Así se hizo la colección de Victoria Beckham x Mango: inspirada en Jane Birkin y con cortes pensados al milímetro

En 2008, Victoria Beckham reunió a un pequeño grupo de editores especializados en una suite del hotel Waldorf Astoria de Nueva York para enseñarles 10 vestidos ajustados, de estética minimalista y materiales premium. Les explicó detalladamente cómo los había diseñado y cómo estaba confeccionado cada uno. “La mujer antes conocida como la Spice Pija acaba de presentar una colección de vestidos y, la verdad, es la cosa más interesante que ha pasado en la Semana de la Moda de Nueva York”, escribía entonces la crítica de moda Nicole Phelps en Vogue Runway. Desde entonces, Beckham se ha ido convirtiendo por derecho propio en una respetada diseñadora con boutiques en Londres y Hong Kong, más de 250 puntos de venta internacionales y una muy lucrativa línea de belleza homónima en colaboración con Estée Lauder. Ahora, su celebrada (y lujosa) estética será apta para todos los bolsillos gracias a la colaboración que acaba de realizar con Mango: “Quería hablar a un público más amplio de una forma que fuera relevante para mi marca y que conservara mi estética y mi ADN”, explica la diseñadora. “Fue un reto apasionante abrazar otro proceso creativo sin comprometer la creatividad y el atractivo. Siento que compartimos un ethos, una estética y unos valores en torno a la feminidad y la calidad, y un verdadero amor por el producto”. Para realizar la colección Beckham se ha inspirado en el personaje de Jane Birkin en la mítica cinta La piscina (1969): “Me gusta su desenfado. Ella tenía una belleza natural y rezumaba un verdadero sentido de la libertad”, afirma. El resultado son prendas versátiles en las que destacan los vestidos de seda fluidos de estilo lencero y las prendas de sastrería. Los materiales y, sobre todo, los cortes pensados al milímetro se han convertido en uno de los principales reclamos de su marca. “Una prenda puede parecer sencilla, pero durante su concepción se ha pensado mucho en cómo se ajusta al cuerpo, en cómo crea una silueta marcada... Para mí la clave está en la silueta”, apunta.

La otra gran atracción de la firma es, por supuesto, ella misma. Cuando creó su enseña transformó su estilo, antes mucho más exuberante, hacia esas prendas sofisticadas y mayoritariamente monocromáticas que comenzó a diseñar y que ella promociona, junto a sus tutoriales de belleza, en sus redes sociales. “Históricamente ha habido cierta percepción sobre mí por parte de los medios de comunicación, pero ahora con las redes sociales la gente puede ver mi verdadero yo. Siempre me he mantenido fiel a mí misma y a lo que me gusta”, comenta. “Desde que empecé en la moda mi estilo ha evolucionado y he aprendido mucho por el camino. Me apasiona lo que hago y disfruto del proceso en cada paso del camino: vivo y respiro mi marca. Trabajo con un grupo de personas realmente increíble en el ámbito de la moda y la belleza, y me siento muy realizada y orgullosa de dónde estamos hoy”.

Aunque Victoria Beckham ha realizado colaboraciones con algunas firmas en el pasado, es la primera vez que se alía con una firma de la envergadura global y el volumen de Mango. También para la multinacional catalana, que desde hace algunos años lanza colecciones limitadas firmadas por influencers o diseñadores nicho (su última cápsula veraniega la firmaba la californiana SimonMiller), es su primer trabajo con una creativa reconocida en el mundo de la alta gama. Su apuesta por Beckham es una pieza importante del nuevo plan estratégico que Mango ha lanzado este año y que consiste en duplicar su resultado neto (ahora fijado en los 172 millones de euros del pasado año) de aquí a 2026 apostando por la apertura de decenas de tiendas (la mayoría en Estados Unidos) y crear líneas con calidades más elevadas y precios ligeramente superiores a los de sus colecciones habituales. De ahí que su alianza con Victoria Beckham se venda en unidades limitadas. Es la primera de una serie de colecciones pensada para agotarse en cuestión de horas. Y, si no, al tiempo.