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La difícil convivencia en el Grupo Mixto del Congreso con los diputados presos

Junts per Catalunya pide beneficios en el Congreso contando a los parlamentarios en prisión suspendidos

Desde la derecha: Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull, durante la primera sesión en el Congreso el pasado martes.
Desde la derecha: Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull, durante la primera sesión en el Congreso el pasado martes.Uly Martín
Javier Casqueiro

El Grupo Mixto del Congreso, con 18 diputados de seis partidos muy distintos, es en esta XIII legislatura un conjunto muy heterogéneo y peculiar que incluye los parlamentarios nacionalistas de Junts per Catalunya. ¿Cuántos? Los siete que resultaron elegidos en las urnas el 28 de abril, incluidos los tres que están en prisión a la espera de sentencia por su implicación en el proceso independentista que juzgó el Tribunal Supremo. También está Oriol Junqueras, líder de ERC, que tiene grupo propio con 14 escaños, pero en el que no puede integrarse por estar suspendido por la Cámara por la misma razón judicial. La convivencia en el Grupo Mixto es cordial y educada, pero no fácil. Por divergencias ideológicas de fondo y por cuestiones logísticas muy importantes.

Las discrepancias sobre la presencia de cada partido, ayudas económicas, número de asistentes y minutos de intervención en las sesiones llevaron al grupo a convocar una reunión de urgencia el miércoles para solventar los problemas. Además de Junqueras y de los diputados de Junts, integran el Grupo Mixto Bildu, Compromís, Navarra Suma, Coalición Canaria y Partido Regionalista de Cantabria.

Hasta fijar esa simple cita, con todos los implicados en una misma sala en Madrid, fue complicado. Junts per Cataluña tiene ahora una portavoz en la Cámara baja, Laura Borrás, que viaja mucho a Waterloo, Estrasburgo o Bruselas para conocer los criterios de Carles Puigdemont, el expresidente de la Generalitat fugado de la justicia. Otros portavoces del grupo reconocen que ahora, en su nueva función, tendría que dedicar más esfuerzos a los trabajos en el Congreso que a las reivindicaciones secesionistas. Borrás recuerda en cuanto puede que está en el Congreso para defender los derechos que considera sustraídos de los diputados presos.JuntsxCat se reivindica al recordar su importancia como primera fuerza del grupo y al contar siempre, de hecho, con el factor de sus tres diputados en prisión.

Tras declarar la Mesa del Congreso el 24 de mayo suspendidos de su condición de diputados a los electos de ERC, Oriol Junqueras, y de Junts, Josep Rull, Jordi Sánchez y Jordi Turull, se encargó a la Secretaría General del Congreso un informe, de 13 páginas, sobre los efectos de esa decisión. La conclusión fue que esa situación no variaba el cómputo de la Cámara (350) ni de la mayoría absoluta (176) y con los precedentes se adscribió a esos parlamentarios al Grupo Mixto. El documento también alude a que los diputados suspendidos no deben contar ni para aumentar la representación de ese partido en comisiones o iniciativas ni en la cuantía de su subvención.

En esas nuevas condiciones, la organización del Grupo Mixto se ha agravado. Los servicios técnicos del Congreso facilitan a todos los grupos la figura de un coordinador, que en este caso debería ser para todos los partidos y no para Junts, aunque sea mayoritario. También se dispone de 0,9 asistentes por diputado, que en las formaciones que tienen solo un acta se iguala a uno. Para JuntsxCat no es lo mismo contar con siete parlamentarios que con cuatro. Lo mismo sucede para repartir los 26.000 euros de asignación mensual, que entre todos han acordado dividir entre 17 (dejando uno en espera) en vez de proporcionalmente y nunca, en cualquier caso, entre 14 (sin los tres diputados presos).

El conflicto más visible tiene que ver con los tiempos de intervención, especialmente en las grandes sesiones como la de investidura. Los grupos normales tienen media hora de exposición. El mixto, por la cantidad de sus formaciones, subió a 46 minutos la legislatura pasada. Ahora quieren 48 y tampoco con una distribución proporcional, que beneficiaría a Junts (siete) y Bildu (cuatro), y con un mínimo de cinco minutos para los que están solos.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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