_
_
_
_

Cierra Colette: adiós a la tienda más ‘cool’ del planeta

La ‘concept store’ más famosa del mundo bajará la persiana para siempre el próximo mes de diciembre tras 20 años de éxito.

colette tienda paris
Clara Ferrero

La gran profeta de la moda tiene nombre de mujer pero es una tienda. Colette es la concept store (uno de esos espacios comerciales que mezclan moda, arte y cultura) más famosa del mundo. No hay guía turística de París que no la incluya como parada obligatoria y la etiqueta ‘Visto en Colette’ ha logrado adquirir carácter de legitimación. Pero tras veinte años situada en la rue Saint-Honoré, la bola de cristal de las tendencias echa el cierre. El próximo 20 de diciembre bajará la persiana para siempre. Así lo ha confirmado la empresa en un comunicado. Al parecer, la jubilación de su fundadora, Colette Roussaux, la razón de su despedida. Además, Sarah Andelman, hija de la fundadora y directora creativa, reconoció que la facturación de la tienda se vio afectada por los ataques terroristas en París en noviembre de 2015, que tuvieron un gran impacto en el turismo en la capital francesa. Su local podría ser ocupado a partir del próximo año por Saint Laurent.

La noticia llega en el momento más inesperado, justo el mismo año que la enseña cumple dos décadas de vida y tras el anuncio de una colaboración con H&M. Durante estos veinte años no ha habido marca que colgara de sus perchas que no estuviera de moda o fuera a estarlo en el futuro. En sus tres plantas era fácil toparse con Kate Moss, Rihanna o Katy Perry; parisinas de renombre en la industria como Carine Roitfeld o Inès de la Fressange o rostros tan buscados por los paparazzi como Gigi Hadid o Kendall Jenner. No es casualidad que todos eligieran el mismo destino: Colette no estaba pendiente de la moda sino que la creaba. Si quieren saber por qué el patinete se convirtió en plaga hace unas temporadas o cómo New Balance logró resurgir hasta ser la firma de zapatillas más buscada, échenle la culpa a Colette.

Su nombre se lo debe a su propietaria y fundadora, Colette Rousseaux, una mujer de unos sesenta años tan alejada del foco mediático como famosa ha sido su tienda. Ella y su hija Sarah Andelman fueron las responsables del éxito de Colette. Rousseaux ya trabajaba en el sector cuando hace veinte años decidió abrir una tienda de 700 metros cuadrados en un emplazamiento, hasta entonces olvidado, de la rue Saint-Honoré. Antes de aquello había dirigido Polo, uno de los famosos mayoristas del parisino Sentier y su labor era preseleccionar las prendas que luego compraban los detallistas sin apenas margen de error. Ese ojo clínico es el mismo que ha aplicado a su selección de marcas y prendas en Colette pero proponiendo directamente sus productos al consumidor final. Su hija Sarah Andelman es actualmente la directora creativa de Colette y una figura fundamental en la industria. Su forma de mezclar Alta Costura con productos de merchandising, libros o chocolatinas hizo de la tienda el influyente espacio que ha sido hasta la fecha. Ella fue la primera en confiar en firmas como Rodarte, Proenza Schouler o Mary Katrantzou comprando stock de sus colecciones para venderlo en Colette. La visión única de madre e hija para detectar tendencias y descubrir firmas con potencial generaron ingresos en 2015 por valor de 31 millones de euros.

Pero, ¿cómo se convirtió Colette en la gran profeta de la moda? El emplazamiento (próximo a los puntos más importantes de la moda parisina), la habilidad de sus propietarias para presagiar las tendencias, la variada oferta de productos y su decoración luminosa y apetecible fueron las claves de su éxito. La tienda se divide en tres plantas: a pie de calle, enmarcada por dos amplios ventanales, se encuentra la zona que mezcla libros y revistas con merchandising, gadgets y chucherías (entendidas en sentido literal pero también como esos pequeños artículos de grandes marcas a precios asequibles). En esta zona lo mismo se puede comprar un lápiz de tres euros que una camiseta de sesenta o un reloj de precio desorbitado. “Calculo que en este piso puede haber unos 20.000 objetos diferentes al mismo tiempo”, declaraba Andelman a Business of Fashion. En la primera planta se ubica la moda masculina y femenina, con prendas y accesorios de marcas tan reconocidas como Gucci, Loewe, Louis Vuitton, Vetements o los diseñadores japoneses más venerados. Para no abrumar al cliente, únicamente está expuesta una talla por prenda y el resto están disponibles bajo petición. En esta planta solo pasan por caja las billeteras más abultadas. Por último, el sótano acoge un bar especializado en aguas de todo el mundo. En Colette los productos comerciales se mezclan con obras de arte y exposiciones temporales. Nunca fue una de esas tiendas lujosas en las que da cierto reparo entrar: el trato es distendido y, aunque muchos de sus visitantes no puedan permitirse sus grandes piezas, seguramente picarán con una revista, una goma de borrar o una funda para el móvil. Solo por husmear qué famoso de turno está haciendo sus compras allí, merecía la pena visitarla.

Muchos han sido los que han intentado copiar su fórmula sin demasiado éxito (Beauty et Et Vous, una de sus copias, cerró sus puertas a los pocos meses). “Debo decir que admiro mucho a Madame Colette y a Sarah. Es la única tienda a la que voy porque tienen cosas que nadie más tiene. Compro relojes, teléfonos, joyas… Han inventado una fórmula que no se puede copiar fácilmente ya que solo existe una Colette y ella y su hija están implicadas al 200%”, afirmó el mismísimo Karl Lagerfeld. Ya nadie intenta adivinar cómo Colette Rousseaux y Sarah Andelman lograban vaticinar cuál será el hit de la próxima temporada. “La tienda no está pendiente de la moda, sino que la moldea, incluso con una influencia inédita sobre sus evoluciones: un artículo seleccionado por Colette atraerá necesariamente la atención de otros compradores de moda”, reflexiona el sociólogo Guillaume Erner en el libro Víctimas de la moda. Cómo se crea, por qué la seguimos. “Las concept stores raramente se equivocan acerca de la moda futura porque son ellas mismas quienes la forjan”, añade. Por supuesto que no todo lo que cuelga de sus perchas ha arrasado en ventas, pero no importa. Sus propietarias siempre han sabido qué piezas difícilmente tendrán salida comercial pero deben estar en su escaparate. De esas solo comprarían unas pocas unidades.

Otro de los atractivos que atrae visitantes y compradores son las colecciones especiales. Su reputación le permite pedir a las firmas una series exclusivas, piezas únicas o colaboraciones. ‘Chanel x Colette’ o ‘Coach x Colette’ son solo dos ejemplos de grandes marcas que han querido crear objetos únicos para esta concept store. Cada vez que la tienda lanza una de estas sinergias, tanto su escaparate como su interior se decora acorde a la ocasión. Un atractivo más para fanáticos de ciertas firmas y curiosos en general. Una de las últimas que verá la luz es la que prepara junto a H&M, que estará a la venta a partir del próximo 21 de agosto.

Sarah Andelman, fundadora y responsable de su éxito.
Sarah Andelman, fundadora y responsable de su éxito.

Mucho antes de que las cadenas de moda pronta decidieran renovar stock y escaparate cada semana, Rousseaux y Andelman elegían cada domingo dónde se colocarían los productos nuevos que habían llegado. “La moda cambia todas las semanas. Es el ritmo de renovación de la tienda y nuestros deseos van a ese ritmo. La moda circula cada vez más rápido gracias a la red. Vemos lo que va a pasar cada vez más pronto y nos cansamos rápidamente”, declararon madre e hija en exclusiva a Madame Figaro en 2010. Por eso tampoco dejaron pasar el tren del comercio electrónico: el 20% de su constante crecimiento proviene de las ventas online –lo que la sitúa por encima de la media– y supera los 800.000 seguidores en Instagram. Gracias a su constante renovación y su capacidad de adaptación al momento (pronto apostarán por el ‘lo veo, lo quiero’ que asola a la industria), Colette consiguió que los parisinos y los profesionales de la moda no puedieran resistirse a volver religiosamente cada poco tiempo a ver qué se cocía. Su próxima desaparición pone fin a una era y cede el puesto de epítome de lo cool en París a la concept store Merci. La ciuda de la luz echará de menos sus bolsas blancas con logotipo azul paseando por sus calles.

Uno de los increíbles escaparates de Colette.
Uno de los increíbles escaparates de Colette.Getty

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Clara Ferrero
Es redactora en S Moda, revista en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera. También es cocreadora de 'Un Podcast de Moda', el primer podcast en castellano especializado en la temática. Es licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, y especialista en Comunicación de Moda por la Universidad Complutense.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_