades cognitivas, Parry afirma que estos dispositivos pueden fomentar estrategias para gestionar la atención y la memoria, como externalizar ciertas tareas. Pero considera que “estos cambios reflejan conductas flexibles y dependientes del contexto, más que alteraciones fundamentales en las capacidades cognitivas”.

Impacto del móvil en la evolución humana

No hay ningún estudio que respalde categóricamente que, en términos de evolución, el uso constante del móvil pueda cambiar la anatomía de los pulgares, las manos o incluso la postura, según Cecilia. “La idea de que los móviles podrían impulsar cambios evolutivos en el cerebro es, en el mejor de los casos, especulativa”, añade Parry. Asegura que la evolución ocurre en escalas de tiempo largas —a lo largo de generaciones con presiones de selección— y considera poco probable que esté significativamente influenciada por una sola tendencia tecnológica.

José-Miguel Carretero Díaz, catedrático en la Universidad de Burgos y miembro del Laboratorio de Evolución Humana, afirma que desde el punto de vista evolutivo no habrá cambios en la anatomía de la mano por el uso del móvil. El experto destaca que la actividad muscular del pulgar es mínima. “Llevamos miles de años fabricando y manejando herramientas y la morfología de la mano no ha cambiado”, sentencia. Según indica, no existe presión de selección para que el pulgar cambie, y menos en tan poco tiempo. “Es más, a la velocidad que penetra la tecnología de las comunicaciones en la sociedad, seguro que en no mucho tiempo ni usaremos las manos para comunicarnos a través de dispositivos móviles”, concluye.

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Sobre la firma

Isabel Rubio
Es colaboradora de las secciones de Tecnología, Ciencia y Salud de EL PAÍS. Además de seguir de cerca a Apple, Samsung y otros gigantes, prueba dispositivos y analiza el impacto de los avances tecnológicos en la sociedad. También verifica contenidos científicos en la fundación Maldita.es.
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