_
_
_
_
_

La maleta para emergencias que da conexión a los campos de refugiados

Vodafone utilizan equipos móviles para conectar a la red zonas después de catástrofes o con urgencia humanitaria

Beatriz Guillén
Equipo de comunicación de Vodafone para campos de refugiados.
Equipo de comunicación de Vodafone para campos de refugiados. Kike Para

Cuando los refugiados sirios llegan a las costas griegas llevan consigo dos salvavidas: el chaleco y el teléfono móvil. Este último podría parecer menos útil, pero es el que les ayuda a seguir la ruta: buscar métodos de transporte, apoyar con el idioma o avisar a sus familiares de que han llegado, por fortuna, a salvo. Han emprendido un largo camino huyendo de la guerra, del terror o del hambre y el móvil se convierte en muchos casos en una herramienta imprescindible. "Cuando llegan a la costa, a la playa, lo primero que requieren es comida, agua y mantas, pero enseguida después todos hacen la misma pregunta: '¿Hay cargadores y red a la que conectarse?", explica Oisin Walton, director de Vodafone Instant Network. Su equipo se encarga precisamente de eso: de procurarles cargadores en primer lugar y, después, instalar una red wifi en los campos donde se alojan. 

El proyecto, conocido como Instant Charge, lleva operando desde noviembre en tres campos en Lesbos, Samos e Idomeni. En estos meses, 84.000 refugiados se han conectado a las redes wifi instaladas donde se han transmitido 13 millones de megabytes, lo que equivale a 15 millones de minutos hablados por WhatsApp o a 1,7 millones de mensajes, según los datos oficiales de Vodafone.

"Ahora el Gobierno griego nos ha hecho quitar la conexión de los tres campos, porque el objetivo es diseminar a los refugiados por un mayor número de lugares. Estamos a la espera de poder poner wifi en los nuevos campos de Atenas", narra Walton. El equipo de trabajo tarda menos de medio día en conseguir esta conexión.

Escuelas en campos de refugiados africanos

Estas redes actuales en campos de refugiados provisionales en Grecia beben de la idea que ya comenzó en 2014 en África. Hace dos años, Vodafone empezó a colaborar con Acnur para instalar redes de conexión en estos campos. En la mayor parte de ocasiones, también colaboran con un socio local que es el que cede su conexión. "Un refugiado pasa, según los últimos datos, 20 años de su vida de media en un campo, lo que iba a ser temporal se convierte en muchas ocasiones en algo habitual", detalla el director del proyecto. A razón de esto decidieron influir en los campos en el colectivo más vulnerable: los niños.

Niños de una escuela en el campo de refugiados de Sudán del Sur utilizando el equipo de Instant Network Schools.
Niños de una escuela en el campo de refugiados de Sudán del Sur utilizando el equipo de Instant Network Schools.Vodafone

Ahí nació Instant Network Schools: una maleta de 52 kilógramos que puede viajar en cualquier avión comercial que incluye un ordenador, 25 tabletas con un software educativo incluido, un altavoz y un módem 3G. Con ese material y con la antena que instalan, un profesor puede dar una clase conectado a Internet desde cualquier parte del mundo. Actualmente hay 18 escuelas en Kenia, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo que se benefician de este programa. Los datos oficiales hablan de que más de 60.000 jóvenes refugiados se han beneficiado de este proyecto.

"El objetivo es que estos niños cuando salgan de los campos de refugiados puedan tener un futuro. Queremos reducir la brecha digital a la que se enfrentan por estar sobreviviendo en un campo", explica Hector Rincón, trabajador de Vodafone y voluntario del proyecto que llevó la red a uno de los mayores campos de refugiados del mundo, el de Daabab en Kenia

Conexión para emergencias en catástrofes

Estas dos actuaciones con refugiados son dos vertientes del mismo proyecto general: Instant Network Programme. Un proyecto que nació hace cuatro años en Madrid cuando se idearon tres cajas de 100 kilogramos que permitían conectar a la red a zonas que hubieran sufrido desastres naturales, como terremotos o ciclones. “Es de las primeras cosas que pasan cuando hay una catástrofe, las redes, las antenas de telefonía caen, así que resulta muy difícil coordinar a los equipos de emergencias, tanto para comunicarse entre ellos como para conocer cómo está el terreno”, explica Walton. Así, las redes que despliegan solo las pueden usar los equipos de emergencia, no son accesibles para toda la población. Por eso, la colaboración siempre se desarrolla con Cruz Roja y con Médicos del Mundo. Ahora, la tecnología de esas tres cajas se puede incluir, incluso, en una mochila con la que se puede dar conexión en un radio de varios kilómetros.

Este proyecto vio la luz en febrero de 2012 y desde entonces, se has desplegado redes en nueve situaciones: dos veces en Filipinas, en Nepal, en el ciclón de las Fiji o en Vanuatu, entre otros. "Estuvimos muy cerca de ir a Ecuador con el último terremoto, pero como solo afectó a una parte del país pudieron utilizar las redes de la parte que no había sufrido daños", detalla Walton. Ahí empezaron por dar una cobertura 2G, que servía casi exclusivamente para llamar y mandar algún mensaje. Las que están operativas en la actualidad son 3G y están tratando de desarrollar las 4G.

La financiación de Instant Network proviene de la Fundación Vodafone. El director explica el cambio que han vivido: “Antes solíamos dar cheques para las ONG, hasta que nos dimos cuenta que había algo que podíamos ofrecerles que el dinero no podía comprar: la comunicación, una red de comunicación”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Beatriz Guillén
Reportera de EL PAÍS en México. Cubre temas sociales, con especial atención en derechos humanos, justicia, migración y violencia contra las mujeres. Graduada en Periodismo por la Universidad de Valencia y Máster de Periodismo en EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_