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El ébola reaparece en el noreste del Congo

La esposa de un superviviente del brote anterior, que se dio por terminado en junio de 2020, murió el 3 de febrero en Butembo

José Naranjo
Trabajadores sanitarios desinfectan un ataúd durante un entierro seguro en agosto de 2018 en Beni, noreste del Congo.
Trabajadores sanitarios desinfectan un ataúd durante un entierro seguro en agosto de 2018 en Beni, noreste del Congo.JOHN WESSELS (AFP)

El ébola ha vuelto a aparecer en la República Democrática del Congo (RDC). El ministro de Sanidad, Eteni Longondo, informó este domingo de la existencia de un caso positivo en el área de Butembo, provincia de Kivu del Norte, en el noreste del país. Se trata de una agricultora, esposa de un superviviente de la epidemia que afectó a esta misma zona entre agosto de 2018 y junio de 2020 y provocó 3.481 contagios y 2.299 muertos. La mujer acudió el 1 de febrero a un puesto de salud con síntomas de esta enfermedad y murió el día 3, pero los resultados de sus pruebas no se conocieron hasta este fin de semana. La OMS ha enviado un equipo de epidemiólogos que ya ha identificado a 70 contactos para hacerles seguimiento y está desinfectando los lugares donde estuvo la persona fallecida.

En un mensaje televisado, Longondo calificó este contagio de “rebrote”, mientras que la OMS aseguró que es usual que se produzcan “casos esporádicos” tras una gran epidemia como la que golpeó a las regiones de Kivu del Norte, Kivu del Sur e Ituri entre 2018 y 2020. Aunque no se han facilitado datos concretos sobre este caso, el virus del ébola se puede mantener activo en el semen de los supervivientes hasta dos años después de la infección del paciente, según demostraron en 2017 científicos de la Universidad de Carolina del Norte y el hospital Elwa de Liberia.

La directora regional de la OMS, la doctora Matshidiso Moeti, aseguró en un comunicado que esperan cortar la cadena de contagios. “La experiencia y capacidad de los equipos locales de salud han sido decisivas en la detección de este nuevo caso de ébola, lo que allana el camino para dar una respuesta a tiempo. La OMS está dando apoyo a las autoridades locales y nacionales para el seguimiento, identificación y tratamiento de los contactos para cortar la transmisión del virus”, manifestó.

Las muestras de la mujer fallecida, que fueron analizadas por técnicos del Instituto Nacional de Investigación Médica en la propia Butembo, han sido enviadas al laboratorio de este organismo en la capital, Kinshasa, para secuenciar el genoma del virus e identificar su cepa, lo que permitirá determinar sin lugar a ninguna duda si está vinculado a la epidemia de 2018-2020, la segunda más letal de la historia tras la que afectó a África occidental entre 2014 y 2016 y la peor que ha sufrido la República Democrática de Congo.

El país ha encadenado tres brotes de ébola en los últimos tres años. El primero tuvo lugar en la provincia de Ecuador entre mayo y julio de 2018, dejando tras de sí 54 casos y 33 muertos. Apenas unos días más tarde se declaró en Kivu del Norte la epidemia de 2018 a 2020, a cientos de kilómetros de distancia y sin ninguna conexión con la primera. El último brote se anunció el 1 de junio de 2020 de nuevo en Ecuador, a unos 600 kilómetros de Kinshasa, y se dio por terminado el 18 de noviembre pasado tras provocar 130 casos y 55 fallecidos.

De momento, Eteni Longondo no ha declarado este rebrote como nueva epidemia. De hecho ya había avisado del alto riesgo de que surgieran casos como este. Para la contención de los últimos brotes, Congo ha recurrido por primera vez a amplias campañas de vacunación que han contribuido de manera decisiva a frenar el contagio. En el caso de Kivu del Norte e Ituri, la estrategia se complicó por la existencia de un conflicto armado y la presencia de milicianos en las zonas afectadas que, en ocasiones, rechazaron con violencia la presencia de personal médico.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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