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Los problemas de suministro de medicamentos en las farmacias se triplican en solo dos años

La escasez del Ozempic sustituye a los antibióticos infantiles como principal problema del invierno en el sector farmacéutico

Clientes en una farmacia de Sevilla, este jueves.
Clientes en una farmacia de Sevilla, este jueves.PACO PUENTES
Oriol Güell

La Unión Europea está logrando alguna pequeña victoria frente a los recurrentes problemas de suministro de medicamentos que sufre el continente, pero el curso de la guerra le sigue siendo desfavorable. Así lo demuestran los datos presentados este jueves por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, que destacan que las boticas españolas sufrieron durante 2023 una media semanal de “faltas de suministro significativas en 92 medicamentos”, cifra que supone un 30% más que las 71 registradas en el año anterior y el triple de las 29 de 2021.

Si hace un año fue la escasez de antibióticos pediátricos la que acaparó mayor atención, actualmente son las dificultades con las que se topan los enfermos de diabetes para conseguir sus dosis de Ozempic, un fármaco sujeto a una enorme demanda porque también es usado para perder peso. Una encuesta de la Agrupación Farmacéutica de la Unión Europea (PGEU en sus siglas en inglés, la entidad que agrupa a las farmacias del continente) revela que cada oficina europea dedica de media 9,5 horas a la semana lidiando con las dificultades para conseguir los fármacos que necesitan sus pacientes, tres horas más que hace solo un año.

“Los resultados muestran que este es un problema que afecta a todos los países y grupos de medicamentos. El impacto que tiene sobre los enfermos es enorme y también lo es sobre las farmacias, que cada vez deben dedicar más tiempo a solucionarlos en detrimento de otras necesidades del paciente”, explica la secretaria general de la PGEU, Ilaria Passarani.

El presidente del Consejo, Jesús Aguilar, ha insistido en una rueda de prensa celebrada en el Congreso Nacional Farmacéutico —que se celebra esta semana en Valencia— que “los problemas de suministro son un problema global que no va a solucionarse en el corto ni medio plazo”. El papel de las farmacias en esta situación es, en su opinión, “ayudar a paliarlos y para ello son necesarios cambios en la normativa que permitan ofrecer al paciente, siempre que sea posible, el medicamento que necesita”, ha añadido.

Si un facultativo receta a un enfermo un medicamento en pastillas y esta presentación no está disponible, por ejemplo, el farmacéutico no puede dispensar el mismo principio activo pero en otra forma (en sobres, jarabe...), según la ley actual, y el paciente deberá volver al médico. “Esto agravó mucho el problema de las amoxicilinas [antibióticos] el año pasado”, ha asegurado el vicepresidente del Consejo, Juan Pedro Rísquez.

El Ministerio de Sanidad, ante la magnitud del problema y de manera “excepcional”, permitió hace un año a los farmacéuticos hacer estos cambios para ajustar la demanda con la escasa oferta. El sector pide ahora que esta posibilidad se incluya de forma permanente en la nueva ley del medicamento, que está en negociación.

Los datos de los farmacéuticos coinciden en lo esencial con los ofrecidos por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), que en su reciente informe correspondiente al primer semestre de 2023 —el último publicado— reveló que los problemas de suministro afectaron en la primera mitad del año pasado a 1.532 presentaciones de medicamentos (el 4,66% de las casi 33.000 existentes en el mercado), lo que supone un incremento respecto al semestre anterior del 26%.

Los dos sistemas son en realidad muy distintos. El del Consejo, llamado CisMed se basa en las incidencias que comunican en tiempo real las farmacias al intentar surtirse con los fármacos que necesitan, mientras el de la AEMPS se nutre principalmente de las notificaciones de las farmacéuticas de los problemas que tienen. Pero los dos ilustran que el suministro de medicamentos se ha convertido en los últimos años en uno de los mayores problemas a los que deben hacer frente los sistemas sanitarios y que a menudo afectan a fármacos esenciales y sin alternativas terapéuticas.

Problema global

Se trata de un problema global en el que intervienen factores tan variados y complejos como la escasez de materias primas, la concentración de la fabricación de principios activos en Asia, los conflictos geopolíticos y decenas de otras variables que afectan a las largas cadenas de suministro del sector. En este contexto, la UE impulsa la nueva Estategia Farmacéutica para Europa, un amplio programa de medidas legislativas y no legislativas que pretende revertir la situación.

“Estamos en una situación compleja, en la que la UE está haciendo esfuerzos importantes. Se ha logrado alguna mejora, como que este invierno no se haya repetido la falta de antibióticos del año pasado. Pero lo cierto es que el problema de base subsiste. Los desabastecimientos siguen siendo frecuentes y no tienden a ir a mejor”, sostiene el eurodiputado Nicolás González Casares, ponente del Grupo Socialista Europeo para la Directiva de Productos Farmacéuticos, en tramitación.

Los datos presentado este jueves por el Consejo de Farmacéuticos ponen el foco en dos medicamentos que ilustran los vaivenes que sufre el sector: las amoxicilinas y el Ozempic. El primer caso fue el que hace un año colmó la paciencia de la UE y la llevó a tomar medidas sin precedentes. Bruselas activó el llamado Grupo Ejecutivo sobre Desabastecimiento y Seguridad de Medicamentos (MSSG, en sus siglas en inglés), formado por la Comisión, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y las agencias nacionales. Desde entonces, entre otras medidas, las autoridades y el sector mantienen un constante monitoreo sobre los fármacos más importantes. El pasado 12 de diciembre, en un nuevo paso, la UE publicó el listado de 300 medicamentos considerados críticos cuya disponibilidad merece una especial protección.

“Estamos en contacto constante con los laboratorios de todas las presentaciones para hacer seguimiento de existencias, tiempos de fabricación y consumos, y en caso de que fuera necesario, tomar medidas adicionales”, explica un portavoz de la AEMPS. En caso necesario, las autoridades pueden imponer una distribución controlada del medicamento entre las farmacias y hospitales donde son necesarias, prohibir las exportaciones para mantener en España todas las dosis posibles y abrir la vía a importaciones excepcionales. La UE también ha creado un sistema de alerta y ayuda rápida entre países para reaccionar ante los problemas más graves.

Cristina Calvo Rey, presidenta de la Sociedad de Infectología Pediátrica-AEP y vocal del Comité de Medicamentos AEP, confirma que este invierno está siendo mucho más tranquilo en relación a los antibióticos y que las medidas adoptadas por la UE han tenido efecto: “No hay problemas con amoxicilina y el abastecimiento de Septrin está restablecido. Pero estos desabastecimientos son por desgracia muy frecuentes y afectan mucho en la práctica clínica. Los pacientes tienen que recorrer varias farmacias para conseguir el fármaco prescrito, lo que aumenta el riesgo de que no se cumpla el tratamiento. Y muchas veces tenemos que emplear un fármaco que no es el ideal, ampliando el espectro en caso de los antibióticos, lo incrementa el riesgo de resistencias”. El mayor problema este año, añade, se produce con un “antiviral, el Valcyte, y lo estamos resolviendo con fórmula magistral, lo que complica también la prescripción”.

Los actuales problemas con el Ozempic no tienen, en cambio, visos de solucionarse por ahora. Según los datos ofrecidos por el Consejo de Farmacéuticos, el número de oficinas sin suministro de este tipo de fármacos “se ha multiplicado por 33 desde el año 2021″ y ya son cerca de 4.000 de las 22.000 de las que hay en España (casi una de cada cinco). Cristóbal Morales, de la Sociedad Española de Diabetes (SED) y endocrino en los hospitales Virgen de la Macarena y Vithas, ambos en Sevilla, califica de “dramática” la situación que deben vivir algunos pacientes. “Me dicen que están en la posición 17 de la lista de espera de algunas farmacias”, exclama.

Más allá de los problemas de origen que pueda tener la farmacéutica Novo Nordisk para satisfacer toda la demanda, este especialista aboga por soluciones que ayudarían a garantizar que las dosis disponibles lleguen a lo enfermos de diabetes que las necesitan. “Necesitamos sistemas de control para que estos medicamentos solo se puedan prescribir según la ficha técnica, que indica su uso para diabetes y no la pérdida de peso. Y que lo hagan equipos especializados y no en clínicas estéticas. Se ha presentado este fármaco como la ‘droga de Hollywood’, algo que ayuda a adelgazar sin esfuerzo, cuando en realidad es un tratamiento que requiere seguimiento médico, un cambio de hábitos, vigilancia de los efectos secundarios... Es una barbaridad lo que estamos viendo”, lamenta Morales.

Las previsiones de la AEMPS son que los problemas de suministro del Ozempic y otros fármacos con su principio activo (semaglutida) “se sigan produciendo porque los laboratorios todavía no tienen capacidad de producción para satisfacer la demanda, por lo que la Agencia ha recomendado a los prescriptores ceñirse a la indicación recogida en ficha técnica”, diabetes y no pérdida de peso.

En el marco europeo, el desarrollo de la nueva Estrategia Farmacéutica ha acabado siendo más lenta de lo previsto y el paquete de medidas que la acompaña —que incluye una directiva y un reglamento— no estará listo antes del fin del mandato de la Comisión y las elecciones al Parlamento Europeo del próximo mes de junio. “Los debates ya están en marcha, pero en esta legislatura como mucho vamos a conseguir fijar una posición en el Parlamento, el próximo mes de abril. Todo lo demás ya quedarán para bien entrado 2025 y deberán ser desarrolladas por la Cámara y la Comisión surgidas de las próximas elecciones”, concluye Nicolás González Casares.

A este ritmo, “los pacientes y las farmacias no notarán los efectos hasta 2028 o 2030, y no pueden esperar tanto, son necesarias medidas más urgentes”, alerta Ilaria Passarani. Esta aboga por acelerar en lo posible la tramitación del paquete legislativo en marcha en Bruselas y, a nivel nacional, “dar una mayor flexibilidad a los farmacéuticos para que puedan usar su conocimiento y experiencia en encontrar una solución para el paciente ante cualquier problema de abastecimiento sin que sea siempre necesario volver al médico a conseguir una nueva receta”.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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