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La nueva estrategia de Anna Wintour: la gala del Met invitará a ‘tiktokers’ por primera vez en su historia

La lista de invitados, más escueta que nunca, excluye a habituales de la cita y hace hueco a estrellas de las redes sociales. ¿El objetivo? Conseguir la mayor repercusión posible y acceder a nuevas audiencias.

Esta vez no estarán en la gala del Met habituales como Sarah Jessica Parker o Gisele Bündchen. ¿En su lugar? Personalidades de TikTok o YouTube en un giro de estrategia de Anna Wintour.
Esta vez no estarán en la gala del Met habituales como Sarah Jessica Parker o Gisele Bündchen. ¿En su lugar? Personalidades de TikTok o YouTube en un giro de estrategia de Anna Wintour.getty images
Patricia Rodríguez

Tras año y medio de hibernación, Nueva York reclamará de nuevo su papel protagonista en el mapa global el próximo mes de septiembre. La plegaria urbana comenzará del 8 al 12, con la celebración de su semana de la moda ante un público completamente vacunado, y se rematará el lunes 13 en la gala Met. Entonces, la escalinata más célebre de la ciudad, la del museo Metropolitan, volverá a recibir a fotógrafos y celebridades para inaugurar la nueva exhibición del Costume Institute. Eso sí, esta vez esas celebridades serán menos y más jóvenes que nunca.

La reducción del número de afortunados para hacer el paseíllo tiene que ver con las imposiciones de la pandemia y supondrá un recorte de casi 200 personas. Además, la variante delta mantiene Estados Unidos cerrado a los habitantes de la Unión Europea. De seguir así para mediados de septiembre, en teoría, se caería al menos una tercera parte de los nombres habituales. El resto es decisión de la mujer que mueve los hilos de la exclusiva fiesta, Anna Wintour, encargada de aprobar o rechazar a cada uno de los invitados y responsable del éxito de la cita.

Aunque la lista definitiva de asistentes es secreto supremo hasta el último momento, las edades y perfiles de los anfitriones (así como el menú, por primera vez vegano) dan idea del nuevo target que busca alcanzar la todopoderosa editora del Vogue estadounidense: Timothée Chalamet (25), Billie Eilish (19), Amanda Gorman (23), y Naomi Osaka (23). Un actor que juega sobre la alfombra roja a romper con los estereotipos de género, la cantante favorita de la generación Z, la poeta que se hizo viral en la investidura de Joe Biden y la tenista que abrió el debate sobre salud mental en el deporte. Personajes con discurso, muy en línea con los derroteros que toman las propuestas de los creativos neoyorquinos más noveles. Completan el cuadro tres sillones honoríficos: para el diseñador Tom Ford, el director de Instagram Adam Mosseri y la propia Wintour.

Detrás, Kylie Jenner y Kim Kardashian y, delante, Jennifer Lopez y Donatella Versace en la gala de 2019.
Detrás, Kylie Jenner y Kim Kardashian y, delante, Jennifer Lopez y Donatella Versace en la gala de 2019.getty images

De Estados Unidos al mundo

La exposición que justifica el sarao, In America: A Lexicon of Fashion, abrirá al público el 18 de septiembre, pero será solo una primera parte del colofón que llegará en mayo de 2022 con una segunda muestra (y una segunda fiesta), In America: An Anthology of Fashion. Comisariadas ambas por Andrew Bolton, tirando de historia se centrarán en visibilizar y apoyar a la moda local, tras unos meses duros para la industria que se han cebado especialmente con los creativos independientes. La temática marcará el dresscode y justifica el sillón de Ford. El del director de la red social se explica también fácilmente: Facebook e Instagram patrocinarán el evento, garantizando más atención que nunca a las redes sociales.

Según Page Six, este año no asistirán asiduos como Sarah Jessica Parker o el matrimonio formado por Gisele Bündchen y Tom Brady. ¿En su lugar? Por ejemplo la tiktoker Addison Rae o la youtuber Emma Chamberlain, ambas de 20 años. En un volantazo inesperado en 2021, Wintour ha decidido recurrir a las estrellas de las redes, rindiéndose a los influencers con la misma rapidez (poca) con la que se echó a los brazos de lo digital. Hasta ahora su máxima concesión al gremio fue en 2019, cuando cedió a invitar a cuatro populares creadores de YouTube. Esta vez serán más, cuenta en Page Six el contrariado agente de una de las actrices que se queda fuera: “Me han dicho que hay muchos influencers en la lista de invitados. He oído que Facebook e Instagram han cogido varias mesas y eso ha desanimado a muchos, junto con la obligatoriedad de la mascarilla”. Los nuevos perfiles y la mascarilla, pero también la evolución de los contagios o la decisión por parte de algunas celebrities de no vestirse de fiesta en estos momentos cambiarán el panorama sobre la colorida alfombra.

Las restricciones a la entrada en Estados Unidos de ciudadanos de la Unión Europea supone un recorte importante en la lista de VIPs invitados.
Las restricciones a la entrada en Estados Unidos de ciudadanos de la Unión Europea supone un recorte importante en la lista de VIPs invitados.getty images

Esta fiesta le plantea a Wintour varios retos. Por un lado no cabe duda de que busca dar una imagen de vuelta a la normalidad y servir de palanca a la industria estadounidense, pero también necesita interesar al público global y recaudar fondos. La consecución del primer objetivo se lo garantiza el tema chovinista de la velada; los dos últimos, van de la mano. La gala del Met es uno de los eventos más mediáticos del año, pero también supone la principal fuente de financiación para el Costume Institute. A razón de 35.000 dólares el cubierto (unos 29.700 euros) y entre 200.000 y 300.000 dólares por mesa, en una noche pueden llegar a recaudar más de 13 millones de dólares. Ese desembolso, que sale de empresas que se encargan después de invitar a los famosos, se paralizó con la llegada de la covid y ahora es esperado con ansia en una institución cuyas finanzas ya hacían aguas antes de la crisis. Esta vez nada puede fallar.

La gala, que cumple 75 años, es el sueño dorado para cualquier experto en marketing. La organiza Wintour desde que en 1995 tomó el relevo de la socialité Patricia Buckley y cada año supone alcance y difusión supremos para los presentes. Celebridades y marcas. Todo, además, rodeado por un atractivo aura de exclusividad y con el ‘buenrollismo’ que otorga la buena causa, financiar al instituto del vestido del Metropolitan. Pese a los precios, la inversión renta y por eso cada edición hay codazos entre marcas por hacerse con las mesas. Pero para que la rueda funcione es imprescindible esa difusión que garantizan los grandes nombres (actores de Hollywood, diseñadores, modelos, empresarios, políticos…) y, si muchos se quedan fuera, ese alcance podría no ser tan atrayente.

La búsqueda de esas otras audiencias que solo están en TikTok y compañía garantizaría el alcance, incluso si el evento es más íntimo. Queda por saber si, con estos nuevos invitados y el nuevo público objetivo, la fiesta se retransmitirá en redes sociales. En las tres últimas ediciones Wintour vetó los móviles en el interior de la gala en un movimiento que, en este caso, más que contracorriente parece dirigido a construir ese halo de inaccesibilidad. Porque, total, los que quisieron saltarse la prohibición lo hicieron sin consecuencias y con millonarios resultados en forma de ‘me gusta’. Es otra de las ironías de esta gala, tan exclusiva como mediática.

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Sobre la firma

Patricia Rodríguez
Periodista de moda y belleza. En 2007 creó uno de los primeros blogs de moda en España y desde entonces ha desarrollado la mayor parte de su carrera en medios digitales. Forma parte del equipo de S Moda desde 2017.

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