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Vídeo | De la primera cita a la extracción: así se hace un proceso de congelación de óvulos

La vitrificación de ovocitos se ha multiplicado por cuatro en los últimos años, según los datos de la Sociedad Española de Fertilidad

Apenas ha amanecido en Madrid. María —nombre ficticio— llega nerviosa y casi sin dormir. Por delante le espera una intervención quirúrgica de solo 15 minutos con sedación total, que para esta madrileña de 37 años supone su “seguro de vida”. Tras 12 días de tratamiento, ha llegado el momento de extraerle los óvulos, que serán examinados en una habitación contigua al quirófano y congelados para, en un futuro, recurrir a la fecundación in vitro si la edad le impidiese ser madre de manera natural. Entra en la clínica, se desviste y accede a la zona esterilizada: “Ahora mismo no quiero tener hijos, pero en un futuro, quién sabe. Nunca me he querido cerrar opciones y soy consciente de que el tiempo juega en mi contra”.

Como María, cada vez más mujeres se decantan por el proceso. Según los últimos datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), publicados la semana pasada, 4.396 mujeres se sometieron a la congelación de óvulos en 2019 —último estudio realizado—, cuatro veces más que en 2015, cuando el total fue de 1.383. Esta suma no diferencia entre quienes realizan el proceso por causas sociales de quienes lo hacen por cuestiones sanitarias, como pacientes oncológicas. Pero desde la SEF advierten de que hay una tendencia al alza de mujeres que deciden someterse a este proceso porque, por determinadas circunstancias, no pueden o no quieren ser madres en la edad óptima para quedarse embarazadas. Luis Martínez, presidente de la SEF, explica las razones: “Hay motivos que tienen que ver con la estabilidad o crecimiento laboral. Entonces, en esos casos, una posibilidad puede ser vitrificar esos óvulos y tenerlos en el futuro, cuando son de buena calidad. No interesa tanto el número de los óvulos, sino sobre todo su calidad. Y la calidad del óvulo a partir de los 35 años empieza a ser deficiente; por encima de los 38 años, bastante deficiente”.

En este videorreportaje puede ver todos los pasos que María dio para llegar hasta el día de la extracción de los óvulos. Desde la primera jornada del tratamiento, la administración de la medicación hasta la extracción. El coste del proceso puede rondar los 3.000 euros, mientras que la medicación, los 1.000. Unas cifras que varían según el centro en el que se realice la intervención y del tratamiento exacto que requiera la paciente, acorde a sus circunstancias físicas y al suministrador del medicamento.

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