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Alarma en TikTok: ¿pueden moverse los rellenos de labios?

En la red social se aprecia inquietud entre las usuarias de inyectables de ácido hialurónico por supuestos movimientos hacia otras zonas del rostro. Los expertos consultados tranquilizan: no es lo habitual, pero es necesario ponerse en mano de un profesional para evitar riesgos.

Los labios de la modelo Irina Shayk son de los más copiados con rellenos de ácido hialurónico.
Los labios de la modelo Irina Shayk son de los más copiados con rellenos de ácido hialurónico.Daniele Venturelli / Getty (Daniele Venturelli/WireImage)

La retórica es siempre la misma. Una chica muestra a cámara unos labios visiblemente hinchados como si llevara dos horas comiendo chiles. Confiesa que ha ido a la consulta del doctor o doctora x para voluminizarlos con ácido hialurónico. “Salí contenta, pero fijaos cómo me he levantado hoy. Temo que el relleno haya migrado fuera”.

El hashtag  #fillermigration acumula cerca de 40 millones de visualizaciones en TikTok. Una alarma que ha reavivado el temor a que los rellenos se escurran dentro de los tejidos y migren fuera de control de una zona a otra del rostro, como en ocasiones sucedía con los infames rellenos de silicona de los 90. En S Moda nos hemos puesto en contacto con cuatro expertos y su mensaje es tranquilizador… siempre que nos pongamos en buenas manos.

No es lo habitual

Ante todo, mucha calma. Lo primero que hay que dejar claro es que, por mucho vídeo que circule por TikTok, no es habitual que un relleno de ácido hialurónico debidamente inyectado se mueva de su sitio. Pero no es imposible. “Puede ocurrir cuando se inyecta un producto con poca cohesividad (es decir, muy líquido, que es el que se emplea en capas más superficiales para dar un aspecto jugoso a la piel). También puede suceder si se ponen grandes cantidades de ácido hialurónico de gran peso molecular en capas superficiales”, explica la doctora Beatriz Beltrán, internista, especializada en medicina estética y directora de la clínica que lleva su nombre en Barcelona.

Cuando hay demasiado relleno – comenta la doctora Carmen Górriz Zambrano, subdirectora de medicina estética de Instituto Médico Ricart – “el producto simplemente busca sitio para depositarse”. Este fallo de principiante suele deberse al deseo de salir de la clínica con unos labios dignos de Irina Shayk en una sesión. “Hay pacientes con labios muy finos que en una primera sesión quieren conseguir unos labios demasiado grandes. Así nos arriesgamos a producir una migración de producto dando una antiéstietica sensación de ‘labio de pato”. Una mala praxis que puede acabar en chapuza o en algo peor.

Todo por unos labios

Los profesionales de la medicina estética llevan años advirtiendo de que cada vez son más los pacientes que llegan a la consulta con un único deseo: conseguir el rostro como el que tienen en Instagram bajo una montaña de filtros. Entre ellos, unos labios carnosos con un arco de Cupido bien marcado. Pero la medicina no es un filtro instantáneo, por mucho que nos quieran hacer creer la publicidad y los cupones de descuento de las clínicas low cost.

El cuerpo no es capaz de asimilar esos cambios en cuestión de segundos. De hecho, lo primero que hace es inflamarse, tal como algunas fans creían ver en los labios de Lady Gaga coincidiendo con la presentación de los labiales de Haus Labs.

“Por eso lo normal es hacer las infiltraciones en dos sesiones. Así evitamos que la respuesta inflamatoria tras la infiltración enmascare el resultado deseado. Además de dejar tiempo para baje, permitimos que el tejido se adapte al material de relleno incorporado. De esta forma, en un segundo momento podemos controlar mejor el retoque para que el resultado sea óptimo”, señala el doctor Daniel Zarza, médico estético en Harmos Clinic.

No todo es pinchar y cobrar

El aumento de la demanda y la guerra encarnecida entre las clínicas por ofertar el mejor precio, ha provocado una proliferación de centros médicos baratos y especializados en pinchar y cobrar. No hay tiempo para un diagnóstico personalizado del paciente, ni para razonar si es lo más adecuado para la morfología de su rostro. “Debemos conocer la extensión y profundidad de la zona a tratar, así como la expectativa de la paciente para poder asegurarnos de la cantidad de producto”, explica el doctor Zarza.

Para evitar fallos de cálculo o resultados que no concuerden con las expectativas de la paciente, en su clínica se apoyan en la realidad aumentada. “Tenemos un equipo de diagnostico 3D Vectra que, en base al estudio antropométrico y la simulación de resultados de infiltración, nos permite calcular la cantidad de inyectable a infiltrar”.

Pero, ¿y si la paciente se empeña? La doctora Carmen Górriz traza una línea deontológica inquebrantable: “Nuestro objetivo es ayudar a nuestras pacientes a mejorar sin transformar. No somos un filtro de Instagram”. Muchos resultados indeseados se deben a que el producto inyectado no cumple con las normativas de seguridad que requiere el marcado CE. Su compañera Marta García-Legaz, divulgadora médica en IMR, reconoce haber visto casos de “peluquerías y personas que van de casa en casa infiltrando labios. No siempre ponen hialurónico, sino productos ilegales y hasta silicona como antiguamente”.

Fuera dramas… o no

Pese al drama que montan algunas tiktokers mostrando unos labios súper inflamados, el dermatólogo Carlos Morales Raya insiste en que esa reacción es normal. “El pinchazo edematiza el labio las primeras 24-72 horas, de ahí que se hinche. Que sea leve o muy evidente depende del tipo de ácido hialurónico, la capacidad del paciente de inflamar, la técnica y la cantidad utilizada”. Aunque hay muchas marcas comerciales en el mercado, para este uso él prefiere Belotero Lips de Merz Asthetics.

Y aunque es poco probable que migre, reconoce que esos casos suceden. Para deshacer esos desaguisados u otros similares con el hialurónico, los médicos y odontólogos (los únicos autorizados para usarlo) suelen tener a mano hialuronidasa. Esta enzima viene a ser como un antídoto que descompone el relleno. En algunos casos puede que sea necesario poner corticoides para bajar inflamación y antibióticos para prevenir la infección. En caso de no haberse puesto en manos de un sanitario serio, “el producto puede quedarse mal asentado de 8 a 24 meses hasta que se reabsorba”.

Con todo, más allá de un aspecto poco favorecedor, unos labios hiperdimensionados no ponen en riesgo la vida de la paciente. “Pero podría ser grave si migra a zonas peligrosas, como la arteria facial, angular o labial. Esto puede derivar en necrosis cutánea y del labio porque no les llega suficiente sangre, e, incluso, ceguera”.

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