_
_
_
_
_

Teresa Iturrioz, de Single: «No están muy de moda los hombres últimamente»

Llevan juntos toda la vida en bandas como Aventuras de Kirklian, Le Mans o la última, Single. Después de cinco años de silencio, los donostiarras Teresa Iturrioz e Ibon Errazkin publicaron justo antes del confinamiento Hola, su disco más onírico y sosegado. Hablamos con ellos.

Teresa Iturrioz e Ibon Errazkin,
Teresa Iturrioz e Ibon Errazkin,Lourdes Cabrera

¿Por qué ‘Hola’? 

Teresa: A mí me apetecía llamarle así al disco porque es la palabra que más se usa. “Hola: soy tu factura del teléfono”, “hola, soy la factura del gas”. Me hacía gracia por eso: es la palabra del siglo XXI. Ya ni buenos días: ‘hola’. A mí me gustan mucho las palabras cortas, sencillas y normales y esta es la más corta, sencilla y normal de todas las posibles.

Porque estamos hablando de música, que sino parecería un mensaje de Tinder.

T: Siempre nos pasa. Piensa que además nuestro primer single se llamaba Honey.

Ibon: En nuestro Facebook hay mucha gente que no se ha dado cuenta de que somos un grupo. Yo creo que están ahí para ligar.

¿Y ha aparecido algo interesante?

T: La verdad es que no. Pero ahí estamos.

Bueno, ¿contentos con Hola?

T: Bah, no. Es una broma, jajaja. Perdona, es que soy un poco payasa. Claro que sí. Algunas canciones te gustan más por cómo ha sido el proceso de grabarlas, por las situaciones que se han creado alrededor… Siempre hay cosas que te gustan más o menos… pero esas no te lo vamos a decir.

I: Yo soy muy de no estar contento nunca y esta vez lo estoy. Yo creo que es por el hecho de que hayamos hecho un disco tan tranquilo. Puede que haberlo hecho así tenga algo de reacción.

T: Siempre nos salen los discos más estridentes.

I: La idea de evasión y fantasía siempre nos motiva. No sé si lo conseguimos.

T: Con la lectura escapas. Con la música llegas más lejos.

El disco, tan onírico y tranquilo, obliga a parar el mundo para escucharlo. Es casi un manual sonoro para una vida sosegada que ya no sabemos vivir.

T: Sí, este disco exige un poco de parar el mundo. Claro que eso tampoco es algo que le puedas pedir a todo el mundo. Hoy en día poca gente tiene el tiempo de escuchar una canción completa: escuchas unos acordes y si no te gustan y pasas a la siguiente.

I: Otros discos nuestros están muy llenos de arreglos; este no.

T: Queríamos hacer un disco con pocas cosas. Que no fueran muchos instrumentos sonando a la vez, todos los agudos, los bajos y los medios llenos; como que hubiera espacio y sitio, y yo creo que eso lo hay. Incluso si quieres cantar algo por encima puedes hacerlo. Hemos dejado espacio para ello.

¿Cuánto habéis tardado?

I: Empezamos a hacerlo en 2016, ya habíamos terminado con Rea [Elefant Records, 2014]. Ahí empezamos a componer y a grabar un poco pero no estábamos muy motivados. Así que lo hablamos y decidimos dejarlo una temporada, que yo aproveché para sacar mi disco en solitario Foto aérea [Elefant Records, 2018]. Después de aquello volvimos a escuchar lo que habíamos grabado dos años antes, tiramos muchas cosas y desarrollamos otras.

¿La música es vuestro trabajo a tiempo completo?

Ambos: No.
T: Tenemos nuestros trabajos fuera de la música. No sé si eso nos quita credibilidad como grupo.

I: A mí lo que no me gusta es cuando la gente dice: ah, ¿entonces la música es un hobby? Al principio —con nuestro primer grupo, Aventuras de Kirlian— no queríamos dedicarnos exclusivamente a la música. Con Single en cambio hemos hecho la prueba: ¿qué pasaría si solo nos dedicáramos a esto? Y nos hemos dado cuenta de que es muy difícil.

T: Para nosotros es muy difícil.

Y eso que Rea fue aclamado por buena parte de la prensa como el mejor del año.

I: Sí, nosotros buena prensa hemos tenido siempre. Pero un público que te permita vivir de la música, no.

T: Aunque nos lo propusiéramos al 100% es muy difícil. Porque los festivales tampoco nos llaman para tocar, los conciertos en cajas de ahorros y las fundaciones ya no existen… el mundo del directo no estoy muy segura de que lo pudiéramos explotar mucho.

I: Y es de lo que se vive.

T: Los discos ya no se venden.

I: Con Rea tocamos muy poco. Era un disco que tenía muy buenas críticas por todas partes, pero nos salieron muy pocas actuaciones. Tocamos más con el anterior curiosamente, y eso que era un disco más raro.

T: Es que en esa época había más dinero para los conciertos. De repente estabas tocando en la Caja de Ahorros de Burgos.

¿Es frustrante ser un grupo adorado y no poder vivir de la música?

I: No, para ninguno de los dos lo es.

T: Conocemos muy cerca lo que es vivir de la música y sabemos que tiene un lado un poco duro porque al final siempre acabas haciendo cosas que no te apetecen. Y si a ti la música es algo que te gusta y acabas odiándola…

¿Habéis llegado a odiar la música?

T: Sí, a mí me pasó durante un año o así. Cuando paramos con este disco, al principio. En esa época escuchaba sobre todo música clásica. Pero conozco gente que se dedica a la música que odia la música. Sí. Y lo entiendes.

I: Si nosotros llevamos tanto tiempo probablemente es porque podemos dejarla en cualquier momento.

T: Y si estamos aquí hablando con S Moda es porque nos apetece. Si no queremos ir a un programa de tele no vamos.

¿Cómo veis la música actual? 

I: Yo creo que nosotros somos un anacronismo.

T: ¡Bendito anacronismo! Jajaja.

I: Hemos hecho un disco donde no hay ni un bombo ni una caja. La música hoy en día va por otros caminos. Y está muy bien que vaya por otros caminos. Yo creo que otras veces hemos ido más con los tiempos. Esta vez no. Tampoco nos importa nada.

T: No estamos intentando hacer reguetón, que nos parece muy bien también. Pero podemos hacer lo que nos da la gana y eso está muy bien.

No sois un grupo de baile pero a veces habéis hecho guiños y inteligentes y de gran factura de cara al dancehall jamaicano o al rap. Esta vez no.

I: Es lo que nos ha apetecido en este momento. Cuando empezamos con Single algo que nos motivaba mucho era el r & b. Habíamos estado en Le Mans, paramos, estuvimos dos años sin hacer nada, de repente escuchamos a Missy Elliot y a Kelis y dijimos: ¡qué ganas de hacer música!

T: Siempre nos ha gustado mucho conectar con la música de nuestro tiempo. Y muchas veces no lo hemos hecho. Cuando teníamos 20 años nos gustaba la música de 20 años atrás, y con 30 lo mismo.

Tengo entendido que recientemente habéis empezado a cantar en un coro. Esto es interesante porque siendo músicos de pop siempre necesitáis rodearos de elementos, y esto es volver a lo más básico de la música, ¿no? 

T: Es lo mejor que nos ha pasado. Es cierto, nunca habíamos tenido este ejercicio básico. Ahora ya solo quiero cantar en un coro. Soy soprano. Me gustaría ser mezzo: tener la voz grande, gorda y baja. Pero la tengo alta, fina y aguda. Hago las melodías más obvias, y las mezzo se quedan con las más interesantes y bonitas. Bah. ¡Pero apúntate, es una gozada!

I: Yo soy tenor, como Plácido Domingo; en eso me parezco. Un año estuve de bajo. Normalmente no caes del todo en una categoría; casi todo el mundo tiene un rango que puede caber en una categoría u otra.

T: Llevamos tres años. Empecé yo en un pequeño grupo que cantábamos cosas de “Hair” y me sentía como que estábamos en Operación Triunfo. Y en el de ahora hacemos música del renacimiento, cosas del XIX, Mendelhsson, Schumann…

I: Hemos descubierto una música increíble, cosas totalmente nuevas para nosotros: motetes…

T: Madrigales…

¿Os veis sacando un disco solo de voz, sin nada más? 

I: Por qué no… aunque no creo que en este estilo. Teresa sí, ella va a prosperar en el mundo del bel canto [bromea].

T: Para este estilo nosotros no damos. Sería tontomotete.

I: A mí para lo que me ha servido el coro es para soltarme y cantar en este disco. Cuando toco la guitarra ya sé cómo me va a salir, pero cantar es novedad para mí. Vienen bien las novedades a estas alturas.

T: Es como si eres un pintor que hace cosas muy complejas y te pones a dibujar jarrones y bustos griegos.

I: Aunque en este caso lo complejo es lo que hacemos en el coro.

¿Cómo os repartís el trabajo con las canciones? 

I: Normalmente compongo con la guitarra y canto la melodía por encima. Se lo enseño a Teresa y ella acopla una letras sobre la melodía. Y luego ya los arreglos y la orientación la pensamos entre los dos.

T: Yo la letra la hilvano. Encajar las palabras y fijarme bien donde acentúa, donde no acentúa… esa idea del puzle o del encaje de bolillos me gusta mucho. Suelo tener apuntes en el móvil pero luego los miro y leo, ¿“Topogigio”?  ¿“Rapunzel”? ¿pero esto qué es? ¿En qué estaría yo pensando cuando apunté esto? Soy poco disciplinada con el tema. Y así me va.

Ciertas sonoridades cinematográficas marcan el sonido en Hola.

I: Sí, desde el instrumental que abre el disco. La idea viene de las películas musicales, que muchas veces empiezan con una obertura en la que están todos los temas que van a a aparecer luego durante la película. Vas oyendo el disco y te vas dando cuenta, ¡uy, si esta melodía que sale aquí es la misma que la octava canción! Es un poco eso. En este disco las influencias han sido los musicales, los westerns, cosas como “West Side Story”, “Oliver”…

Entre las temáticas de las canciones está lo poético, el amor… Y una canción sobre la masculinidad, “Canción para hombres grandes”. ¿Qué quieres contar sobre los hombres de hoy?

T: Lo que quiero decir es exactamente lo que digo ahí: que no estáis muy de moda los hombres últimamente, jajaja. Bueno, es una oda al género masculino. ¿Cómo es el hombre hoy? Yo qué sé. Pues mira, en esa canción se reivindica al hombre que no es guapo y simplemente es honesto y tierno. Hay hombres muy buenos y con un corazón de oro. Y molan. ¿Qué te parece? ¡Reivindicando al hombre tierno!

I: No estamos de moda, no. Llevamos siglos haciendo pocos méritos para estar de moda.

T: Esto viene porque Ibon tenía una carpeta que decía “Canciones para HG”, es decir, para Hidrogenesse [el grupo electrónico formado por Carlos Ballesteros y Genís Segarra]. Me hizo gracia que podía ser para Hombres Grandes… que cumplieran esas dos condiciones. Es una broma. Me gusta hacer bromas.

El diseñador e ilustrador Javier Aramburu sigue siendo vuestro artista de cabecera. ¿Te sientes su musa, Teresa?

T: ¿Musa? ¡No! ¡qué pregunta! Es cierto, me ha pintado varias veces… Bueno, tengo un grupo y él nos hace portadas. El otro día estaba viendo todos los discos que hemos hecho Single en estos años y me di cuenta de que son muchísimas. Y dije, ¿qué grupo tendrá tantas portadas tan bonitas y tan consistentes? Me quedo con la interrogación. Nos queremos mucho. Es una persona muy cercana.

I: Como nos conocemos tanto él tiene mucha libertad con nosotros. Sabe que en general sus ideas nos van a gustar porque tenemos mucho en común.

T: También sabe que me puede tomar el pelo y que a mí me hace gracia, que me puede poner un bigote y que me voy a reír. Con cualquier persona que le pida un disco igual no se atreve a hacer algo así.

En Hola también hay un sabor nostálgico. ¿Cómo recordáis los tiempos del Donosti Sound, donde —como en el caso de otras bandas como La Buena Vida o Family— están vuestros orígenes como músicos?

T: Era nuestra juventud, entonces claro, es bonito. Lo pasamos muy bien, ¿no? Pero tampoco pasaron grandes cosas.

I: En realidad con Le Mans solamente hacíamos discos. En esa época yo vivía en Londres. Nos veíamos en verano, grabábamos un disco y prácticamente no volvíamos a vernos en un año.

T: El Donosti Sound empezó antes que nosotros…

I: No creas, la gente empezó a hablar del Donosti Sound hacia el 94 o así. A nosotros la etiqueta nos daba rabia. Porque no te gusta que te metan ahí; tú te crees único y diferente. Luego lo ves con el tiempo y dices sí: algo había. Posiblemente nos ayudó a darnos a conocer.

T: Pero nosotros nos quisimos separar mucho de aquello.

I: De hecho quizá nos separamos porque estábamos cansados de lo que representaba Le Mans.

T. I. : No me acuerdo.

Por cierto, vosotros os conocéis desde…

T: Desde los 15 años. Nos conocimos y ese día quisimos formar un grupo, ¿te acuerdas? Eran unos carnavales…

I: No, siempre dices eso, pero fue antes.

T: Bueno, pero ahí decidimos hacer un grupo. ¿Sabes qué pasa? Que en esa época había mucho ambiente de música en San Sebastián. Nos conocíamos de fiestas; tú ponías la música, yo me había comprado un bajo…

I: Yo hacía un fanzine. Durante un par de años tocamos muy poco; quedábamos de vez en cuando, hablábamos del grupo… Nos gustaba imaginar el disco ideal.

T: “Tendrá solo ocho canciones”, “sonará así”

I:. Luego te pones a hacerlo y la realidad se interpone.

T: Mira, eso sí que era diferente: con Le Mans la idea era hacer discos y con Single la idea siempre ha sido hacer canciones, y luego juntar lo que había. La oposición del sentido: en Le Mans todo estaba muy pensado y todo tenía algo que ver, y la idea con Single era un cajón de sastre donde una canción podía no tener nada que ver con la siguiente. Excepto en este disco, donde hemos vuelto a la idea del disco.

I: Sí, esta ha acabado siendo el más conceptual de todos.

T: Ha salido lemansino.

¿Queréis tocarlo en vivo?

I: No tocamos desde que paramos después de Rea.

T: Ya veremos. Cuando el otro día nos dijeron de la discográfica que a ver cómo preparábamos la gira les dijimos que no nos apetecía ahora mismo ponernos a ensayar. ¿Ves? Esto lo bueno. Molaría ganar dinero de la música y vivir de eso, pero por otro lado también está muy bien hacer algo en el momento que te apetezca, y que no sea necesariamente una gira.

Hablando de dinero, ¿da mucho el tener una canción [Mr. Shoji] como sintonía del programa Cachitos en La 2?

T: Sí. Es de lo que más hemos ganado como autores nunca, claro. ¿Cuánto dinero habremos visto? A lo mejor alguna vez hemos recibido mil euros, ¿puede ser?

I: Es un dinero que va llegando todo el rato. Con Single es lo que más nos ha dado, pero hubo una con Le Mans, Un rayo de sol, que sonó mucho en Japón.

T: Ah, sí. Con Le Mans se vendían discos.

I: Igual vendíamos 20.000 discos, que ahora suena a ciencia ficción.

T: Piensa que vendíamos bastante en Francia, Japón, Estados Unidos… Eso se acabó, jajaja.

I: En todo caso no sé si Cachitos lo conocemos muchos.

T: No te creas, en Nochevieja hacen unos programas que los ve mucha gente.

¿Preferiríais OT?

I: Donde más suene la canción.

T: Claro.

¿Iríais allí a dar una masterclass?

T: ¿Por qué no?

I: Sí. A ver… supongo que dependería del momento… del dinero…

T: Claro, iríamos a cambio de dinero, no de fama. No queremos fama, ¡queremos dinero! Nos vamos de coaches si quieren, jajaja. A mí me haría hasta gracia. Espera, ¡no lo digas, no vaya a ser que nos llamen! Bueno, bah, ponlo si quieres.

El disco termina con una canción sobre desamor, A las seis.
T: Sí, es una versión de José y Manuel, un dúo granadino de Hispavox de los años 70. Chao chao, dice, ahí te quedas, me voy con otro. Nos apeteció hacer esa versión. Está bien cerrar un disco llamado Hola con una canción que dice adiós.

Pues aquí lo dejamos.
Ambos: Pues nos vamos a cantar al coro.

Adiós.
Ambos: Adiós.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_