Nuevas formas de brillar en la oscuridad: 2023 se rinde a los pies del gótico
Las nuevas versiones del negro por excelencia se han dejado ver tanto en pasarelas de alta costura y alfombras rojas nacionales e internacionales como en tiendas mainstream. El neogótico recicla un inconfundible pretérito y lo fusiona con tendencias de épocas tan dispares como la era victoriana y los años noventa.
Marcas como Prada, Paco Rabanne, Yves Saint Laurent o Dior, entre otras, ya han hecho sus apuestas para la próxima temporada de primavera- verano 2023, escogiendo el gótico como uno de los principales ganadores. También en la Semana de la moda que se celebra estos días en Nueva York hemos visto que firmas como Rodarte apuestan todo al negro. Era previsible, ya que durante los últimos meses de 2022 se han adivinado las intenciones de las grandes firmas al haber incluido en sus colecciones accesorios como los chokers o las medias de rejilla, plataformas infinitas, zapatos grunge, encajes y corsets. Últimamente se ha estado conformando un conglomerado de tendencias actuales y de antaño que fluyen a través de un río oscuro y magnético, como una ensoñación en la que Edgar Allan Poe, Mary Shelley y los integrantes de The Cure se van juntos de after en alguna capital europea.
Las corrientes actuales suelen alejarse de lo purista y se mezclan bebiendo de diversas fuentes. Esto, según Patricia Waltz, estilista, relaciones públicas y comunicadora de moda, se debe a la globalización: “La sociedad está hiperconectada e influenciada por distintas tendencias y estilos que provienen de la otra punta del mundo en muchos casos. Anteriormente no se disponía de este acceso a la información y, por tanto, todo era mucho más homogéneo, pero actualmente es posible conocer las modas que provienen de otros países y adaptarlas al día a día”, explica.
Dicen que el pasado siempre vuelve y una subcultura tan emblemática como esta no iba a ser menos. Nacida en Reino Unido entre finales de los años setenta y principios de los ochenta, las bandas de rock gótico y post- punk como Joy Division o The Banshees marcaron la estética y el gusto musical de gran parte de esa generación (y de las venideras). No obstante, como cualquier otro producto cultural, la moda muta, evoluciona y se adapta a las inquietudes y contextos de la sociedad a la que viste.
Según Fátima Valdés, estilista, consultora creativa y profesora en el IED (Istituto Europeo di Design), se plantean conceptos románticos con detalles de encaje, transparencias, terciopelo, cinturas definidas, hombreras, flecos y tejidos de tweed. Es decir, reminiscencias victorianas que perfectamente podrían admirarse en el vestuario de películas icónicas como Nosferatu, vampiro de la noche (Werner Herzog) o Sleepy Hollow (Tim Burton) y que actualmente se extrapolan incluso a los trajes nupciales, tal y como demostró Donatella Versace en su colección A Dark Gothic Godess— o una diosa gótica oscura —. De hecho, la diseñadora detalla en su cuenta de Instagram cuál es su inspiración para llevar a cabo esta colección, explicando que su musa son las mujeres rebeldes, seguras de sí mismas, inteligentes y un poco divas, fuertes y liberadas, con suficiente actitud como para combinar tachuelas y prendas de cuero con tiaras y gasas. “Ella es la Diosa de la Libertad”, concluye Donatella.
Por otra parte, se suman a esta trend accesorios que configuran una estética urbana y futurista como los arneses, las gafas de sol opacas, los diseños geométricos y otras prendas muy relacionadas con el universo rave, al más puro estilo de los outfits cyber-góticos que vieron la luz a finales de los noventa en Alemania, donde los clubs techno pasaron a ser un nuevo escenario de encuentro de esta contracultura.
Las manifestaciones culturales conversan entre ellas, trasladando en este caso tanto el romanticismo oscuro propio de la literatura del siglo XVIII, como la estética de las salas underground de los años noventa a la pasarela, siempre con ese toque final de la varita mágica del poderoso presente.
Lo cíclico de la moda y la materialización de la añoranza
La afirmación de que la moda es cíclica es bien conocida por muchas personas y tal vez este neogótico opere, en parte, como un llamamiento nostálgico para muchos millenials que presumían de esta estética dark en ahora prehistóricas redes sociales como Tuenti y Fotolog. Fátima Valdés comenta que, de hecho, “hay quien asegura que esta nueva versión del gótico ha llegado precisamente para arrebatar el primer puesto a las tendencias y vibraciones Y2K de las que muchos ya se sentían aburridos”.
Además, este retorno de modas anteriores puede funcionar como una forma de configuración de un espacio seguro: “Recientemente se han vivido momentos muy duros a nivel global como las crisis económicas y la pandemia, así que volver al pasado y reconectar con nosotros mismos para sentirnos seguros ha sido un manifiesto”, afirma Patricia Waltz.
Todo apunta a que así será, ya que en eventos recientes como la gala de los Goya o la de los Premios Feroz el negro se ha coronado como ganador. En el plano internacional, celebrities como Kourtney Kardashian, Dua Lipa, Megan Fox, Jenna Ortega u Olivia Rodrigo, entre muchas otras, también se han encargado de hacer eco de esta tendencia. Desde los zapatos hasta el maquillaje, el glamour vamp seguirá estando muy presente, desmontando prejuicios y trasladando esta esencia a momentos cotidianos.
Ciertamente, aquellas personas enamoradas de esta corriente neogótica están de suerte porque, a pesar de que en las alfombras rojas y en los perfiles de las redes sociales algunos de estos outfits puedan parecer muy arriesgados o rompedores, la realidad es que integrar esta tendencia en el día a día es tarea sencilla. “Los prejuicios en la moda suelen estar vinculados al desconocimiento o al miedo, a no atreverse y a no saber si una tendencia es para uno mismo. Lo que se lleva y cómo se lleva sirve para aunar lo que se siente con lo que se viste, pero ni define a las personas ni las convierte en mejores o peores. La ropa es una herramienta, un hilo conductor e integrar esta tendencia en el día a día no solo es posible, sino que además podemos conseguirlo con básicos o prendas que ya se tienen en el armario”, defiende Fátima Valdés, que propone, por ejemplo, combinar una americana recta y cerrada con una falda midi de vuelo y unas botas planas de caña alta.
Por otra parte, Patricia Waltz también plantea otras opciones fáciles de incorporar diariamente como labiales en tonos oscuros, encajes con costuras bordadas, prendas de cuero o zapatos con tachuelas, entre otras. “Lo más positivo de esta tendencia es que obliga a realizar un viaje al pasado y a rebuscar en antiguas colecciones e iconos de este estilo como Vivienne Westwood, Moe Tucker, Lydia Lunch o Nina Hagen, ensalzando así figuras femeninas precursoras de esta tendencia y con relevancia en la historia, ubicándolas en el lugar que se merecen. Creo que lo importante es ampliar la cultura de moda para consumir mejor y construir un estilo propio”, opina la estilista.
Después de todo, lo gótico siempre suele haber sido apreciado como una extraña y atractiva piedra preciosa que luce en la oscuridad; brillan las colosales vidrieras que adornan las paredes de las catedrales y también los vestidos negros con transparencias. El neogótico no es una imitación impersonal, sino una inclinación estética que destaca por su mezcla de estilos y su compleja reinterpretación. Esta moda, al fin y al cabo, es la adaptación de un clásico, de la misma manera que en su día lo fue Drácula, de Bram Stoker (Francis Ford Coppola), cuya frase “he cruzado océanos de tiempo para encontrarte” sigue conquistando a todo el que la escucha.
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