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“España no renuncia a absolutamente nada, ni siquiera a la soberanía”

El Gobierno aspira a equilibrar más la relación con el Peñón tras el Brexit

Lucía Abellán
Marco Aguiriano, secretario de Estado para la UE, el pasado 16 de diciembre en el Ministerio de Exteriores.
Marco Aguiriano, secretario de Estado para la UE, el pasado 16 de diciembre en el Ministerio de Exteriores.NOLSOM (EL PAÍS)

Marco Aguiriano (Bruselas, 56 años) ha tenido que dedicar buena parte de sus 18 meses en España a lidiar con el Brexit. Este funcionario de la UE era director general de Políticas Exteriores de la Unión en el Parlamento Europeo cuando recibió la llamada de Josep Borrell para ocuparse de su especialidad, los asuntos comunitarios, en el Ministerio de Exteriores.

Pregunta. El camino del Brexit parece ahora despejado. ¿El acuerdo que ha alcanzado la UE con Boris Johnson lo deja todo cerrado para los intereses españoles?

Respuesta. El acuerdo blinda todas las necesidades e intereses españoles. A España le interesa una relación muy estrecha porque ya la tenemos en el campo económico y comercial y en el turismo. También tenemos coyunturas comunes como IAG. En lo que no se llegue a acuerdos habrá planes de contingencia. El acuerdo futuro tiene que cubrir la pesca, muy importante para España, y los productos agrícolas. En cuanto a garantías, lo que está blindado es Gibraltar. El 31 de enero estará definitivamente acreditado que cualquier pacto entre la UE y el Reino Unido sobre Gibraltar deberá contar necesariamente con el acuerdo de España.

P. ¿Y qué hará España respecto a esos acuerdos futuros con Gibraltar?

R. España no renuncia a absolutamente nada, ni siquiera a la soberanía. Otra cosa son los tiempos y los ritmos. El 96% de los gibraltareños no quisieron salir de la UE. Posiblemente el Peñón quiera una relación mucho más estrecha que el Reino Unido. Pero eso será si España está de acuerdo. A nosotros de momento nos interesa que haya una zona de prosperidad compartida con el Campo de Gibraltar. Y que la competencia desleal de las empresas en el Peñón vaya llegando a su fin. Esa circunstancia deriva de que, para poder entrar en las entonces comunidades europeas, España se tuvo que someter a las reglas que el Reino Unido había negociado sobre Gibraltar. En los setenta el Peñón era candidato para fondos de cooperación al desarrollo. Hoy es la tercera renta per cápita del mundo. Qué diferencia, ¿no? Pues un poquito hay que repartir. Es en beneficio de toda esa zona. Y además es una región del mundo fundamental desde el punto de vista estratégico. No es solo una reivindicación romántica sobre un trozo de tierra.

P. Dice que España no renuncia a la soberanía, pero el propio presidente asegura que no está sobre la mesa.

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R. Reivindicarla ahora no llevaría a nada. Y nos parece que el hecho de que Gibraltar quiera una relación muy estrecha con la UE llevará a los gibraltareños a darse cuenta de que su futuro pasa mucho más por Madrid que por Londres. Que eso lleve a recuperar la soberanía, ya veremos. Por eso no renunciamos a esa reivindicación. Estamos obteniendo resultados útiles, productivos, mucho más beneficiosos que ver una gran bandera española ondeando en la Roca. Ahora no es una prioridad. Donde hay que reivindicarlo ya se está haciendo.

P. ¿Cómo afecta a la credibilidad de España en la UE la sentencia del tribunal europeo que reconoce la inmunidad de Oriol Junqueras?

R. La credibilidad de España no se pone en juego por esta cuestión, sino que se viene midiendo en estos últimos 18 meses por una lista positiva de acciones en el marco de la construcción europea. Este Gobierno ha heredado todos los elementos de este problema y lo está gestionando con el rigor y la transparencia necesarios y, por supuesto, con el respeto estricto a la separación de poderes. La dimensión judicial sigue su camino, diferente e independiente del político.

P. España se convertirá en contribuyente neto a las arcas de la UE por primera vez en el periodo presupuestario 2021-2027. ¿Habrá que hacer más pedagogía sobre las ventajas de la Unión?

R. Hay que hacer pedagogía siempre. Algunos de mis colegas europeos me dicen que su electorado no quiere pagar más impuestos. Yo les digo: tampoco en España, pero el papel de un político no es solo contar lo que no quiere su electorado; también habrá que hablarle y explicarle por qué. Sí, nos vamos a convertir en contribuyentes netos, pero estamos negociando. Hoy somos un país mucho más próspero, que atrae más turismo e inversiones. Y no vamos a dejar de beneficiarnos de la UE. Las ventajas son infinitamente superiores a un cálculo contable. Hemos tenido 60 años de paz, prosperidad, armonía con menos del 1% de la renta nacional bruta. No está mal. Es un café por ciudadano y por día.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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