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La cerveza que mantiene de moda los iconos del siglo XX

Después de ‘hacer hablar’ a Lola Flores, Cruzcampo obra otro milagro, este doble: que cobre vida la bailaora que vivió durante décadas encima de la tele de tubo, y que se cruce en su humanización con el mismísimo Camarón de la Isla. Una bulería inédita del cantaor pone banda sonora al anuncio

La silueta de Camarón de la Isla, universalmente identificable, en el 'spot' de Cruzcampo.
La silueta de Camarón de la Isla, universalmente identificable, en el 'spot' de Cruzcampo.

Hace tres años por estas fechas, España se sobresaltaba ante la perfecta resurrección (digital) de la mítica Lola Flores. Lo hizo para la campaña Con mucho acento, de Cruzcampo.

-¿Tú sabes por qué a mi se me entendió en todo el mundo? Por el acento. No lo pierdas nunca. Es tu tesoro.

El anuncio ponía el acento en el acento, en las raíces, en lo auténtico. Tras aquel hito, que logró 614 millones de visualizaciones solo en 2021, hay una nueva entrega de ese milagro: en 2024, la gitana que bailó durante años sobre (o junto a) los televisores en los años 80 del siglo pasado, despierta al escuchar a Lola y zapatea en las calles de Andalucía para hacerse notar.

Hay otro milagro en Gitana: el encuentro de la protagonista con Camarón de la Isla, símbolo cultural y base melódica de la comunidad autónoma y de muchos músicos, flamencos o no. Durante el spot se escucha la voz del cantaor casi 32 años después de su muerte. Es un archivo sonoro inédito que se grabó en tiempos de su decimoquinto y penúltimo disco, Soy gitano. En él dedicaba una bulería a su cerveza favorita: “De la Cruzcampo yo no me quito, de la Cruzcampo yo no me aparto”, cantaba el genio.

Hace tres años, Lola Flores 'volvió a la vida' gracias a técnicas digitales. Gracias a su voz, la historia se repite: la gitana de la tele recobra el pulso... y camina. Y baila.
Hace tres años, Lola Flores 'volvió a la vida' gracias a técnicas digitales. Gracias a su voz, la historia se repite: la gitana de la tele recobra el pulso... y camina. Y baila.

Desde el punto de vista documental, el anuncio constituye un hallazgo. Su viuda, Dolores Montoya, sus fieles guitarristas Tomatito y Diego Carrasco y el productor Ricardo Pachón han contribuido en la reconstrucción del episodio y el legado. “Volver a oír la inconfundible voz de Camarón representa un regalo para todos los amantes del flamenco”, asegura María Ruiz Sanguino, responsable de Cruzcampo. “Y para la marca, escuchar la palabra ‘Cruzcampo’ en su boca es una prueba más de la relevancia que esta cerveza tiene en nuestra cultura. Todo un descubrimiento sonoro y un tesoro de acento incalculable que hoy, por fin, ve la luz”, concluye.

El nuevo spot de Cruzcampo escarba en ese arraigo y en la tácita filosofía de ‘lo auténtico es lo de siempre’. El simbolismo onírico de esa silueta con vestido rojo de lunares se encarna repentinamente en una mujer para bailar al ritmo de la voz y las palmas del cantaor.

Para la puesta en escena, el equipo creativo se inspiró en los cicloramas teatrales, el vestuario y los movimientos de cámara del cineasta Carlos Saura, gran investigador del flamenco y otros géneros musicales.

Para la marca, escuchar la palabra ‘Cruzcampo’ en boca de Camarón de la Isla es una prueba más de la relevancia que esta cerveza tiene en nuestra cultura. Todo un descubrimiento sonoro y un tesoro de acento incalculable que hoy, por fin, ve la luz
María Ruiz Sanguino, responsable de Cruzcampo

El renacer de la muñeca del televisor

La filosofía de la campaña es ofrecer una gitana renovada, orgullosa de sus raíces y de su singularidad eterna. El vestido que luce la protagonista, la actriz y bailaora Carmen Avilés, es una creación del diseñador jienense Leandro Cano, que ha llevado los oficios y la artesanía andaluza a la alta costura flamenca. Durante el proceso, Cano contó con la asesoría de Ernesto Marín, de la empresa Muñecas Marín, de Chiclana de la Frontera (Cádiz), para vestir una de esas figuras icónicas (emblema del hogar de los babyboomers y de los milenials, cuando las teles eran cuadradas).

Gitana se rodó en formato cinematográfico de 35 mm durante cuatro días por las calles de Jerez de la Frontera y Cádiz, y en la antigua cárcel de El Puerto de Santa María. Andalucía está siempre presente, como la cerveza: del dominó del bar a los luminosos de las calles; de los vasos de caña con tapa de caracoles a los jóvenes más inquietos del panorama cultural y social (ver galería interactiva). Todos miran al futuro conscientes y orgullosos de lo que son y de dónde son.

La cantante Martirio, icono de la modernidad desde los años 80, hace un cameo en la pieza, representando a las genuinas e inmortales artistas andaluzas.
La cantante Martirio, icono de la modernidad desde los años 80, hace un cameo en la pieza, representando a las genuinas e inmortales artistas andaluzas.

El filme escarba en la cultura popular andaluza, presente en cada fotograma, como el dedicado al cantante de sevillanas El Pali o al rockero Silvio. En dicho recorrido, la gitana también se cruza con la cantante Martirio, que hace un cameo. Su trayectoria es dilatada: estuvo en el grupo Jarcha en la Transición y actuó con Kiko Veneno y Raimundo Amador. Pero, desde 1986, sus gafas oscuras son un icono de la modernidad sin renunciar a las raíces, a ese acento que tanto identifica a Cruzcampo. Del jazz al flamenco.

Otras campañas con acento

El acento, el arte, el arraigo. La letra A condensa el pellizco que produce el sentimiento de la vuelta a los orígenes. A lo largo de la historia, lo han reconocido músicos, pintores, escritores: encuentran (o recuperan) la inspiración allá donde nacieron. Y, en Andalucía, nadie lo duda, las musas se multiplican: la luz, el costumbrismo, el ambiente, las melodías, hacen lo suyo. El acervo cultural es la base de todo. Otras dos campañas anteriores de Cruzcampo pusieron el acento en el acento. Una de ellas, a través de seis ilustradores (Pedrita Parker, Ahrde, Almudena Castillejo, Rebombo Estudio, Guillermo Anguita y Elena Serrato) que recreaban en las etiquetas de cerveza palabras señeras como ‘duende’, ‘arrejuntarse’ o ‘pellizco’. Otra recoge la peripecia vital de Pepe el Mudo y Esperanza, un matrimonio de sordos que fundaron su bar en Mairena del Aljarafe (Sevilla) hace más de medio siglo. Frecuentado por fieles como el mismísimo Kiko Veneno, hoy, recién jubilados, ven cómo sus tres hijos continúan su legado. A través de un documental, Cruzcampo rendía homenaje al acento de esta familia, a su singularidad y autenticidad. Porque, como dicen en la compañía cervecera, “el acento es mucho más que una forma de hablar”.

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