Sara Barbeira, directora de Comité de Emergencia: “Cuando algo deja de ser noticia, se desploman las donaciones”

La portavoz de esta institución que agrupa varias organizaciones, entre ellas Médicos del Mundo y Oxfam Intermón, habla sobre la necesidad de visibilizar las catástrofes en distintos lugares del mundo y en la ayuda humanitaria que se necesita siempre más allá de que dejen de ocupar espacio en los medios

Sara Barbeira, coordinadora de Comité de Emergencia en el Espacio Impact Hub, en Madrid.Jaime Villanueva

Después de estudiar Empresariales y especializarse en márketing, la carrera profesional de Sara Barbeira (Irún, 49 años) parecía destinada a desarrollar campañas para vender productos. Pero mientras lo hacía en una compañía de telecomunicaciones, un compañero de trabajo le hizo cambiar de idea y acabó trabajando para la ONG World Vision. “En cuanto investigué un poco pensé: esto es lo mío”, dice. Desde entonces, no ha querido saber nada de otra cosa que ...

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Después de estudiar Empresariales y especializarse en márketing, la carrera profesional de Sara Barbeira (Irún, 49 años) parecía destinada a desarrollar campañas para vender productos. Pero mientras lo hacía en una compañía de telecomunicaciones, un compañero de trabajo le hizo cambiar de idea y acabó trabajando para la ONG World Vision. “En cuanto investigué un poco pensé: esto es lo mío”, dice. Desde entonces, no ha querido saber nada de otra cosa que no sea el Tercer Sector. Desde 2017 es directora de Comité de Emergencia, una institución creada ese año y que agrupa a Aldeas Infantiles SOS, Educo, Médicos del Mundo, Oxfam Intermón, Plan International y World Vision para actuar unidas en la captación de fondos cuando ocurre alguna catástrofe humanitaria. Hasta ahora, siguen pendientes de activar la alerta frente al conflicto entre Israel y Palestina.

Pregunta. España ya tenía muy desarrollado el sector de las ONG. ¿Por qué crear el Comité de Emergencia?

Respuesta. Hubo tres razones por las que se decidió lanzarlo. En primer lugar, la sociedad española siempre ha sido muy solidaria en emergencias humanitarias, y se demostró en Haití en 2010. Fue uno de los países europeos que más fondos dio a nivel particular. Otra de las razones es porque tanto las empresas como los medios de comunicación muchas veces no saben a quién acudir cuando pasan cosas de este tipo. Por último, porque un modelo de unión entre ONGs, medios de comunicación y empresas es una buena idea para dar una sola voz y que la causa sea la protagonista.

P. Hablando de asuntos que son protagonistas. ¿Qué están haciendo en el conflicto entre Israel y Palestina?

R. Desde la pasada semana nos reunimos diariamente para conocer la situación y el despliegue de ayuda humanitaria que cada ONG va a llevar a cabo para ayudar a la población civil. Algunas de ellas ya han comenzado, por ejemplo repartiendo vales a las familias más vulnerables. En breve contaremos con toda la información de los planes de actuación de las ONG y podremos tomar la decisión de activarlo.

P. ¿Qué tiene que suceder para que se active? ¿Cuándo se aprieta el botón de catástrofe?

R. En un primer momento se hacía cuando se daban catástrofes naturales, como el terremoto de Turquía y Siria. También tiene que haber al menos tres de las seis ONGs del comité funcionando en esa zona, porque es muy importante que los equipos estén allí para funcionar lo más rápido posible. La otra premisa que solía haber era que fuera una emergencia mediática, que los medios estuvieran encima de ella, por desgracia. Pero las cosas han cambiado.

P. ¿Qué ha cambiado?

R. Que hemos pasado por una pandemia y nuestras ONGs ya estaban acostumbradas a las que se dan en África, pero quién nos iba a decir que íbamos a estar pidiendo ayuda para un país como España. Ver hospitales de campaña de Médicos del Mundo aquí… Hace diez años no se nos hubiera ocurrido que íbamos a necesitarlo. La guerra de Ucrania también nos ha hecho ampliar el concepto.

Sara Barbeira, coordinadora de Comité de Emergencia en el Espacio Impact Hub, en Madrid. Jaime Villanueva

P. En Ucrania hubo muchísimas iniciativas individuales de ayuda… ¿Son efectivas?

R. De toda esa solidaridad y materiales que la gente dona hay que tener en cuenta el coste del transporte, porque cuesta mucho más llevar toneladas de mantas desde aquí que comprarlas en zonas cercanas. Además, las ONG compran en el terreno para reactivar la economía local y a un coste mucho menor. Por otro lado, estas instituciones trabajan con una hoja de ruta, analizan la situación y las necesidades. A pesar de la buena intención de todas esas personas, es probable que lo que llegue no sea lo prioritario, lo urgente. Y en casi cualquier catástrofe está el peligro del tráfico de personas.

P. ¿Siguen saliendo peor paradas las mujeres cuando hay catástrofes?

R. Aunque las emergencias sean diferentes, siempre hay unas necesidades básicas, que son los bienes de primera necesidad, y luego las destinadas a los más vulnerables: mujeres, niños, ancianos y enfermos. En países como Afganistán desde hace unos meses han prohibido a las mujeres que trabajen en ONGs. Si no llevan dinero a casa no pueden alimentar a sus hijos, y si no pueden alimentar a sus hijos a las hijas las casan antes de los 12 años para tener una boca menos que alimentar. Todo va en cadena.

P. La última campaña activada que han activado es por el hambre.

R. Lamentablemente no es noticia, pero es una catástrofe actual, no podemos dejar de visibilizarla. Porque en cuanto algo deja de ser noticia, no sabes cuánto bajan las donaciones. El hambre cero es uno de los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030, y no lo vamos a cumplir. De hecho, hay dos causas que han hecho retroceder los avances conseguidos hasta ahora. En 2022 había 250 millones de personas afectadas por el hambre, 61 millones más que en 2021. ¡Vamos hacia atrás! Y las causas con las tres ces: cambio climático (la sequía sobre todo), conflicto de Ucrania (en países como Somalia un tercio de sus cereales vienen de ahí) y la covid, que paró todo el transporte del Plan Mundial de Alimentos.

P. En España hay partidos políticos que quieren tirar la Agenda 2030 a la basura.

R. Llámanos idealistas, pero los que trabajamos en esto creemos que se puede cambiar el mundo, y aunque la agenda 2030 no se vaya a cumplir a tiempo, sí que es una hoja de ruta más avanzada que los objetivos que se marcaron al empezar el milenio. Quiero creer que si no se cumple esta agenda habrá una 2040 o una 2050. En todo caso, el Comité de Emergencia se basa en los hechos, no en las ideas.


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