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Aburrimiento, incertidumbre y clausura: cóctel perfecto para la adicción al juego ‘online’

Las asociaciones alertan del peligro que para la ludopatía tiene el confinamiento y ganan su lucha por restringir los anuncios de apuestas a la madrugada

Casa de apuestas cerrada en Sevilla que incita a jugar 'online'.
Casa de apuestas cerrada en Sevilla que incita a jugar 'online'.Alejandro Ruesga Sanchez
Eva Saiz

El jueves 12 de marzo, la víspera de que el Gobierno de España decretara el estado de alarma, a Alberto, que tiene una empresa de guías culturales en Sevilla, le avisaron para que no fuera a trabajar porque se habían cancelado varias actividades. Un día después se anunció el confinamiento. Este escenario de incertidumbre laboral agravada por un encierro forzoso provoca una situación de estrés comprensible en cualquier persona, pero en el caso de un ludópata rehabilitado, como el de Alberto, las perspectivas son mucho más desgraciadas.

“Mi primera reacción hubiera sido ponerme a jugar para ganar dinero rápido”, reconoce. Sin embargo, sus dos años y medio de terapia y sus seis meses en rehabilitación le hicieron concentrarse en el día a día y no pensar a largo plazo. “Se trata de circunstancias que no puedo controlar”, explica.

Alberto —que prefiere no dar su apellido— lleva bien el confinamiento, pero para otros adictos al juego que no saben que lo son o acaban de empezar el tratamiento la reclusión en una casa acelera su compulsión por jugar. “Se dan todos los condicionantes: máximo estrés, mucho tiempo libre, difícil control por tener a mano siempre el móvil o un ordenador y la incertidumbre por las consecuencias socioeconómicas de la Covid-19”, resume este exjugador.

Las medidas excepcionales han obligado a las asociaciones de exadictos al juego a cerrar sus instalaciones y a suspender las terapias presenciales, un recurso esencial para canalizar la ansiedad y paliar la soledad del jugador y de sus familiares, que también necesitan orientación. La mayoría de ellas realiza terapias online, han desviado sus teléfonos y tienen números de asistencia las 24 horas, pero sus responsables saben que esa atención no es suficiente en estas anómalas condiciones. “Esta situación opera como un factor de desestabilización enorme. Estamos recibiendo una media de 30 llamadas diarias de familiares que están observando comportamientos de consumo compulsivo de juego online, videojuegos o de compras impulsivas por Internet; de personas que llaman preguntando cómo inscribirse en el registro de autocontrol [que impide el acceso a plataformas y casas de apuestas online]; además de las llamadas de nuestros usuarios a sus terapeutas”, advierte Juan Lama, director general de la Federación española de jugadores de azar rehabilitados (Fejar).

El confinamiento tiene efectos diversos en los diferentes tipos de jugadores. “Para los presenciales, el hecho de no poder salir de casa puede favorecer su reflexión y el control del gasto”, explica el doctor José María Recouso, psicólogo especialista en adicción al juego y miembro del Consejo Asesor de Juego Responsable de la Dirección General de Ordenación del Juego, dependiente del Ministerio de Consumo. Pero como en el caso de las adicciones a sustancias, el carecer de una droga puede impulsar a consumir otra, y el que era adicto a las máquinas tragaperras de los bares puede caer en la tentación de buscar la suerte en las virtuales, dice Recouso.

El aburrimiento, la soledad y el exceso de tiempo libre son los ingredientes perfectos para caer y recaer en la tentación del juego online. El encierro multiplica el uso del móvil y la conexión a internet —las operadoras han confirmado un incremento de un 40% del consumo de Internet en la primera semana de reclusión—. “El jugador presencial tiene que hacer el esfuerzo de salir a la calle, el que juega por Internet puede hacerlo mientras está rodeado de su familia en el salón”, advierte José Abad, presidente de Federación Andaluza de Jugadores de Azar Rehabilitados (Fajer).

Las llamadas al teléfono de ayuda de Fejar se han incrementado en un 100% desde que se decretó el estado de alarma. “Todas son por problemas con el juego por Internet”, reconoce Lama. “Muchas familias están desesperadas, tienen problemas para contactarnos porque están las 24 horas al lado de quien creen que está jugando, el ambiente en el domicilio está enrarecido, las madres o las parejas temen que se vacíen unas cuentas que en muchos casos tampoco están saneadas…”, abunda Abad.

Alberto jugaba a la bolsa y apostaba online, una adicción con la que llegó a perder 300.000 euros, empeñar un coche, robar joyas y hasta falsificar una nómina. “Estar confinado, y solo, hace que sea muy fácil recurrir al juego por Internet”, reconoce. El bombardeo de anuncios de las casas de juego, que ante la suspensión de competiciones deportivas han sustituido los spots de apuestas por los bingos y casinos online, tampoco ayuda. Asociaciones de ludópatas y consumidores trasladaron la preocupación por este problema al Ministerio de Consumo, que el pasado martes atendió la reivindicación y limitó los anuncios de juego online al horario de madrugada en radio y televisión. El directivo de Fejar pide que además sea posible inscribirse de manera telemática en el registro de interdicción al juego.

Crisis en el sector

La Covid-19 también ha penetrado en el sector del juego: al cierre de los locales físicos se ha sumado la suspensión de las competiciones. “La facturación ha colapsado como consecuencia de la cancelación de prácticamente todas las competiciones deportivas a nivel internacional, ya que las apuestas deportivas representan más del 50% del volumen de negocio del juego online en nuestro país”, explica una portavoz de Jdigital, la patronal que aglutina a las principales empresas del sector en España.

La caída de ingresos se suma a la reducción en la contratación de publicidad en los últimos meses. Según el último informe trimestral del Mercado de Juego Online de la Dirección General de la Ordenación del Juego, entre enero y septiembre de 2019 la inversión publicitaria de apuestas a través de Internet, bingos y casinos presenciales y virtuales, loterías y quinielas fue de 92 millones de euros, 10 millones más que en el mismo período del año pasado, de acuerdo a Infoadex.

Mientras la industria española se resiente, la de Gibraltar, paraíso de las casas de apuestas, parece indemne al coronavirus. Las empresas de la Asociación de Juego y Apuestas del Peñón no se han acogido a las ayudas ofrecidas por su Gobierno para pagar los salarios y se han solicitado visados para incrementar la plantilla, explican fuentes del Ejecutivo gibraltareño.

Peligro de recaídas

Además del aumento de nuevas adicciones, a las asociaciones de exjugadores les preocupan las recaídas. Existe un Registro General de Interdicciones al Juego, dependiente del Ministerio de Consumo, en el que los adictos pueden inscribirse motu proprio o por resolución judicial, que garantiza su exclusión de la participación tanto en juegos presenciales como no presenciales que requieran esa comprobación en todo el territorio nacional. “Los que acuden a terapia tienen la obligación de estar inscritos, pero pueden darse de alta a los seis meses y sospechamos que muchos han podido salir en estas semanas”, dice José Abad, presidente de Fajer.

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Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.

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