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La Fiscalía pide rebajar de 18 a 10 años la pena para un monitor de tenis tras reconocer el acusado que violó a una alumna de 14 años

El entrenador indemniza con más de 50.000 euros a la víctima, a la que dejó embarazada, y le pide perdón en el juicio celebrado en Castellón

Imagen del juicio contra V.M.G. por haber violado a una alumna de 14 años.
Imagen del juicio contra V.M.G. por haber violado a una alumna de 14 años.

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Castellón ha acogido este lunes el juicio contra el monitor de tenis acusado de agresión sexual continuada a una alumna, una niña de 14 años en el momento de los hechos, a la que dejó embarazada tras violarla en una decena de ocasiones durante varios meses en una vivienda de su propiedad en Vall d’Uixó (Castellón). El procesado llevaba allí a la víctima después de entrenar en la pista “sirviéndose de la confianza que en él tenían los padres de la menor” y argumentando que allí mejoraría el rendimiento deportivo de la niña

El procesado, V.M.G. de 58 años, ha reconocido los hechos en la vista celebrada este lunes y ha empleado su turno de palabra para mostrar su “total arrepentimiento” y pedir perdón a la víctima y a su familia.

La Fiscalía, que pedía una pena de prisión de 18 años para el acusado, ha solicitado rebajar a 10 años la condena “ante el reconocimiento de los hechos” por parte del procesado, y el pago realizado por este de la indemnización de 50.000 euros a la víctima por el perjuicio moral y de 1.955,90 euros por la asistencia médica prestada a la menor por la Consejería de Sanidad de la Generalitat Valenciana en el momento de interrumpir el embarazo. Un embarazo que, según el escrito de la Fiscalía, el acusado suplicó “de rodillas” a la niña que no comunicara a sus padres, pidiéndole que les dijera que había mantenido relaciones sexuales con otro menor “y que no pasaría nada, de lo contrario, él acabaría en la cárcel”.

En su informe de conclusiones definitivas, la fiscal ha destacado que la víctima ha sido “muy contundente y expresa” en el relato de lo ocurrido —que ha prestado a través de un vídeo de casi una hora proyectado a puerta cerrada— y ha apelado a los informes practicados por facultativos del Servicio de Biología del Instituto de Toxicología de Barcelona, que establecieron un perfil genético tras analizar muestras de los restos fetales del hijo de la víctima no nacido que han apuntado que el padre era el acusado.

La Fiscalía mantiene para el acusado la petición de inhabilitación de 20 años para actividades que conlleven contacto con menores, la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de la víctima y de comunicarse con ella por un periodo de 20 años.

Todas las pruebas testificales y documentales han sido rechazadas en la sesión, salvo las de los facultativos ya mencionados y las de las dos psicólogas del Instituto de Medicina Legal que entrevistaron a la menor por la agresión sexual sufrida, y que han acreditado, a preguntas de la acusación particular, el relato “claro, coherente, con sentido” y lleno de “detalles” de la víctima, así como el estado de ansiedad de la menor en el momento de narrar lo ocurrido.

Tanto las acusaciones como la defensa se han adherido al escrito de conclusiones definitivas del ministerio público, que ha solicitado una sentencia condenatoria. La defensa ha solicitado por su parte que se contemple como “atenuante muy cualificada” el “esfuerzo reparador” ejecutado por el procesado al haber reconocido el daño causado y haber pedido perdón. El juicio ha quedado visto para sentencia.

Las agresiones sexuales contra la niña empezaron en septiembre de 2022, cuando el agresor ahora juzgado “sirviéndose de la confianza que en él tenían los padres de la menor, empezó a interesarse por su rendimiento deportivo, prestándole más dedicación que al resto de alumnos, recogiendo él mismo a la menor en su casa para llevarla al entrenamiento y llevándola además de a la cancha de tenis a una vivienda de su propiedad”, según los hechos relatados por la Fiscalía. El hombre no residía en esa vivienda, pero tenía allí un gimnasio y con la excusa de realizar entrenamientos físicos se llevaba a la niña. Allí sufrió las agresiones, que empezaron con tocamientos “con claro ánimo de satisfacer sus deseos sexuales” y terminaron con al menos 10 penetraciones.

El entrenador llegó a pedir a la menor que se quitara la camiseta para “poderle palpar los senos” con la excusa de que era necesario “para prevenir enfermedades”, según el escrito, indicándole a la niña —intimidada— que era algo normal y que para tener “un buen rendimiento deportivo” debían tener “buena conexión”.

En otra ocasión, y tras poner colchonetas en el suelo y hacer que la menor se tumbara para hacer estiramientos, intentó convencerla de que “los orgasmos eran buenos para relajarse” y que “muchos atletas lo hacían”. La invitó a probar y la menor se negó. En una tercera ocasión, según el mismo escrito de acusación, el entrenador le hizo quitarse la ropa interior para tratarle una lesión en el músculo abductor que le dolía. La menor primero le pidió que parara y luego le pidió “reiteradamente que se quitara de encima, que no quería”, y en lugar de eso la violó. Lo haría, según la Fiscalía, en otra decena de ocasiones más en los tres meses siguientes. También la obligó a masturbarlo porque la niña había manifestado un dolor de muñeca durante el entrenamiento y el acusado consideró que ella tenía que mover la muñeca para “destensarla”.

El acusado, que el momento de los hechos tenía 56 años, figura como monitor nacional de tenis de la federación española, capacitado, por tanto, para enseñar y entrenar a jugadores en los niveles básicos de la iniciación al tenis. Está en prisión desde el 24 de abril de 2023.

Si conoce algún caso de abusos en el deporte español que no haya visto la luz, puede escribir a: abusos@elpais.es

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