Cómo aprender a montar a caballo y ponerte en forma (sin mediar jamelgo)
Como spinning, pero cambiando las bicicletas por monturas electrónicas
Simon no es un caballo cualquiera. De hecho, a duras penas es un caballo, pese a sus curvas equinas y la lustrosa crin que le cubre la parte superior del cuello. "Es un simulador de monta de tamaño adulto. Un caballito de juguete con toda la potencia de un caballo real y el temperamento de un iPhone", explica Zara Stone en un artículo de Ozy.
El nombre comercial del sistema que ha desarrollado la empresa británica Wimbledon Village Stables es Equicise. Pero Simon no es el único de su especie. En el Tryon Equestrian Center de Carolina del Norte cobran 100 dólares por sesiones de 30 minutos en sus simuladores. Y otra empresa de origen británico, Racewood, ya vende sus simuladores a países tan dispares como Japón, Canadá y Sudáfrica. "Sus últimos modelos utilizan sensores de presión para medir el peso y equilibrio de los jinetes y transmitir los datos a una pantalla que ofrece feedback en tiempo real", explica Stone.
- Toma de contacto
La ventaja principal de montar a caballo sin caballo es la eliminación de las situaciones imprevisibles que pueden complicar el control del animal. En este escenario libre de sorpresas, los jinetes novatos pueden concentrarse en mejorar sus técnicas sin preocuparse por eventuales caídas o por la necesidad de hacer que el caballo avance hacia delante. Además, como el simulador está fijo, los instructores pueden mantenerse cerca y corregir cualquier aspecto. En Racewood lo presentan como un paso intermedio para ganar confianza antes de subirse a lomos de la versión viva.
En Wimbledon Village Stables, Equicise se ofrece como herramienta de formación y, además, como disciplina deportiva. Esta suerte de spinning ecuestre tiene la facultad de ejercitar el cuerpo completo, de modo que es ideal para quien quiera fortalecer y tonificar.
Un último detalle clave entre las razones que justifican la existencia de estas crecientes manadas de caballos electrónicos es que los de carne y hueso no están pasando por su mejor momento. Según señala Stone, en 2012 se determinó un descenso del 35% en el número de caballos en todo el mundo.
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