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Prada lanza su línea de joyería con oro 100% reciclado

Prada lanza su primera colección de alta joyería, un ejercicio conceptual con el oro reciclado, la iconografía histórica, el minimalismo y el ´blockchain´ como principales elementos.

Minimalista, maximalista, futurista, historicista. Prada es todas esas cosas y todo lo contrario, una exploración continua del simbolismo social de la indumentaria. No es de extrañar que su primera colección de alta joyería (la firma italiana había lanzado hasta ahora piezas de plata) sea un recorrido por sus iconos más reconocibles: del corazón a la serpiente, la cadena y, por supuesto, su logo triangular, que desde la llegada de Raf Simons a la codirección creativa en 2020 se ha convertido, Instagram mediante, en un elemento ubicuo. El tándem Miuccia y Simons lleva dos años investigando la noción de uniforme, esa idea de la ropa llevada a su sentido más básico y reconocible, de ahí que el salto a la joyería o, mejor dicho, a su propia visión de la joyería sea algo casi orgánico: símbolos identificables, pero despojados de todo lo superfluo que suele rodear a este nicho de mercado.

Bracelete con forma de serpiente de la colección «The Eternal Gold» de Prada.
Bracelete con forma de serpiente de la colección «The Eternal Gold» de Prada.Cortesía de Prada

La colección, que se llama The eternal gold, estará disponible en noviembre en puntos de venta seleccionados, y es la primera realizada por una gran marca de lujo solo con oro reciclado. Y, como suele suceder en Prada, este gesto tiene una doble lectura, ética y estética. Está la idea de eternidad, del oro que se funde y refunde para cambiar de forma desde tiempos inmemoriales, o la idea de revolucionar una de las mayores expresiones del lujo tradicional, la alta joyería, desembaranzándola de gemas preciosas y colores centelleantes, dejando protagonismo al brillo dorado, el brillo primigenio. Pero, por encima de todo, está la idea del reciclaje. Prada recicla el oro como recicla el nailon de sus prendas y bolsos, dando a entender que lo exclusivo tiene que ver más con la innovación que con el uso. Aquellos que compren estas piezas podrán ver, de forma detallada, de dónde procede el oro, en qué y por quién se extrajo en su día, y qué procesos se han seguido para darle su nueva forma. Los pocos diamantes que decoran cada pieza también pueden ser trazables independientemente de su tamaño, algo que ocurre por primera vez en una marca (antes solo era posible con las piezas mayores a 0,5 quilates). Cada uno de estos procesos está explicado de forma precisa en Aura, una plataforma de blockchain que certifica la autenticidad de las piezas únicas y su transparencia en la fabricación. Miuccia Prada, experta en crear vanguardia mezclando elementos del pasado y redefiniendo su significado, lo ha vuelto a hacer: nunca un material tan antiguo fue tan moderno.

Este proyecto tan novedoso y creativo merecía un debut extraordinario y así fue. Todos los elementos de la campaña, desde las propias piezas hasta los modelos y el estilo fotográfico de las imágenes, reflejan el valor único y atemporal de la colección. Mientras que las joyas recuerdan a estilos clásicos, sus piezas centrales son contemporáneas. La mezcla sirve como otro ejemplo de cómo estas piezas brillantes desafían las pruebas del tiempo. Las mujeres seleccionadas para lucirlas son igual de impactantes por su influencia en la cultura moderna. Prada eligió a la poeta y activista norteamericana Amanda Gorman, la cantante y escritora Maya Hawke y la artista holandesa, coreana y canadiense Somi Jeon, para ser las primeras en llevarlas puestas. Las fotos, firmadas por David Sims, contrastan retratos tradicionales en blanco y negro, en las que solo la joya está coloreada, con retratos acabados en dorado que parecen transformar las propias modelos en joyería.

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