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Helena Bonham Carter: «Tener estilo es algo genético»

Su excentricidad es su gran talento. Y la virtud que más admira. En ‘Ocean’s 8’ y ‘The Crown’ volverá a hacer gala de ella.

"Ir de compras es mi perdición", confiesa la actriz.
"Ir de compras es mi perdición", confiesa la actriz.Getty Images (Dave J Hogan/Getty Images)

Rosa de Inglaterra. Ese fue el primer apodo que recibió Helena Bonham Carter cuando enlazaba «una película encorsetada de época tras otra». De Una habitación con vistas (1985), su primer filme, a Las alas de la paloma (1997). De Hamlet (1990) a Regreso a Howards End (1992). Su educación y linaje de clase alta inglesa –es descendiente de una familia política británica por parte paterna y su abuelo materno fue un embajador español– aún resaltaban más que la excentricidad por la que luego se hizo famosa en pantalla (El club de la lucha, Harry Potter y todas las colaboraciones con su expareja, Tim Burton) y fuera de ella.

Sentada en una habitación de Toronto, pelo alborotado, labios rojos y un vestido negro que se acaba de comprar en la ciudad («Me encanta ir de compras. Esa es mi perdición: joyas, ropa…», admite), responde bien a esa imagen que se tiene de ella.

Seria, pero irónica. Charlatana si la conversación se centra en películas, mide sus respuestas cuando las cuestiones intentan ir más allá de los papeles que interpreta. No hay medias tintas. Helena Bonham Carter (Islington, Londres, 1966), simplemente, lleva más de 30 años en esta industria. «Me gusta tener el control. Todos tenemos nuestros filtros y yo, donde me dejo llevar es en los personajes que interpreto».

Le agrada parecer pintoresca, y lo apoya con un armario que recurre al sentido del humor de Dolce & Gabbana o a la irreverencia de Vivienne Westwood, sus diseñadores de cabecera. Aunque, aclara, quien más le inspira es su madre: «El estilo es genético». También apunta que, si nos ceñimos a la personalidad, su singularidad no lo es tanto. Es su debilidad reconocida por personajes «dañados y desquiciados» lo que ha hecho que la identifiquemos con ellos: «He dado vida a muchos papeles de gente loca. Me gusta la patología. Es divertido porque creo que la interpretación es como ir a una cita con tu psicoterapeuta», explica.

En Nueva York, en la presentación de Oceans´8.
En Nueva York, en la presentación de Oceans´8.Getty Images (Getty Images)

De hecho, su madre, psicoanalista, es la persona más cercana a ella y es con quien discute los personajes antes de interpretarlos. No hay uno que no acabe metiéndose en su cabeza: «Todos dejan una huella en mí. Me enseñan, me ayudan a evolucionar. Es un privilegio que se queden contigo», confiesa. A veces hasta los saca a pasear a algún evento: «En alguno, por ejemplo, he vuelto a exhibir el sentido del humor de Elizabeth Taylor –a la que interpretó en Burton and Taylor– o me hago pasar un poco por la reina de Inglaterra».

De su personaje en Ocean’s 8, Rose, no sabe aún con qué se quedará. Pero sí, como el resto de sus compañeras de reparto, Sandra Bullock, Cate Blanchett, Rihanna, Anne Hathaway… destaca que es importante que se dirija una historia de estas características solo con mujeres.

Si tuviera que elegir entre todos sus personajes, se queda con uno reciente: Eleanor Rise en 55 Steps, una mujer con esquizofrenia que se enfrentó al abuso psiquiátrico y luchó por romper los miedos contra los enfermos mentales. «Ha sido el papel más duro que he hecho, emocional y físicamente. Meterme en sus ataques de pánico…», dice. «Te das cuenta de que la gente le tiene fobia a la locura, por eso la demonizan».

A Bonham Carter no le asusta el trastorno, lo abraza. «¿Mi gran temor? No es mi propia muerte, pero sí que fallezca alguien a quien amo». Después, menos seria, admite que ahora también le impone empezar a rodar la nueva temporada de The Crown, en la que será la princesa Margaret. Será su forma de volver a ser, de nuevo, Rosa de Inglaterra .

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