Cefalea, diarrea y dolor torácico o muscular serán síntomas de posible covid-19

Los trabajadores que se hayan infectado deberán dar negativo en una PCR antes de reincorporarse a su puesto

Madrid -
Un pescador se somete a un test rápido de covid-19 en la costera del bocarte (Cantabria), este lunes.humberto bilbao (Europa Press)

No solo la tos, la fiebre y los ahogos van a ser indicadores de posible coronavirus. “Otros síntomas atípicos como la odinofagia [dolor al tragar], anosmia [pérdida del olfato], ageusia [alteraciones del gusto], dolores musculares, diarreas, dolor torácico o cefaleas, entre otros, pueden ser considerados también síntomas de sospecha de infección” por cov...

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No solo la tos, la fiebre y los ahogos van a ser indicadores de posible coronavirus. “Otros síntomas atípicos como la odinofagia [dolor al tragar], anosmia [pérdida del olfato], ageusia [alteraciones del gusto], dolores musculares, diarreas, dolor torácico o cefaleas, entre otros, pueden ser considerados también síntomas de sospecha de infección” por covid-19, según el documento que acordaron el Ministerio de Sanidad y las comunidades en la reunión del Consejo Interterritorial este lunes. Eso implica, según ese texto, que siempre el médico podrá pedir que se le haga la prueba PCR correspondiente. Pero eso queda a “criterio médico”. En ese momento se le considerará sospechoso y se le aplicarán las medidas de aislamiento acordadas para la detección y control precoz de la enfermedad.

Esta ampliación va en la línea de lo que han decidido agencias sanitarias como el CDC (Centro de Control de Enfermedades) de Estados Unidos, que estipula que es sospechoso quien tenga problemas para respirar y tos, o al menos dos de los siguientes síntomas: fiebre, escalofríos, convulsiones, dolor muscular, de cabeza, de garganta y pérdidas del gusto y el olfato. Y es fundamental que los ciudadanos los conozcan para que acudan al médico y confirmen o descarten si están infectados, como ha recogido un editorial del British Medical Journal.

La detección precoz y control de contactos es una de las estrategias clave para regular las fases de la transición desde las medidas de confinamiento a una mayor normalidad, ya que permitirán evaluar la evolución de la pandemia en tiempo real, y no como hasta ahora, que las cifras que se dan a diario reflejan la situación de la expansión del virus entre 7 y 10 días antes. Los principales aspectos del documento se exponen a continuación.

Pruebas en 24 horas y repetidas. A la persona sospechosa de tener la covid-19 se le “realizará una PCR (u otra técnica de diagnóstico molecular que se considere adecuada) en las primeras 24 horas”. Si da negativo pero el facultativo sigue sospechando que se trata de un caso de infección, se le hará una PCR del tracto respiratorio y, si la duda persiste, luego se podrá recurrir a una prueba inmunológica. Sanidad especifica que debe de tratarse de una tipo Elisa o similar, que buscan marcadores como la inmunoglobulina M, pero la detección no debe hacerse “por test rápidos”.

Aislamiento desde el primer momento. En cuanto a una persona se la considere sospechosa de tener el coronavirus, deberá aislarse hasta que tenga el resultado de la prueba. Si la prueba da positivo, este aislamiento se mantendrá durante 14 días como mínimo, y siempre hasta tres días después de que desaparezcan los síntomas.

Hospitalizados. Si una persona requiere ingresar en un centro sanitario, estará aislada mientras permanezca en él “siguiendo las precauciones estándar, de contacto y precauciones de transmisión por gotas y serán manejados según los protocolos de cada centro”. Si cuando se le da el alta la última PCR ha dado negativa, deberá estar tres días en aislamiento después de los últimos síntomas antes de dejar la cuarentena. En esos tres días se contarán tanto los que haya pasado ingresado como los que esté en su casa. Es decir, si ha estado dos días sin síntomas en el hospital, deberá estar otro en aislamiento domiciliario, por ejemplo. Si va a su casa pero con PCR positiva, “deberá mantener aislamiento domiciliario con monitorización de su situación clínica al menos 14 días desde el alta hospitalaria, siempre que hayan transcurrido tres días desde la resolución de la fiebre y el cuadro clínico”.

Residencias y centros sociosanitarios. Los positivos que no requieran hospitalización serán aislados en las mismas condiciones que la población general (14 días mínimo o hasta tres días después de que desaparezcan los síntomas). Un solo caso bastará para declarar un brote en una de estas instalaciones, y “se indicará la realización de cuarentena y seguimiento de los contactos estrechos y se realizará una PCR a aquellos que desarrollen cualquier tipo de síntoma. Si es posible, se realizará también PCR a todos los contactos estrechos o según la circunstancia, a todos los residentes y trabajadores de la misma”.

Centros penitenciarios. Seguirán las pautas de aislamiento de la población general.

Ámbito laboral. El manejo de los positivos y sospechosos será como el de la población general, pero para volver al trabajo deberán dar negativo en una PCR y que hayan pasado tres días desde el fin de los síntomas. “El profesional se reincorporará al trabajo haciendo uso de mascarilla quirúrgica hasta pasados 14 días desde la fecha de inicio de síntomas”. Esta medida también se aplicará a los sanitarios.

15 minutos a menos de 2 metros bastan para ser considerado contacto sospechoso

El documento para la estrategia de detección precoz y control de la infección por la covid-19 del Ministerio de Sanidad establece tres condiciones para ser considerado contacto de riesgo de un afectado. La primera, haber sido su cuidador sin estar debidamente protegido. La segunda, haber "estado en el mismo lugar que un caso, a una distancia menor de 2 metros y durante más de 15 minutos". La tercera, estar sentado a menos de dos asientos de un infectado en un avión, o ser parte de la tripulación de cabina de ese vuelo.

Estas tres condiciones han debido ocurrir desde dos días antes de que aparezcan los síntomas hasta el momento de que se aísle al afectado.

El documento no establece quién deberá localizar a los contactos -en Nueva York han contratado miles de personas para efectuar ese trabajo-, aunque se supone que el grueso recaerá en la atención primaria, que es donde van a detectar la mayoría de los casos.

Los contactos estrechos de casos confirmados realizarán cuarentena domiciliaria durante 14 días desde la fecha de último contacto con el caso, establece el documento.

Si se es conviviente de un caso sospechoso, se mantendrá la cuarentena hasta que se confirme o descarte el diagnóstico del afectado. Si da negativo, se puede abandonar. Si da positivo estará 14 días asilado. "En caso de ser convivientes y no poder realizar un aislamiento del caso en las condiciones óptimas, la cuarentena se prolongará 14 días desde el final del aislamiento del caso". Si en ese plazo desarrollara síntomas, pasará a la categoría de sospechoso, y deberá hacer aislamiento inmediato en el lugar de residencia y contactar de forma urgente con el responsable que se haya establecido para su seguimiento.

Si el contacto sigue asintomático al finalizar su periodo de cuarentena podrá reincorporarse a su rutina de forma habitual.

La opinión de los profesionales

El presidente de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), Salvador Tranche, afirma que “el papel lo aguanta todo, pero esto es inviable sin más fondos”, y critica que no haya una memoria económica del plan. “De los últimos 10.000 millones para sanidad que ha anunciado el Gobierno, no se dice nada de que vaya a haber refuerzo de personal. Y las plantillas ya estaban justas, y lo están más ahora con 40.000 sanitarios infectados”.

El presidente de la sociedad de Enfermería de Atención Primaria, José Ramón Martinez-Riera, coincide: “¿Es que toda primaria va a dedicarse solo a esto? ¿Cómo damos respuesta al resto de las demandas?”. Martínez-Riera afirma que “no se puede pretender pasar de abandonar durante 10 años la atención primaria a que cargue con el grueso del trabajo”. Y solo ve una posibilidad para que el proyecto sea viable: “Machacar otra vez a los trabajadores”.

En esa línea, Javier Carrasco, presidente de la sociedad de enfermería de primaria Faecap, señala que el plan es factible con cuatro condiciones: “Aumentar el personal, dotarle de medios para hacer las pruebas, que lo las hagan con los correspondientes equipos de protección y que se tenga en cuenta que hay que hacer el seguimiento de todos los casos sospechosos o positivos”.

Vicente Martín, de la directiva de la sociedad de médicos de familia Semergen, cree que “Sanidad no aclarar el papel que debe jugar la atención primaria. Así, por ejemplo, no se especifica nada sobre los medios diagnósticos a los que debe tener acceso el médico ni le concede el papel adecuado en la prevención y control de esta enfermedad”. El presidente de esta sociedad, José Luis llisterri, añade: “Parece razonable la estrategia planificada. Pero como siempre decimos, precisamos como primera medida realizar pruebas diagnósticas a todo el personal de atención primaria y sobre todo planificar refuerzos de personal ante la previsible demanda que va a llegar".

Capacidad de hacer las pruebas

La estrategia de detección precoz del covid-19 se basa en hacer pruebas PCR a todos los sospechosos de tener la enfermedad. Son los análisis más precisos ya que detectan si hay infección activa. Pero también son los más complicados, ya que hay que necesitan personal e instalaciones especiales.

Es difícil saber qué capacidad el sistema sanitario para el uso masivo de estos diagnósticos. Las últimas declaraciones al respecto del ministro de Sanidad, Salvador Illa, son que ya se están haciendo entre 40.000 y 50.000 diarias, de momento a sanitarios, personas hospitalizadas o usuarios y personal de residencias. Según su departamento, en España ya se han hecho un millón de estos análisis.

Por su parte, la patronal de empresas biotecnológicas Asebio afirma que puede producir 200.000 unidades de extracción y 700.000 de proceso a la semana, pero quiere un acuerdo con Sanidad que le garantice su compra.

Los laboratorios que procesan las muestras deben ser acreditados por el Ministerio de Ciencia. A finales de abril había 24 avalados.

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