Kate Young: de asistente de Anna Wintour a estilista más poderosa de Hollywood

Hace un par de años la estilista Kate Young, la más influyente de la industria del cine según la prestigiosa clasificación que elabora anualmente la revista Hollywood Reporter, lanzó una colaboración con la marca de gafas Tura. Una de sus mejores clientas, justamente la persona con más seguidores en Instagram –sí, Selena Gomez– se hacía eco de ello en su propia cuenta y Young recibía tantos likes que rompía Internet. Eso fue el mismo año en el que una foto suya vistiendo un vestido descartado para los Oscars mientras veía la ceremonia desde el sofá de casa se hizo viral. Sí, en Internet está justamente la clave que ha propiciado que Young vuelva a estar un año más entre las 25 profesionales más poderosas del mundo.

Esta exeditora de moda de Vogue –empezó como asistente de Anna Wintour– cuenta entre sus mejores clientas a las abanderadas de las cinco marcas más buscadas en Google durante 2017. Gomez es musa y colaboradora de Coach; Dakota Johnson imagen del último perfume de Gucci y amiga personal de Alessandro Michele; Michelle Williams eterna imagen de Louis Vuitton y Margot Robbie, nuevo ojito derecho de Karl Lagerfeld, lo es de Chanel. En este sentido, Young lo tiene fácil. La misma exclusividad que en ocasiones limita su abanico de posibilidades a la hora de escoger modelitos es toda una garantía de éxito. No en vano, se ha ganado a pulso su intachable reputación en la industria, siendo especialmente reconocida por ser la perfecta intermediaria entre las intérpretes y las mejores firmas de lujo. Vamos, que lo de los contratos publicitarios es en gran medida mérito suyo.

Seguramente ha sido Robbie, una de las actrices de moda por su oscarizable papel como Tonya Harding, la que la ha ayudado a colocarse de nuevo en lo más alto de esta lista, que ya lideró anteriormente en 2012 y 2016. También viceversa, porque eso de que Robbie sea la chica del momento (como ya consiguió anteriormente con Sienna Miller, a la que sigue aconsejando en casi todas sus apariciones públicas) es en gran medida cosa de Young. El vestido de Chanel que le puso a la australiana en la pasada edición de los Oscar ni era nuevo ni era la primera vez que lo veíamos sobre una alfombra roja –era la versión de un modelo de Alta Costura lucido por Penélope Cruz en el estreno de Ma ma en 2015 en Madrid–, pero convirtió inmediatamente a Margot es una de las mejor vestidas del evento. De todos modos, sus elecciones más inesperadas son las que la han catapultado a la cima. Justamente su preferida la pasada temporada fue el Versace de malla metálica con el que Robbie estrenaba Yo, Tonya en Los Ángeles. Un modelo al que le echó el ojo en el comentadísimo desfile de Primavera/Verano 2018 al que le pusieron el broche final las supermodelos Carla Bruni, Claudia Schiffer, Naomi Campbell, Cindy Crawford y Helena Christensen.

Además de premios, estrenos, eventos y fiestas varias, Young, que también viste ocasionalmente a Rachel Weisz y Adwoa Aboah, ejerce de estilista para portadas, desfiles, y publicidad. Entre sus últimas incursiones en las Semanas de la Moda se cuentan las presentaciones de BCBG Max Azria o Cushnie et Ochs además de la campaña de primavera de Puma, con Selena Gomez como protagonista (como ya hiciera anteriormente con Natalie Portman y Dior). La suya es una de las transformaciones más alabadas de los últimos años. La transición que ha hecho Gomez de niña a mujer ha ido perfectamente acompañada de un cambio a la hora de vestir que le ha ayudado a consolidarse como todo un referente de estilo, sobre todo fuera de las red carpets. Allí, vestida de marcas como Reformation, Free People, Rouje, Alexa Chung, Re/Done o esa de la que todo el mundo habla, I.AM.GIA, es donde más se ha notado la mano de la mejor estilista del mundo. O por lo menos, la mejor conectada.