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Brooke Shields: «Fue duro querer a mi madre alcohólica porque me sentía responsable de ella»

Si hay una mujer que puede hablar con conocimiento de causa sobre sexualización precoz, presión constante de la fama y demandas draconianas de la industria del entretenimiento, es la actriz. Bajo los focos desde que tenía tres años, tras el rostro universalmente conocido se oculta una persona culta y divertida que únicamente sabe hablar desde el agradecimiento, el optimismo y, solo a veces, la ironía. He aquí la prueba.

Brooke Shields con camisa y chaqueta de LOUIS VUITTON.
Brooke Shields con camisa y chaqueta de LOUIS VUITTON.BJORN IOOSS
Raquel Peláez

Hace 44 años, la madre de Brooke Shields recibió una llamada de teléfono inesperada. Era el cineasta francés Louis Malle, quien quería que su hija hiciese de Violet, una niña de 13 años prostituida por su propia progenitora en Pretty Baby. A la actriz, modelo y celebridad indiscutible que hoy se ríe a carcajadas al otro lado del Atlántico, mientras intenta que su perra, Pepper, no cubra la pantalla, le costó muchas horas de estudio, escritura y terapia comprender el valor de aquella película (“la mejor que hice y que haré jamás”, dice, sacando de la ecuación a Regreso al lago azul), señalar como abuso el trato que se dio a su imagen (desde la campaña de Calvin Klein en la que decía “nada se interpone entre mis vaqueros y yo” hasta el hecho de aparecer desnuda frente a las cámaras siendo menor de edad), y entender el rol de su madre, quien fue su representante y la principal instigadora de su carrera, en su propia vida. Hoy, con 56 años y por fin completamente en paz con su pasado, guía a sus hijas en sus primeros pasos profesionales hacia el futuro (una de ellas acaba de debutar como modelo), y ha puesto en marcha un personalísimo proyecto llamado Beginning is now («el comienzo es ahora», en inglés), con el que quiere ayudar a otras mujeres maduras a lograr la plenitud.

Estudió filología francesa en Princeton, un dato no muy conocido, pero lo que tampoco mucha gente sabe es que hizo una tesis sobre Louis Malle. ¿Por qué tomó esa decisión?

Hice esa tesis porque de verdad me interesaba la cinematografía de Louis Malle, pero es que además yo aparecí en su primera película americana, cuyo tema central es la pérdida de la inocencia, cosa que es fascinante porque fue exactamente lo que me pasó a mí. Creo que tras la polémica que creó mi papel en Pretty Baby necesitaba intelectualizarlo. Después de los ataques y la polémica que había vivido por haber hecho esa película, necesitaba apropiarme de la experiencia y mirarla como algo intelectual y artístico para ser capaz de reírme de la negatividad. Si ves las entrevistas que me hicieron en aquella época, las preguntas con las que me machacaban cuando solo era una cría… fue una época muy dura porque me preguntaban una y otra vez las mismas cosas y en realidad no les interesaba nada ni mi punto de vista ni lo que tuviese que decir. Así que fui a la universidad para poner todo aquello en perspectiva y no sentirme solamente como una víctima. Para mí, hacer una tesis en una institución tan respetada era una manera de tomar las riendas de la situación.

Shields posa con chaleco de MICHAEL KORS.
Shields posa con chaleco de MICHAEL KORS.BJORN IOOSS

¿Y qué descubrió haciendo la tesis?

Que es un director absolutamente brillante y esa película es la mejor que he hecho y que haré jamás.

¿Él llegó a leer la tesis?

La verdad es que durante todo el proceso fue muy evasivo. Cada vez que intentaba entrevistarle pasaba algo, no contestaba, no estaba, hasta que un día lo engañé: le dije que iba a llamarlo un día concreto, pero lo llamé un día antes y así conseguí que se pusiera. El caso es que lo entrevisté, presenté la tesis, le mandé una copia a su agente y durante muchísimo tiempo no volví a saber nada, por lo que pensé que la habría leído y habría pensado que solo era una pedante extrayendo conclusiones erróneas. Unos pocos meses después de graduarme recibo una llamada. Es su agente para decirme: “Louis quiere comer contigo”. Y entonces él me pide que transforme la tesis en un libro y me dice: “¿Sabes? La gente dice todo tipo de cosas sobre mi cine, pero tú de verdad lo has entendido”. Ese día, para mí fue como si se cerrase un círculo.

¿Se quedó con ganas de publicarlo?

Después de escribir mi segundo libro, sobre la relación con mi madre, me quedé seca. La verdad es que en mi proyecto personal, Beginning is now, me encanta escribir artículos basados en mi propia experiencia vital. Sé que aún tengo un libro dentro, quizá es ese…

Camisa de DIOR, pantalón de DOLCE & GABBANA y anillos y pulsera de BVLGARI.
Camisa de DIOR, pantalón de DOLCE & GABBANA y anillos y pulsera de BVLGARI.BJORN IOOSS

¿Con la edad se pierde la inocencia o la paciencia?

Creo que hay casos muy diferentes y que hay gente que mantiene la inocencia si no la han herido. Yo en mi juventud no me sentí realmente herida, no tuve la misma pérdida de inocencia que el personaje de Pretty Baby. La pérdida de la inocencia se asocia frecuentemente a algo sexual, pero no tiene por qué ser así, eso es una mentalidad propia de la cultura de la violación. Es verdad que la pérdida de la inocencia está íntimamente relacionada con la paciencia, porque tiene que ver con darte cuenta de que hay gente incapaz de cambiar. Ahí para mí pierdes la inocencia porque pierdes la esperanza, te rindes. En ese sentido, la vez que perdí a un hijo, por ejemplo, ahí perdí la inocencia.

Jennifer Connelly, que al igual que usted empezó a ser actriz cuando solo era una niña, también encontró refugio en la universidad. ¿Por qué cree que ocurre eso?

Bueno, en la industria del entretenimiento, que es muy tóxica, no te enseñan a pensar por ti misma, porque no quieren que lo hagas: quieren que hagas lo que te piden y en realidad tu persona no les importa lo más mínimo. Para mí Princeton fue liberador porque me permitió comprender el mundo y categorizar a la gente y no sentirme atacada por sus mezquindades, y a la vez me dio la oportunidad de ver que podía tener mi propio punto de vista sobre las cosas. Un profesor me dijo: “Ten fe en tus hipótesis”, y me cambió la vida.

Brooke Shields con un mono y zapatos de SAINT LAURENT por ANTHONY VACCARELLO.
Brooke Shields con un mono y zapatos de SAINT LAURENT por ANTHONY VACCARELLO.BJORN IOOSS

¿Empezó a tener fe en sus hipótesis a partir de ese día?

Me llevó años, pero la semilla estaba plantada y a partir de ahí muchas veces veía que mis intuiciones no eran tan erradas, y entonces me decía: “Un momento, a lo mejor no todo el mundo sabe más que yo”. Lo que pasa es que cuando eres actriz, te devora la necesidad de que te acepten, siempre con la mano levantada para que te elijan. Ya con el divorcio de mi primer marido [el tenista André Agassi], me di cuenta de que quería que mi vida fuese diferente, pero debo decir que solo en los últimos 10 años he empezado a decir: “Bueno, pues esta soy yo y no quiero ser otra cosa”. Tuve que criar a dos hijas y cometer muchos fallos con ellas para saber quién era. Mi proyecto personal, Beginning is now, nació después de ver que muchas mujeres nos centramos tanto en casarnos, tener hijos, criarlos, cuidarlos, que cuando los hijos se van de casa nos quedamos vacías y preguntándonos qué hacer porque nos sentimos aún jóvenes, pero el mundo nos trata como si ya hubiésemos cumplido nuestra función.

¿Por qué fue su divorcio tan importante para descubrir que quería un cambio en su vida?

Yo no crecí pensando que tuviese derecho a abandonar nada. Siempre había que seguir. Intentarlo una y otra vez hasta conseguirlo. Esta fue la primera vez en mi vida que dije: “No quiero vivir así, esto no me hace feliz. Es una persona genial, pero me marcho”. Hasta entonces no había tenido la osadía de hacer algo así, vivía siempre pensando en cumplir las expectativas de mi madre.

Sin embargo, usted siempre habla con muchísimo cariño de su madre, no le guarda rencor alguno.

No. Y te voy a decir por qué: ella tenía problemas graves, era alcohólica, y pasó una infancia muy dura, pero hubiera matado por mí. Me quería tanto que yo siempre me sentí protegida por ella. Escucho los testimonios de otros niños de la industria que cuentan que se sintieron muy solos. Yo jamás sentí eso. Se aseguró de que siempre tuviese amigos de mi edad alrededor, seguí yendo al colegio, nunca nos mudamos a Hollywood. Lo más duro, quizá, fue querer a una alcohólica, porque me sentía responsable de ella.

Chaleco y pantalón de MAX MARA y anillo de BVLGARI.
Chaleco y pantalón de MAX MARA y anillo de BVLGARI.BJORN IOOSS

¿Y cómo llegó a todas esas conclusiones?

Durante mucho tiempo todo el mundo quería culpar a mi madre de todo, la ponían como un ogro y eso me resultaba muy duro. Justo después de la universidad, donde estudié francés, pero también mucha psicología, encontré a un terapeuta buenísimo que me ayudó a comprender las cosas. Sí, fue difícil porque mi principal preocupación, buena parte del tiempo, era mantenerla viva y esa es una carga enorme para un hijo. A la vez ella consiguió que estudiase, que tuviese una carrera, pero al mismo tiempo quería que tomase cierta distancia con respecto a esta industria y eso lo hizo una mujer de orígenes humildes de Newark. Yo me beneficié de su fuerza de voluntad.

¿Ha visto la película Red?

No, pero todo el mundo me ha dicho que tengo que verla.

Lo entiendo porque es una película tierna, pero también dura sobre ese momento de la pubertad en el que las hijas consiguen separar su personalidad de la de sus madres.

Es verdad que yo no pude independizarme totalmente de mi madre hasta que falleció. Estábamos tan, tan unidas, ¿sabes? Y aunque sabía que tenía que separarme de ella, casarme, formar mi propia familia, cultivar mi propia vida, al mismo tiempo nunca pude separarme del todo de su influjo. Por eso no pude escribir un libro sobre ella hasta que falleció.

Y ahora con sus hijas, ¿hay cosas de la relación con su propia madre que no quiere repetir?

Anoche fui a un acto con las dos y estaba un paparazi de mi edad al que conozco desde que los dos teníamos 14 años. En la alfombra roja yo le estaba diciendo a las chicas cómo tenían que moverse, dónde tenían que ponerse, que estuvieran rectas y mi amigo no daba crédito. Me decía: “Dios mío, eres igualita que tu madre”. Y me sorprendió, pero a la vez me di cuenta de que es así. Yo prefiero centrarme en lo que sí quiero repetir, que es mantener el sentido del humor y estar siempre abierta a escuchar.

La actriz con vestido de SCHIAPARELLI y anillos y pulsera de BVLGARI
La actriz con vestido de SCHIAPARELLI y anillos y pulsera de BVLGARIBJORN IOOSS

* Estilismo: Fabio Immediato. Maquillaje: Genevieve Herr (Sally Harlor). Peluquería: Peter Gray (Home Agency). Manicura: Aki Hirayama (Tracey Mattingly). Producción local: NM Productions. Técnico digital: Trevor Nathan. Asistente de fotografía: Corey Danieli.

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Sobre la firma

Raquel Peláez
Licenciada en periodismo por la USC y Master en marketing por el London College of Communication, está especializada en temas de consumo, cultura de masas y antropología urbana. Subdirectora de S Moda, ha sido redactora jefa de la web de Vanity Fair. Comenzó en cabeceras regionales como Diario de León o La Voz de Galicia.

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