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Zapatero: “Acabemos con el mito de las bondades de un referéndum”

El expresidente del Gobierno considera Escocia y Quebec ejemplos de consultas fallidas

Javier Martín-Arroyo
El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, en Córdoba.
El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, en Córdoba.SAMUEL DE DIOS

El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha cargado esta mañana contra el proceso secesionista catalán por ejemplos previos como Escocia y Quebec, que considera fallidos, así como por la ruptura de la legalidad que implica. “Acabemos con el mito de las bondades de un referéndum para dividir”, ha afirmado tras citar Escocia (consulta en 2014) y Quebec (urnas en 1980 y 1995). El expresidente ha criticado la ruptura de la legalidad que implica la votación: “No veo ningún hecho democrático en no respetar la legalidad, ninguna cultura”, ha afirmado en Córdoba. “Si vivimos juntos decidimos juntos. Y cuando perdamos ese gran principio será un proceso de ruptura de principios democráticos”, ha recalcado.

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Zapatero está convencido de que a pesar de que la situación es “seria”, la democracia española superará el desafío. Para el expresidente del Gobierno, la invocación del Gobierno catalán sobre los fundamentos democráticos que justifican la celebración del referéndum del 1 de octubre, “carecen de credibilidad”. En el referéndum no ve argumentos racionales y solo vislumbra dos supuestos en los que la consulta estaría legitimada. El primero sería que Cataluña fuera un pueblo cuya lengua, identidad y derechos no estuvieran reconocidos. “Una situación que no es la actual, para nada”, ha resaltado en el debate que ha clausurado esta mañana el congreso del bienestar, organizado por la Cadena Ser en la ciudad andaluza.

Y su segunda hipótesis sería que "una mayoría amplia quisiera un proyecto de convivencia política radicalmente distinto" de la España democrática actual. “Pero resulta que quieren el euro, estar en Europa y ser solidarios tras salir y entrar en Europa. Si quisieran seguir siendo europeos, aportarían más dinero a Europa de lo que aportan ahora, lo cual se convierte en un auténtico enigma. ¿Más solidarios con Europa que con España?”, ha censurado.

La exigencia para crear una Constitución según Zapatero pasa por contar con “elementos racionales”. “Este sería un debate en el terreno de las ideas, la razón y la cultura y no de las pasiones (...) La democracia y los valores democráticos que ha impregnado el régimen de 1978 son mucho más fuerte intelectual y moralmente que los que defienden algunos líderes de la CUP", ha añadido.

La convivencia debería ser el argumento clave para ver un futuro posible y democrático, según ha expuesto: “Como el otro piensa de manera distinta, ya no puedo convivir. La política es la refutación del todo o nada. Porque si no es la barbarie. La política es el acuerdo. Romper un acuerdo de convivencia es muy grave. Los independentistas van a necesitar sosiego y calma”, ha vaticinado.

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Crisis de refugiados

El expresidente ha lanzado estas reflexiones sobre el independentismo catalán al finalizar el debate sobre inmigración Fronteras líquidas: nuevas estrategias de seguridad en el espacio clave del Mediterráneo, que ha protagonizado junto al exsecretario de Estado de Asuntos Exteriores Bernardino León, la exembajadora marroquí Aziza Benani y Antonio Garrigues Walker, presidente del bufete Garrigues.

Este martes se cumple el día en que España debería haber acogido 17.337 refugiados, tal y como se comprometió con el resto de Estados europeos. Hoy la cifra de refugiados que huyen de la guerra y del frío no alcanza el 8%, según cifras oficiales del Ministerio de Interior. Garrigues mentó la lógica de las familias que huyen para lograr sobrevivir: “En España no nos afecta porque no tenemos refugiados. Bastaría con que cada país aceptara sus cuotas de inmigración, y si cada país hiciera la mitad de Alemania [que ha acogido a 1,3 millones], el tema sería un tema más. La Europa rica no puede negar que tenemos que aceptar refugiados. Si usted viviera en Irak, cogería a sus hijos para cruzar el mar, porque le van a matar. Todos lo haríamos”, dijo como ejemplo del sentido común que el Gobierno se resiste a aceptar.

Después de ensalzar sus intentos por paliar la crisis de las pateras en Canarias en 2006, Zapatero fue igual de crítico que el abogado con el papel de la Unión Europea: “Europa no puede asumir la tendencia del rico decadente, que es el peor personaje en una obra de teatro. Somos el continente del bienestar, el continente que representa un paraíso de derechos, libertades y prestaciones para tantos jóvenes”. Y contó la anécdota de una comida en París con Jacques Chirac, Gerhard Schröder, Tony Blair y él. “Si no hacemos el desarrollo de África nos invadirán, y vendrán y nos harán así, [simula un corte en el cuello]. Y a ti el primero, Tony”, dijo Chirac, según Zapatero.

Sobre el flujo migratorio cada día mayor desde el norte de África, León propuso una receta: “Tenemos que apostar porque se vayan encauzando los problemas. Y tenemos que concentrarnos en Libia”.

En el debate se ha echado en falta la visión de un miembro del Gobierno español, que ofreciera un contrapunto a las críticas a la política de inmigración nacional, y sobre todo la intervención del público, cuyas preguntas no se oyeron porque el debate se alargó hasta las dos horas.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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