El exoesqueleto que permite levantar 90 kilos durante ocho horas seguidas sin apenas esfuerzo
La compañía estadounidense Sarcos diseña robots para aumentar la seguridad en trabajos de riesgo
“¿Quién de aquí es capaz de levantar una maleta de 20 kilos? ¿Y de 25? ¿Y de más de 30?”. Un empleado de Sarcos Robotics lanza estas preguntas a una veintena de personas. Inmediatamente después, una trabajadora de la misma compañía se pone un exoesqueleto alrededor de todo su cuerpo. Se llama Tara y va a demostrar que ella puede hacerlo con creces. Y sin apenas esfuerzo. El dispositivo, según asegura, le permite levantar hasta 200 libras —unos 90 kilos— durante ocho horas seguidas sin cansarse.
Sarcos es una compañía de robótica con sede en Utah (EE UU) que lleva 25 años diseñando robots para aumentar la seguridad y productividad humana en trabajos de riesgo. El exoesqueleto que porta Tara durante una demostración a principios de enero en el CES de Las Vegas, la mayor feria de tecnología del mundo, se llama Guardian XO. Está pensado para manipular cargas pesadas usando los movimientos naturales del cuerpo.
Una vez enfundada en el exoesqueleto y con un casco blanco que le cubre toda la cabeza, Tara parece un auténtico Transformer. Se dispone a demostrar cómo el dispositivo puede ayudar en el trabajo diario en aeropuertos. De hecho, la compañía se ha asociado con la aerolínea Delta para facilitar a los trabajadores su rutina.
“Como podéis imaginar, Delta atiende a miles de clientes cada día. También hace frente a toneladas de carga y tiene que utilizar maquinaria muy pesada para mantener toda la aerolínea”, afirma el encargado de presentar la demostración. El exoesqueleto, según cuenta, soporta su propio peso y el del objeto que coja quien lo porta. “Imaginad ahora que Tara es un miembro del grupo de operaciones tecnológicas de la aerolínea”, afirma.
Acto seguido, empieza la demo. Tara se aproxima a la recreación de una turbina de un avión. Anda despacio. Sus movimientos recuerdan a los de un robot. “Apenas pesa, siento como si llevara una mochila pequeña”, afirma. Se agacha lentamente y con sus brazos robóticos, que en lugar de manos tienen una especie de ganchos, coge una tuerca de unos 30 kilos, la levanta y la encaja en la turbina. Después, separa sus brazos de los del exoesqueleto. “Esto me permite tener las manos libres y utilizarlas para tareas finales más precisas”, dice mientras termina de ajustar la pieza.
Gregory Forbes, de la aerolínea Delta, explica que en la compañía muchos empleados trabajan con objetos pesados que tienen que ser colocados con una gran precisión: “Ahora lo hacemos con equipos de personas que utilizan herramientas especializadas, pero los procesos son bastante engorrosos. Con un exoesqueleto, podríamos hacerlo de una manera controlada y evitar la fatiga y las posibles lesiones”.
De momento, la aerolínea comenzará en los próximos meses a utilizar estos dispositivos en su espacio de operaciones técnicas en Atlanta. Pero Forbes considera que los exoesqueletos pueden ser especialmente útiles, además de para el mantenimiento y la reparación de aviones, para cargar el equipaje. De hecho, en el pabellón de la aerolínea en el CES permiten a los asistentes probar un brazo robótico para levantar maletas de unos 20 kilos con apenas esfuerzo.
Almacenes, fábricas y entornos de construcción
La compañía tiene previsto empezar a enviar sus primeras unidades de prueba a diferentes clientes, entre los que se encuentra Delta, durante el primer trimestre de 2020. “Hay muchos trabajos donde los humanos están levantando objetos pesados y para ellos, es agotador”, apunta Benjamin Wolff. Es CEO de Sarcos y explica que el exoesqueleto está repleto de sensores y funciona con baterías de litio: “Puede dar a un operario una fuerza sobrehumana durante hasta ocho horas seguidas”.
Esto puede ser de gran utilidad “en cualquier lugar en el que se pide a humanos que levanten y manipulen objetos pesados”: “Desde en las operaciones de carga o mantenimiento de aerolíneas a entornos de construcción, almacenes o fábricas”. Con un dispositivo de este tipo, según sostiene, una persona podría por ejemplo levantar un neumático que pese más de 60 kilos. “Normalmente, para eso necesitarías al menos dos humanos”, añade.
También se consigue rebajar la presión y tensión a la que es sometido el cuerpo humano en este tipo de labores: “Así los trabajadores podrían hacer ese trabajo durante mucho más tiempo en su vida y, a medida que envejecen, no ven dañado su cuerpo”. Además de este exoesqueleto, Sarcos también ha fabricado un robot gigantesco de doble brazo llamado Guardian GT que se controla a distancia y es capaz de levantar más de 450 kilos. Otra de sus creaciones es Guardian S. Se trata de un robot que es similar a una serpiente, puede atravesar terrenos inaccesibles para los humanos y está pensado para operaciones de búsqueda y rescate.
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