Laura Pedro: la mujer que abre brecha en el mundo de los efectos visuales es de Barcelona
Con ʻSuperlópez’ ganó el Goya, acaba de estrenar ʻEl vecino’ en Netflix y en otoño llega ‘Way Down’, de Jaume Balagueró. Asegura que su trabajo consiste en hacer mucho más que monstruos y explosiones.
No pensaba dedicarse a hacer volar a Superlópez o a crear réplicas de seres humanos por ordenador. Laura Pedro (Barcelona, 1989) quería ser directora de fotografía, pero sufrió un accidente de moto, no pudo preparar bien los exámenes y la nota no le llegó para estudiar esa especialidad en la Escac. En su lugar, se matriculó en la primera promoción de efectos visuales de dicha escuela de cine barcelonesa. «El accidente fue muy fuerte. Iba con mi mejor amiga, Aida Domènech, Dulceida. Por suerte a ella no le pasó nada, pero yo me llevé un buen golpe», explica mientras muestra la gran cicatriz que atraviesa su hombro.
En un apartado técnico en el que predominan nombres masculinos, ella ha conseguido marcar un hito. En los últimos Goya fue galardonada por Superlópez. «Como esta categoría engloba también maquillaje y efectos ópticos ya habían sido premiadas antes Montse Ribé y Ana Núñez. Pero soy la primera mujer en lograrlo como supervisora de efectos visuales», matiza. Su discurso fue interrumpido por el gag de Berto Romero y David Broncano, suspendidos en el aire. «Era un momento histórico que hubiera una mujer, y se podría haber cortado esa intervención. Pero Lluís [Rivera], el supervisor de los efectos físicos, y yo estuvimos ahí, la gente nos vio y se habló de nuestro trabajo», reflexiona a la vez que defiende que «sería genial que esta edición ganara otra compañera y que cada vez haya más nominaciones de mujeres».
Su departamento es uno de los que menor presencia femenina tiene en la industria (un 7%, según el último informe de Cima) y Laura reconoce que ha habido rodajes en los que le ha costado ganarse el respeto: «Tienes que demostrar más que los hombres. Ahora ya tengo 30 años, pero cuando empecé decían ‘Qué me vas a enseñar tú’. Luego ven que sabes de lo que hablas y al final todo fluye». Opina que ejemplos como el de la española Carolina Jiménez, presente en superproducciones como Aquaman o El hobbit, «son referentes que dan a conocer la especialidad para que no se piense que es una frikada». Porque, subraya, en su área se hace «más que explosiones y monstruos».
A veces su intervención es tan sutil que solo se aprecia en los créditos: «Este año he participado en Quien a hierro mata, y la ves y parece que no hay efectos. Hay películas donde la magia de que el trabajo esté bien hecho es que no te enteres. Roma, por ejemplo, es todo cromas con extensión de 3D recreando la ciudad». Señala que se debe guardar equilibrio entre lo virtual y lo real, incluso le dan «miedo» recreaciones virtuales de personas –«Me pasó en Star Wars con la princesa Leia»– y fenómenos como las influencers digitales tipo Lil Miquela –«No estoy preparada para entenderlos»–. Pero admite que su sector vive una verdadera revolución. El Ranchito, la empresa en la que trabaja, se ha convertido en un referente con proyectos internacionales como Juego de tronos, Jurassic World, John Wick o The Mandalorian. «Los efectos y la producción españoles viven un buen momento», confirma Laura.
Lo corroboran los trabajos que estrenará los próximos meses: el 31 de diciembre llega El vecino, la serie de Nacho Vigalondo para Netflix, en la que ella ha creado un disfraz de superhéroe que sale de un medallón, y en 2020 las películas Malnazidos y Way Down. En esta última, de Jaume Balagueró, se narra un robo al Banco de España durante la final del Mundial de Fútbol que ganó la selección. «Explosiones no va a haber, pero sí mucha gente creada digitalmente», avanza. En el futuro, ¿le gustaría colaborar con gurús como Steven Spielberg, George Lucas o James Cameron? «Sí, porque sus producciones tienen unos medios impresionantes y si no existe la tecnología para hacer lo que quieren pueden desarrollarla. Con la nueva de Avatar vamos a flipar».
*Agradecimientos: Roswell Shop. San Bartolomé 6, Madrid. Tel.: +34 610 07 42 51 (www.roswellshop.es).
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