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Europa entra en la edad de oro de la observación de la Tierra

La carrera espacial vive buenos tiempos en el Viejo Continente. Para que sean todavía mejores, sostiene el autor, habría que estimular el crecimiento de las empresas europeas

Getty Images

Durante las dos últimas décadas, el debate en Europa de todo aquello relacionado con el espacio ha ido dirigido hacia un punto: no se trata de alimentar una carrera espacial, sino de lograr que lo que hacemos allá arriba sea realmente relevante para los habitantes de la Tierra.

Hace tres meses, en el marco del programa Copérnico, dirigido conjuntamente por la Agencia Espacial Europea (ESA) y por la Unión Europea a través de la Agencia Europea del Medio Ambiente, se lanzó un nuevo satélite Sentinel-5p, haciendo que este proyecto esté en pleno funcionamiento y recolectando terabytes de datos cada día. Europa ha cumplido el objetivo que se marcó hace dos décadas de conseguir un sistema independiente de observación de la Tierra por motivos medioambientales y de seguridad. Lo ha logrado al combinarlo con el sistema de navegación Galileo, el programa europeo de radionavegación y posicionamiento por satélite, dando un paso adelante hacia la edad de oro en la historia europea de la observación de la Tierra.

En 2017, por primera vez, se lanzaron más de 100 satélites de observación de la Tierra en un solo año”

Con el avance de estos grandes programas estratégicos y el crecimiento de nuevas empresas que operan satélites comerciales, nos encontramos en un momento ideal para este nuevo capítulo de la historia europea espacial. En 2017, por primera vez, se lanzaron más de 100 satélites de observación de la Tierra en un solo año. Cientos de satélites que consiguen imágenes actualizadas casi diariamente de cualquier lugar del planeta y que pueden proporcionar beneficios sociales, científicos y económicos a miles de millones de personas. Esta es realmente una revolución global del sector espacial comercial, con la miniaturización y producción masiva de satélites capaces de computar y analizar datos para construir innovadores productos comerciales.

En esta línea, la Comisión Europea está fijando ahora su objetivo en la obtención del mayor beneficio que pueda derivarse de estos datos para la sociedad, desde la verificación del Tratado hasta la respuesta ante desastres. Por este motivo también está estimulando la implementación y comercialización de estas fuentes de información.

Según la Asociación Europea de Compañías de Teledetección (EARSC), hay más de 450 empresas europeas del sector de observación de la Tierra que facturan más de 900 millones de euros al año. De estos, el 63% son empresas que tienen menos de 10 empleados y el 96% son empresas que tienen menos de 50 empleados. Lo que demuestra que son las pequeñas empresas las que estimulan el empleo, fomentan la experimentación y donde emerge la innovación. Para impulsar el crecimiento de estas empresas y darles la oportunidad de mostrar sus productos comerciales, la Agencia Espacial Europea ha lanzado Copernicus Masters, el concurso internacional que premia soluciones e ideas innovadoras basadas en los datos de la observación de la Tierra.

En Europa hay más de 450 empresas dedicadas la observación de la Tierra que facturan más de 900 millones de euros al año. El 63% tienen menos de 10 empleados”

Además, la Agencia Espacial Europea, en representación de la Comisión Europea, ha creado la iniciativa del Servicio de Acceso a Datos e Información para alentar a las empresas a crear la plataforma necesaria para procesar los datos centrales de teledetección y así facilitar el desarrollo de aplicaciones para todos los actores del sector. Además, las solicitudes más recientes se refieren cada vez más a servicios comerciales. Esta tendencia claramente favorece el surgimiento de un ecosistema verdaderamente comercial en torno a los datos espaciales de la Tierra.

Europa tiene el segundo mayor presupuesto espacial del mundo, sumando los esfuerzos de la UE, la ESA y los Estados miembros. Con la velocidad de la innovación que estamos viviendo en el espacio comercial, ahora es buen momento para que el sector público y el privado cooperen, apoyen mutuamente objetivos y hagan crecer la economía. El sector espacial comercial emergente juega un papel único en el avance tecnológico gracias a su disponibilidad para aceptar más riesgos, crear arquitecturas espaciales innovadoras y centrarse en servicios comerciales que utilizan un desarrollo integral del producto a base de datos espaciales. Por otra parte, el sector espacial comercial se está convirtiendo cada vez más en protagonista de los asuntos internacionales, proporcionando recomendaciones políticas, acceso a tecnología punta y servicios y productos para complementar los recursos públicos.

Por lo tanto, deben crearse las condiciones adecuadas no solo para el crecimiento de las empresas europeas, sino también para atraer a las empresas extranjeras a establecerse y expandirse en Europa. Esta inversión en un mercado comercial ayudará a la región a diferenciar su postura global y revitalizar su base industrial. Europa cuenta con la política, los programas, la innovación y el mercado para convertirse en un líder mundial en el fomento de tecnologías espaciales con fines ambientales y de emergencia. Al comprender cómo puede cambiar algunas de sus carteras espaciales para comprar servicios comerciales y operacionales, mientras se enfoca en misiones científicas y de exploración más avanzadas, la región se posicionará como líder en el mercado espacial comercial y reforzará esta época dorada de la historia europea de observación de la Tierra.

Robbie Schingler es cofundador y director general de Planet Europe.

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