Wes Anderson ya rueda en Chinchón su película con Tom Hanks y Scarlett Johansson
El equipo del cineasta estadounidense, que cuenta con un reparto de estrellas que incluye también a Bryan Cranston, Margot Robbie y sus habituales Bill Murray y Tilda Swinton, se despliega en el pueblo madrileño rodeado de grandes medidas de seguridad y secretismo
El cineasta estadounidense Wes Anderson (Houston, 52 años) ya está rodando su nueva película en Chinchón. Poco se sabe de un guion filmado por un gran equipo que ha reservado el parador y diversos hoteles y casas rurales de esta ciudad madrileña, de 5.000 habitantes y situada a 46 kilómetros al sureste de la capital. Tampoco cuándo estará en el pueblo el elenco de estrellas que ha reclutado Anderson, comandadas por Tom Hanks, Scarlett Johansson, Margot Robbie, Bryan Cranston y sus habituales Bill Murray y Tilda Swinton. A las afueras de la ciudad, dos inmensos decorados construidos con mecanotubo, que semejan un desierto y una estación de ferrocarril, ya han sido tapados en parte con pantallas. Pero este domingo en Chinchón a quienes sí se veía era a los seguidores de Anderson.
Junto a los actores mencionados, se han ido anunciando con cuentagotas sus compañeros de reparto: Jason Schwartzman (habitual también en el cine de Anderson como actor y coguionista), Adrien Brody, Liev Schreiber, Rupert Friend, Hope Davis y Jeffrey Wright. Varios de ellos colaboraron en La crónica francesa, el último rodaje de Anderson, la historia de un suplemento de periódico de Kansas que se realiza desde un pueblo francés, otra apuesta del cineasta estadounidense por la construcción de decorados de mundos que solo existen en su imaginación (la mayor parte de La crónica francesa se rodó en un hangar en Angulema). De esta nueva película solo se sabe que aunque asemeje un wéstern no lo es, y que aunque se ruede en España no tiene que ver con España. Y que no todos los actores filmarán juntos, ya que, como es habitual en la filmografía de Anderson, las tramas se entrecruzan: en La crónica francesa, que se estrenará en España el 29 de octubre, hay más de 25 estrellas —entre estadounidenses y franceses— y muy pocos se cruzan en pantalla, ya que la película desarrolla las diversas secciones del The French Dispatch Magazine.
Este domingo, un hombre con camiseta y bolsa de Star Wars esperaba con estoicismo junto a su grupo de cinco amigos bajo el sol abrasador del mediodía. Buscaban un hueco a la sombra frente al parador de Chinchón, donde se aloja Anderson, según vieron la semana pasada. Uno de ellos, Jacobo Torres (Madrid, 40 años), tiene más de 1.500 autógrafos recabados en 15 años de seguir a artistas, y este domingo se ha presentado con una carpeta en la que guarda fotografías impresas de carteles de películas del director y de los actores que trabajan con él en este rodaje. De este elenco ya tiene las de Swinton, Cranston y Wright, conseguidas en otros encuentros. Está a la busca y captura de las firmas del resto de las estrellas. “Va a ser muy complicado por la pandemia, pero el finde pasado vimos a Anderson salir; se mueve en boogie”, comenta, y señala los cinco vehículos aparcados en la entrada. No le dejaron acercarse.
El rodaje está marcado por todo tipo de contratos de confidencialidad que impiden a los trabajadores hablar de él. Sin embargo, en redes sociales, el Club de Golf de Aranjuez anunció que el 6 de septiembre sus instalaciones estarían cerradas para una jornada de filmación de la película de Anderson. El estadounidense ha elegido Chinchón por el paisaje, por facilidades logísticas, porque él reside en Francia, por la calidad del equipo técnico español que se encarga de la producción y porque, como admirador de Orson Welles, sabía que allí el director de Ciudadano Kane filmó Campanadas a medianoche y el telefilme Una historial inmortal, en el que la población madrileña se transmutó en Macao.
En los diversos hoteles en los que se aloja el equipo hay una seguridad inquebrantable. Pero los rumores avivan al pueblo y José Luis Olivar (Chinchón, 62 años) percibe mucho más movimiento desde que llegó la avanzadilla del equipo, hace unos dos meses. Lo nota en su labor de aparcacoches, aunque, sobre todo, en el local de su hijo Francisco, la pizzería Kronos. “Proveemos a toda la zona y ellos a veces piden hasta 20 pizzas para el parador”, comenta, protegido de los rayos solares con una gorra y un paraguas. Uno de los trabajadores del restaurante, Pedro Yuste (Chinchón, 25 años), confirma que también han ido al local y han tenido que hacer envíos al rodaje a las afueras. “A mi hermano le han contratado para que esté en la puerta controlando quién pasa. Ha tenido problemas con gente que se quiere colar, aunque también con vecinos que se quejaban de que llevaban caminando por ahí toda la vida”, comenta.
También ha alterado el devenir de otros rodajes. La macrodiscoteca Paraíso, que da nombre a la serie homónima de Movistar+, se construyó, al menos sus exteriores, en un prado también en Chinchón. El rodaje de la segunda temporada se está acabando estos días, y ese equipo, liderado por el director Fernando González Molina, no ha encontrado alojamientos en un Chinchón tomado por los estadounidenses.
Dos horas después del primer encuentro, Torres y sus amigos ya están sentados con sus refrescos frente al hospedaje de las estrellas hollywoodienses. Todavía no han visto a nadie, y actualizan la información de las redes sociales. A unos metros, en la plaza de toros levantada donde el resto del año está la Plaza Mayor, las banderas españolas decoran las terrazas y los visitantes se hacinan en los bares, ataviados con camisas, chinos, vestidos largos y sandalias de tacón. De punta en blanco para la corrida de las siete de la tarde. Tampoco verán allí a Wes Anderson.
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