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La pérdida de sus grandes feudos municipales agrieta el poder de Coalición Canaria

El PSOE arrebata a los nacionalistas Santa Cruz de Tenerife y La Laguna

La socialista Patricia Hernández, tras ser elegida alcaldesa de Santa Cruz de Tenerife.
La socialista Patricia Hernández, tras ser elegida alcaldesa de Santa Cruz de Tenerife.Ramón de la Rocha (EFE)

El poder de Coalición Canaria (CC) se agrieta. La pérdida de los Ayuntamientos de Santa Cruz de Tenerife y San Cristóbal de La Laguna, feudos tradicionales del nacionalismo canario, donde viven alrededor de 360.000 habitantes, supone un mazazo muy importante para CC.

La gran sorpresa la dio Santa Cruz. Nadie estaba seguro hasta ayer por la mañana de hacia dónde irían los votos de los dos concejales de Ciudadanos, Matilde Zambudio y Juan Ramón Lazcano, pero finalmente se decantaron por dar su apoyo a la candidata socialista, la exvicepresidenta del Gobierno regional, Patricia Hernández, frente al candidato de CC, el ya exalcalde José Manuel Bermúdez. Eso podría costarles la expulsión del partido por haber incumplido la directriz de votarse a sí mismos, según fuentes de la formación en Canarias, aunque los concejales niegan haber tenido esa consigna.

Para CC, perder Santa Cruz de Tenerife es perder su centro de poder histórico, donde han gobernado desde hace 40 años. Allí ganó la alcaldía con UCD en 1979 Manuel Hermoso, primer presidente autonómico de Coalición Canaria, en 1993. Hundida la UCD, Hermoso inició un lento camino hacia un regionalismo de centroderecha que siguió gobernando en Santa Cruz y que fue el germen de lo que se denominó “el moderno nacionalismo canario”, una confluencia del partido de Hermoso, exmilitantes del CDS, comunistas y nacionalistas de izquierdas que formaron CC en 1993.

A pesar de que Coalición Canaria ganó las elecciones, con 10 concejales, la nueva alcaldesa, Patricia Hernández, cuya candidatura sacó 9 concejales, ha conseguido reunir a los dos ediles de Ciudadanos y a los tres de Unidas Podemos en un acuerdo para la investidura que se ha sustentando sobre la necesidad de regenerar un Ayuntamiento marcado todavía por la reciente entrada en prisión de otro exalcalde nacionalista, Miguel Zerolo, condenado a 7 años de cárcel por delitos de prevaricación y malversación de caudales públicos en el caso Las Teresitas, un pelotazo inmobiliario en el que el Ayuntamiento de Santa Cruz adquirió unos terrenos por un valor de 52,5 millones de euros a pesar de que la tasación del propio Ayuntamiento estimaba que valían 19 millones.

En La Laguna, ciudad universitaria de adoquines y conventos, de pueblos y barrios pesqueros, agrícolas y obreros, la izquierda vuelve a la alcaldía después de 26 años de hegemonía de Coalición Canaria. Lo hará de la mano del socialista Luis Yeray Gutiérrez, gracias a un pacto entre PSOE, Unidas Se Puede y Avante La Laguna. CC, que fue la primera fuerza política el 26-M y subió dos concejales, pierde un feudo de gran importancia simbólica: allí fue alcaldesa durante nueve años Ana Oramas, portavoz de Coalición Canaria en el Congreso. La sustituyó Fernando Clavijo, alcalde durante seis años y actual presidente regional.

Pero allí también germinaron problemas judiciales para CC. Como el caso corredor, una trama de empresarios de la noche en una de cuyas piezas estuvo imputado Clavijo después de unos pinchazos telefónicos finalmente inadmitidos. O el caso grúas, en el que Clavijo está imputado por prevaricación, malversación y tráfico de influencias por la supuesta ilegalidad de un préstamo de 120.000 euros que dio en 2014 a la empresa que lleva el servicio municipal de grúas, a la que luego le prorrogó el contrato a pesar las deudas que tenía y de la oposición del interventor del Ayuntamiento de La Laguna. El hasta ahora alcalde, el nacionalista José Alberto Díaz, también está imputado por esta causa.

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La izquierda ya tuvo números para gobernar en 2015, pero entonces Ferraz impuso un pacto con CC que rompió a la agrupación socialista de la ciudad. Durante esta semana, entre los nuevos socios de gobierno cundía el miedo a que, ante el voto secreto en urna, hubiera un tamayazo, así que la votación ha sido nominal, cada concejal ha dicho el nombre del candidato al que apoyaba Y no hubo sorpresas.

En su primer discurso, el alcalde anunció que el nuevo equipo se bajará los sueldos, con un ahorro de en torno a 200.000 euros anuales: “No es un gesto, es el primer paso del proyecto de transformación con el que nos comprometemos desde el primer día de mandato”, afirmó. A la salida del acto, decenas de militantes y simpatizantes del nuevo gobierno municipal se reunían en la plaza del Adelantado, junto al Ayuntamiento, con gritos de “sí se puede” y “lo logramos”.

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