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El código postal influye en la actividad física de los niños: cuanto más pobre, peores calles y menos caminan

Un estudio de la Fundación Gasol con menores de entre ocho y 16 años muestra que en los barrios con mayor nivel económico se anda 51,4 minutos de media al día, tres más que en los menos favorecidos

Una madre y sus dos hijos de camino al centro comercial, en una imagen de archivo.
Una madre y sus dos hijos de camino al centro comercial, en una imagen de archivo.Getty Images
Pau Alemany

Los niños y adolescentes deben realizar una hora de ejercicio físico todos los días para crecer saludables y no desarrollar problemas de sobrepeso, según recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, cumplir esta máxima depende del código postal: los niños y adolescentes que viven en barrios con un nivel socioeconómico más bajo y son menos transitables tienen más complicado alcanzar esos 60 minutos diarios de deporte “moderado” o “intenso”. Es la principal conclusión que se desprende de un estudio publicado esta tarde por la Fundación Gasol en la revista PLOS ONE, que evalúa cómo la caminabilidad del entorno —entendida como la facilidad de la movilidad peatonal— afecta a la práctica del deporte en las edades más tempranas.

Los datos analizados se extraen de la primera edición del Estudio Pasos (por las siglas en inglés de Actividad Física, Sedentarismo y Obesidad en la Juventud Española) realizado en 2019 y 2020 y promovido por la misma fundación. En la investigación participaron más de 3.000 adolescentes de entre ocho y 16 años de todas las comunidades autónomas. El nuevo trabajo parte de aquellas encuestas y va más allá: mide la caminabilidad espontánea, como pueden ser el juego en el parque o al aire libre, y la caminabilidad reglada, en referencia a los deportes ya organizados.

El resultado es que los menores que viven en barrios que ofrecen más facilidades para la movilidad peatonal caminan una media de 51,4 minutos al día, mientras que los que residen en zonas con menos espacios habilitados lo hacen una media de 48,8. También el tiempo de juego en los fines de semana es distinto: los primeros dedican 47,9 minutos al día y los segundos, 44,3. Así pues, hay una relación directa entre posibilidades de hacer actividad física que ofrece el mobiliario urbano y la práctica de esta.

El informe recuerda que únicamente uno de cada tres menores de entre ocho y 16 años cumple con las recomendaciones de una hora diaria de actividad física de la OMS. Las diferencias entre sexos se agrandan cuando los adolescentes entran al instituto, ya que ellas se vuelven más sedentarias, según el informe Actividades físicas y deportivas para las adolescentes: necesidad, barreras y recomendaciones, publicado recientemente por el Grupo de Investigación Psicosocial en el Deporte del INEF de la Universidad Politécnica de Madrid.

Susana Aznar, autora principal del estudio, considera que la caminabilidad de los barrios es clave para compensar las desigualdades sociales. “En las zonas de mejor situación socioeconómica hay más oportunidades y más instalaciones deportivas regladas, por lo que la caminabilidad en las zonas con menos recursos es esencial para compensar este desequilibrio”, argumenta en una sesión informativa de Science Media Centre España.

El espacio dedicado a los coches en los espacios públicos en España es del 68%, mientras que el 32% restante es para los peatones, que deben compartirlo con el mobiliario urbano, los árboles y los vehículos mal aparcados, según una investigación de la Red de Ciudades que Caminan publicada a finales de octubre de 2023. Además, la mitad de las calles no llegan a los 2,4 metros que se considera que debería tener una acera como mínimo para ser accesible, según el mismo trabajo.

Abrir los patios de los colegios

Una de las medidas que se proponen en el Plan Estratégico Nacional para la reducción de la obesidad infantil es abrir los patios de los colegios durante las horas no lectivas. Una opción que Aznar estima necesaria especialmente en los barrios menos favorecidos. “Tener los patios abiertos nos va a permitir reducir un poquito esa desigualdad en práctica de actividad física que estamos identificando en el estudio”, resume Aznar, que es catedrática de Actividad Física y Salud de la Universidad de Castilla-La Mancha e investigadora del grupo Promoción de la Actividad Física para la Salud.

Otra de las iniciativas lanzadas desde el área de Promoción de la Salud y Prevención del Ministerio de Sanidad es incentivar el ir y volver al colegio andando o en bicicleta. Son las guías Pedalea y Anda al Cole y Pedalea y Anda a Casa (PACO y PACA). Aznar considera que hay que promover estas actividades desde la infancia. “Cuanto más pequeños son, más sencillo es que afiancen los hábitos porque recuerdan las actividades como un momento de disfrute compartido con los padres”, comenta la coautora del estudio.

En ese sentido, Aznar valora positivamente que los padres se impliquen en las actividades físicas de los menores, porque “la motivación cambia radicalmente y se ilusionan mucho más”. Aunque también matiza que en los barrios con menor poder adquisitivo es más habitual que los padres tengan un trabajo más duro físicamente y, por lo tanto, no puedan compatibilizarlo. “Hay que tener cuidado con no estigmatizar a estas familias”, expone.

Más allá de los beneficios aportados por la actividad física, disponer de zonas peatonales amplias permite generar más vínculos interpersonales y con el barrio, argumenta Aznar. “Ir al colegio andando, por ejemplo, abre las puertas a saludar al vecino, a hacer el trayecto acompañado de otros padres y eso crea una mayor comunidad”, resume.

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