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Cinco días en el Barrio Chino republicano

En abril de 1934 la fotógrafa Margaret Michaelis captó la precariedad, pero también la vitalidad de esta popular zona de Barcelona por encargo de los arquitectos que querían modernizar la ciudad

Niños jugando en una calle del Barrio Chino de Barcelona, el 13 de abril de 1934, en una imagen de Margaret Michaelis.
Niños jugando en una calle del Barrio Chino de Barcelona, el 13 de abril de 1934, en una imagen de Margaret Michaelis.Margaret Michaelis (AFB)
José Ángel Montañés

La fotógrafa de origen austriaco Margaret Michaelis (1902-1985) llegó a Barcelona por primera vez en 1932 huyendo de los nazis, que ya la habían detenido en Berlín. La joven de 30 años se hospedó en una pensión de la calle Mediodía, “donde había muchos alemanes”, según ella misma escribió, en pleno corazón del abigarrado Barrio Chino. En ese momento tomó sus primeras fotografías de esta zona de la ciudad. No era de extrañar que, poco tiempo después, el colectivo de arquitectos racionalistas del GATCPAC, dentro de los ideales que defendía la República, pensaran en ella para la exposición La Nova Barcelona, prevista para julio de 1934. El resultado de aquel encargo puede verse este verano en la muestra Cinco días por el Barrio Chino, en el Archivo Fotográfico de Barcelona (hasta el 31 de octubre).

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Querían mostrar las carencias arquitectónicas del Distrito V de Barcelona, su alta densidad demográfica, la insalubridad y la falta de escolarización. Todo para hacer valer las bondades del Plan Macià, inspirado por Le Corbusier, que pretendía sanear este distrito a partir de los planteamientos racionalistas del siglo XX, mejorando los equipamientos y los servicios, fomentando la vivienda pública. Querían, de paso, crear una nueva fachada marítima definida por tres rascacielos cartesianos y un enorme parque junto al delta del Llobregat. Un proyecto que, como muchos otros, la Guerra Civil impidió realizar.

Michaelis aceptó el encargo de mostrar las necesidades de aligerar e higienizar esa zona de la ciudad, mostrando las carencias de sus viviendas y la miseria de los que allí vivían, como le pedían estos arquitectos revolucionarios. Pero, de forma paralela, también captó con una mirada propia el dinamismo de la vida cotidiana y el carácter de este popular barrio. Empatizó con sus vecinos como nadie lo había hecho hasta entonces. “Supo ganarse su confianza y le abrieron las puertas de sus casas, ofreciendo un retrato íntimo”, explica Dolors Rodríguez Roig, que ha efectuado un intenso trabajo con este material, que ya se había expuesto parcialmente y en el que ha puesto orden después de revisar la documentación conservada en archivos como el Histórico del Colegio de Arquitectos, el Nacional de Cataluña y el Histórico de la Ciutat de Barcelona. Fruto de su trabajo es la muestra del Archivo Fotográfico de Barcelona, donde se custodia la serie completa de fotografías que Michaelis hizo de este barrio barcelonés.

Ambiente en la calle de l'Om del Barrio Chino, el 10 de abril de 1934.
Ambiente en la calle de l'Om del Barrio Chino, el 10 de abril de 1934.Margaret Michaelis (AFB)

En diciembre de 1933, tras el ascenso del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, con Hitler al frente, Margaret y su marido, el arqueólogo Rudolf Michaelis, se exiliaron en Barcelona y se hospedaron en el edificio donde vivía el escritor anarcosindicalista alemán Helmut Rüdiger y su mujer, en el número 36 de la calle Rosselló, construido por Josep Lluís Sert, uno de los fundadores del GATCPAC. Allí crearon el estudio fotográfico Foto-Studio Michaelis.

'Rosita', en la calle Cadena, 1 del Barrio Chino, en 1934.
'Rosita', en la calle Cadena, 1 del Barrio Chino, en 1934.Margaret Michaelis (AFB)

Rodríguez Roig, ayudada por las notas de la propia Michaelis al dorso de sus imágenes, ha reconstruido los pasos, día a día, de la fotógrafa por el barrio; las calles que recorrió y las casas donde entró durante los cinco días de abril de 1934 que dedicó a ejecutar el encargo. También ha comprobado que la tercera jornada estuvo acompañada durante su trabajo del propio Sert, que hizo también fotografías, desde el mismo punto de vista que ella. Y que fue alternando su encargo con fotos que hacía por interés propio, en las que las malas condiciones quedaban en un segundo plano y resaltaba la frenética actividad de las personas en las calles, en los patios y las terrazas. Eran imágenes menos estudiadas y más empáticas con las personas que se cruzaban en su camino. “Michaelis captó la vida real, buscando que las personas estuvieran presentes, sobre todo los niños que posaban sonrientes ante su Leica”, señala la comisaria.

Michaelis entregó a Sert 148 fotografías del fotorreportaje y él seleccionó las que se expondrían en los bajos de la plaza de Cataluña, marcándolas con una cruz roja tras ponerles título. Todas esas se expusieron en un fotomontaje junto al proyecto de nueva ciudad en forma de diorama, con la intención de convencer al visitante de las bondades y la urgencia del Plan Macià.

Una de las calles del Barrio Chino fotografiada el 13 de abril de 1934.
Una de las calles del Barrio Chino fotografiada el 13 de abril de 1934.Margaret Michaelis (AFB)

Poco después de la exposición, Michaelis y su marido se separaron y ella se trasladó a vivir a la calle República Argentina, donde abrió el estudio Foto-Elis. Es en este momento cuando entra en contacto con el grupo ADLAN, que tenía como referente a Joan Miró, y publica fotografías en el número de Navidad de la revista D’ací i d’allà.

'Collage' con las fotos de Michaelis en la exposición 'La Nova Barcelona', celebrada en julio de 1934. Arriba, el niño rapado usado por el GATCPAC para mostrar la miseria de esta zona de la ciudad, una imagen que en realidad captó Isaac Saporta en 1932. / AFB
'Collage' con las fotos de Michaelis en la exposición 'La Nova Barcelona', celebrada en julio de 1934. Arriba, el niño rapado usado por el GATCPAC para mostrar la miseria de esta zona de la ciudad, una imagen que en realidad captó Isaac Saporta en 1932. / AFB

Pero no todas las imágenes que se expusieron en los bajos de la plaza de Cataluña eran de Michaelis, como ha descubierto Rodríguez Roig. Una de las más icónicas, y que el GATCPAC usó a partir de ese momento en varias ocasiones, la de un niño rapado, triste y desnutrido, que se publicó incluso en la portada de su revista, AC, con el título Infante tipo Distrito V, no es de ella, sino del arquitecto griego Isaac Saporta. La hizo en marzo de 1932, durante la reunión del Comité Internacional de Arquitectos del CIRPAC, que luego la envió al GATCPAC. Michaelis, según Rodríguez, hizo una reproducción de esta imagen cuando se la pidió Sert para la exposición, y de ahí la confusión.

Autorretrato de Margaret Michaelis de 1931.
Autorretrato de Margaret Michaelis de 1931. The National Gallery of Australia

La mayor parte de la obra de Michaelis se conserva muy lejos de estos escenarios: en la ciudad australiana de Camberra, en la National Gallery de Australia, donde ella vivió desde 1939 hasta su muerte, en 1985. Allí también se conservan algunas de las fotografías que hizo Michaelis del Barrio Chino y que no entregó al GATPAC porque no formaban parte del encargo. Como las que tomó en el interior de la taberna Cal Peret, conocida también como La Taberna dels Tenors, en la calle Robador 17, que reflejan el ambiente alegre que allí se respiraba. En una de ellas puede verse a una pareja que habla de forma relajada y cariñosa sin percatarse de que un carterista está a punto de robarle a ella el monedero y cambiar la placidez que viven hasta ese momento. Puro Barrio Chino.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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