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¿Dios es ello? La Iglesia anglicana se plantea nombrar a la deidad con género neutro

El Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra, que se reúne esta semana, ha decidido bendecir los matrimonios del mismo sexo, aunque seguirá prohibiendo su celebración

Activistas gais protestan este miércoles a las puertas de Church House, en Londres, donde la Iglesia de Inglaterra celebra su Sínodo General
Activistas gais protestan este miércoles a las puertas de Church House, en Londres, donde la Iglesia de Inglaterra celebra su Sínodo GeneralJUSTIN TALLIS (AFP)
Rafa de Miguel

La Iglesia de Inglaterra (CoE, en sus siglas en inglés) ha puesto en marcha una comisión para contemplar la posibilidad de dejar de referirse a Dios en masculino. Gramaticalmente, los obispos anglicanos, que celebran esta semana su Sínodo General —la asamblea que debate y decide doctrina y liturgia— lo tienen más fácil que en otros países de habla no inglesa. Basta con reemplazar el He/Him/His (El/le/su, de él) por el neutro It/Its (Ello/lo/de ello). Teológicamente, sin embargo, desataría una revolución de considerable dimensión, porque supondría acabar con siglos de creencia en un “padre” omnipotente. Aparte de que ni siquiera la gramática ayudaría cuando se trata de rezar la oración central del rito anglicano y católico: el Padre Nuestro. ¿Madre Nuestra? ¿Progenitor (parent) Nuestro?

“No se trata de un debate nuevo. Los cristianos llevan reconociendo desde la antigüedad que Dios no es varón ni hembra. La diversidad de formas con que las Escrituras describen o se dirigen a Dios no se han reflejado a veces como es debido en nuestra liturgia”, ha dicho un portavoz de la CoE.

La noticia ha saltado en las primeras sesiones plenarias del sínodo. La reverenda Joanna Stobart, vicaria de la diócesis de Ilminster y Whitelackington, preguntaba si la iglesia había avanzado en la necesidad de utilizar “un lenguaje más inclusivo” en los servicios religiosos.

La respuesta llegaba de boca del reverendo Michael Ipgrave, obispo de Lichfield y vicepresidente de una de las comisiones litúrgicas responsables de las cuestiones de identidad y género. “Después de cierto diálogo entre las dos comisiones que abarcan la materia, hemos decidido poner en marcha un nuevo proyecto conjunto sobre lenguaje de género que comenzará sus trabajos esta primavera”, anunciaba Ipgrave. “Junto con otros posibles cambios respecto a las normas autorizadas de la liturgia, tanto el cambio de las palabras como las formas permitidas de absolución requerirán un trámite sinodal completo para su aprobación”, advertía el obispo, para dejar claro que queda aún un largo tiempo antes de que los fieles puedan referirse al Altísimo como “ello”.

Desde los sectores más conservadores de la CoE han surgido las protestas. “No se puede pasar de llamar ‘padre’ a Dios para llamarle ‘madre’ sin que suponga una variación del significado. Y lo mismo sucede si se intenta neutralizar con el término parent [progenitor]” decía el reverendo Ian Paul al diario The Daily Telegraph. “Padres y madres no son intercambiables, y se relacionan de un modo diferente con sus hijos”, señalaba.

Matrimonio del mismo sexo

El debate sobre el lenguaje inclusivo —y, sobre todo, la idea de dejar de llamar a Dios en masculino— ha robado cierto protagonismo al que sigue siendo tema estrella del Sínodo General. Después de años de debate, los obispos, clérigos y laicos anglicanos han acordado este jueves dar su bendición a los matrimonios del mismo sexo. Esto no quiere decir que a partir de ahora la CoE pueda celebrar bodas entre personas del mismo sexo. La doctrina y la liturgia lo siguen prohibiendo. Ha sido un modo ciertamente creativo, y respaldado de modo abrumadoramente mayoritario (57% frente a un 41%) por la asamblea, de adaptar la iglesia a la realidad social de la calle. Los representantes del sínodo han incluido en la moción aprobada “su lamento y arrepentimiento por el fracaso de la Iglesia a la hora de acoger en su seno a la comunidad LGTBQI+, y por el daño que han vivido, y siguen viviendo, en las iglesias”.

La decisión supone que las parejas del mismo sexo que han contraído matrimonio por la vía civil podrán a partir de ahora participar en los servicios religiosos anglicanos. Es el principal logro de seis años de trabajo y debates en torno a la identidad, la sexualidad, las relaciones personales y el matrimonio. Un proyecto bautizado como Living in Love and Faith (Vivir el Amor y la Fe) que ha culminado en las discusiones del actual sínodo.

El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, principal responsable a efectos prácticos de la Iglesia de Inglaterra (la cabeza suprema de la institución es el rey Carlos III), ha dado la bienvenida a una decisión que sigue provocando controversia entre anglicanos. “Ha sido un largo camino para llegar hasta aquí. Por primera vez, la Iglesia de Inglaterra dará la bienvenida, de modo público, alegre y sin reservas, a las parejas del mismo sexo. La Iglesia sigue teniendo profundas diferencias sobre este asunto, diferencias que tocan el mismo corazón de la identidad humana”, ha dicho Welby en un comunicado. “Como arzobispos, nos comprometemos a respetar la conciencia de todos aquellos para lo que creen que se ha ido demasiado lejos [con la decisión], y a asegurar que reciban el consuelo y reafirmación necesarios para poder mantener la unidad de la Iglesia mientras avanzamos en estas conversaciones”, ha prometido Welby a los más críticos con la medida.

El proceso de incorporación de la nueva doctrina tiene aún varias fases por delante, antes de que sea efectivo. Los obispos tienen de plazo hasta julio para elaborar un borrador final con la fórmula de bendición para las parejas del mismo sexo, así como para debatir cómo, y bajo qué condiciones, los gays pueden tener relaciones sexuales. E incluso si los sacerdotes anglicanos homosexuales pueden optar al matrimonio civil. La resolución ofrece libertad a cada parroquia para decidir si opta o no por ofrecer sus bendiciones, aunque han sido varios los obispos que han pedido que, en el caso de no hacerlo, quede claro de modo público —a través, por ejemplo, de la información suministrada en su página web—, con el propósito de evitar nuevas situaciones dolorosas o embarazosas a los matrimonios del mismo sexo que quieren participar en los servicios religiosos.

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Sobre la firma

Rafa de Miguel
Es el corresponsal de EL PAÍS para el Reino Unido e Irlanda. Fue el primer corresponsal de CNN+ en EE UU, donde cubrió el 11-S. Ha dirigido los Servicios Informativos de la SER, fue redactor Jefe de España y Director Adjunto de EL PAÍS. Licenciado en Derecho y Máster en Periodismo por la Escuela de EL PAÍS/UNAM.

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